Por primera vez en el país, el próximo 6 de diciembre se utilizará un padrón electoral con características biométricas para habilitar a las personas que pueden sufragar. No obstante, este importante salto tecnológico no se utilizará para la verificación de los datos del elector en la mesa de sufragio ni para la emisión del voto mismo; estos actos serán manuales, como en todos los procesos anteriores.
“El voto biométrico” que permitiría el nuevo padrón, las autoridades electorales no han previsto implementarlo por ahora y para futuro deberá ser evaluado, considerando la experiencia de otros países –en muchos casos negativa– y la fuerte inversión que requeriría inicialmente.
En diciembre seguiremos con el sistema manual tradicional. La verificación de la identidad del elector y de los datos biométricos registrados en el padrón (huellas dactilares, fotografía digital y firma, además de los datos referidos a la identidad de la persona) será manual; se seguirá utilizando la papeleta de sufragio donde el ciudadano marcará su voto y el acta para el conteo de los votos en cada mesa será manual.
La diferencia con procesos anteriores radicará en que la lista de los votantes contendrá más información. Además de los datos demográficos, está la fotografía para verificar la identidad del votante.
También se mantiene la modalidad de sufragio manual. El elector marcará su voto en una papeleta, lo depositará en un ánfora y éste será contabilizado manualmente por los encargados del proceso.
El “voto biométrico” implica la instalación en cada mesa de sufragio (en las más de 24 mil existentes en el país) de aparatos tecnológicos lectores de huellas dactilares. De manera que el elector que acude a votar debe poner su huella digital en el aparato y éste le habilitará, una vez comprobada su identidad y que está en la lista.
Estos avances, en algunos países, han permitido el voto automatizado auditable o electrónico, en el que desaparecen las papeletas de sufragio, y el voto se hace a través de un dispositivo electrónico: un elector digitalizado o por Internet; asimismo, el escrutinio y la transmisión de resultados.
En el país casi todas las etapas del proceso electoral (elaboración del padrón electoral, conformación de los grupos de votación, sorteo de miembros de mesa, elaboración del material electoral y cómputo de votos) ya se encuentran automatizadas, excepto el acto mismo de la votación. La implementación del “voto electrónico” vendría a ser el último paso para lograr la automatización total del proceso electoral.
CARACTERÍSTICAS Y DIFERENCIAS
* Voto manual. La mayoría de los procedimientos son manejados por seres humanos y registrados en papel. De ahí que el principal foco en seguridad es el manejo y resguardo físico del material electoral (sellos, firmas, boletas, etc.), así como en la supervisión de procesos claves (almacenamiento y traslado del material, conteo y totalización de los votos, etc.). Justamente por esto el sistema manual es propenso al fraude y a la manipulación.
* Voto auditable. Elimina la posibilidad de manipulación de los resultados al excluir el contacto humano en procedimientos claves, así como inexactitudes a la hora del escrutinio. Todo se realiza de manera automatizada y auditable. Un sistema bien diseñado debe incorporar múltiples mecanismos de seguridad. Además, deben permitir múltiples auditorías para garantizar una elección más confiable y unos resultados legítimos.
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