En la víspera de las elecciones que hoy domingo definirán quién será el nuevo presidente de Brasil, la oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra cerraron sus campañas derrochando confianza y cantando victoria antes de tiempo.
Ambos candidatos escogieron para su último contacto directo con los electores la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, que con 14,5 millones de votantes supone el segundo colegio electoral del país, después de la región de Sao Paulo, un tradicional fortín electoral de Serra.
Así como coincidieron en Belo Horizonte, también lo hicieron en la forma en que clausuraron sus campañas, ambos a la cabeza de sendas caravanas de vehículos que, sin cruzarse, transitaron por zonas de la ciudad y movilizaron a miles de partidarios.
"Me comprometo a gobernar para todos" y "sin ningún rencor", dijo Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT), en alusión a la virulencia que por momentos alcanzó el debate con el abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Rousseff volvió a agradecer al jefe de Estado, Inácio Lula da Silva, su mentor político, el apoyo que le ofreció a lo largo de la campaña, en la que participó casi a diario en mítines en favor de la candidata.
La abanderada del PT fue consultada por periodistas sobre el papel que pudiera tener Lula en su eventual Gobierno, en el que muchos analistas sostienen que se desempeñaría como una suerte de "consejero" presidencial.
"Obviamente", Lula no ocupará un cargo en el gabinete, declaró Rousseff, quien apuntó que aún así "nada la separará" del actual presidente, a quien volvió a calificar como "el mejor que ha tenido Brasil en toda su historia".
Serra, por su parte, a quien todos los sondeos sitúan con una desventaja de 10 a 12 puntos porcentuales con relación a Rousseff, volvió a insistir en que "la verdadera encuesta será en las urnas" y pidió a sus partidarios mantenerse en campaña, a fin de conseguir "un voto más".
También reiteró sus críticas a la omnipresencia de Lula en toda la campaña de Rousseff y recordó que "quien gobernará Brasil será el que gane y no quien se inventó una candidata".
Durante el acto del candidato del PSDB, fue exhibido un mensaje del dirigente social Helio Bicudo, quien hace tres décadas fundó el PT junto con Lula y que renunció a esa formación por los continuos escándalos de corrupción que la salpicaron desde que llegó al poder, hace casi ocho años.
"Pido su voto para Serra, porque es preciso salvar la democracia de este país", dijo Bicudo en el mensaje, exhibido en una pantalla gigante antes de que Serra y sus partidarios clausuraran el acto entonando el himno nacional.
Hoy domingo, Serra votará en la ciudad de Sao Paulo, donde luego esperará el resultado de las urnas, mientras que Rousseff lo hará en la ciudad de Porto Alegre (sur).
Tras emitir su voto, Rousseff se trasladará luego a Brasilia para seguir el desarrollo del escrutinio junto a Lula en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia, tal como hizo en la primera vuelta del pasado 3 de octubre.
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