Todo apunta a indicar que logró su perdón. El gobernador de Potosí, Félix Gonzales Bernal, apareció ayer junto al presidente Evo Morales Ayma en la ciudad potosina intermedia de Uyuni, donde el Jefe de Estado entregó recursos para proyectos de desarrollo y anunció la ampliación de la pista de aterrizaje existente en la zona.
La actitud del Primer Mandatario fue muy diferente el domingo de la que tuvo el 30 de agosto en Llallagua, cuando incluso le negó la mano al Gobernador. “Te estás confundiendo, compañero —le dijo—. Yo no soy Celestino Condori (líder cívico)”.
Hasta ayer, Gonzales era tratado con desdén por el Gobierno central debido a su participación en la huelga de 19 días promovida por el Comité Cívico Potosinista (Comcipo). En pleno conflicto regional, el Gobernador asistió a una reunión de consejo consultivo y, ante la presión de los asistentes, se declaró en huelga de hambre. Además del desdén de Llallagua, Gonzales y sus colaboradores fueron declarados traidores por las organizaciones afines al Gobierno.
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