04 septiembre 2015

¿Quién eligió a César Dockweiler?

Con indignación pero ya sin asombro, los paceños comprobamos cada día la presión de las autoridades nacionales para evitar el desarrollo armónico de la ciudad –ahora también del departamento– con ataques que van desde el insulto hasta la toma de decisiones que afectan el futuro, por encima de las autoridades electas con voto.

El derrumbe institucional de la alcaldía en La Guardia (Santa Cruz) después de su toma por militantes masistas no elegidos por la población; el despilfarro en la gobernación de Tarija después de su toma por masistas no elegidos por la población; la herencia que dejó el último Tribunal Electoral Plurinacional; la caída en picada del Poder Judicial descolonizador, son sólo muestras del estropicio que acarrean militantes que sirven a intereses políticos parciales y no al bien común.

Desde un inicio advertí en esta misma columna la falta de planificación, de coordinación y el costo del sistema de transporte Mi Teleférico, sistema invasivo que deteriora barrios y paisajes sin solucionar el traslado masivo de habitantes entre La Paz y El Alto. Como se sabía, la gran gracia es para los turistas que gozan de él a costa de nuestra alta deuda per cápita.

La línea amarilla, la que se tranca tantas veces, tiene una parada en pleno Sopocachi, que causa ruido permanente, más aún en las noches cuando arranca algún motor que hace temblar viviendas a una cuadra. Ahí también se cortaron árboles centenarios reemplazados ahora con unas florecitas y se terminó con la privacidad de familias en todo el recorrido. Sólo un ejemplo.

César Dockweiler impone caprichos políticos, no técnicos, y toma decisiones por los paceños aunque nadie lo eligió. Es una interrogante que figure entre los funcionarios públicos registrados en la Contraloría como parte de la Fuerza Aérea Boliviana con una renta anual de Bs 349.500. La página web de la empresa Mi Teleférico no responde a requerimientos para conocer detalles de la planilla o planes, como manda la normativa vigente. De hecho, se cierra sin permitir búsquedas.

Dockweiler se apoya en su poder temporal, en la justicia controlada, en organizaciones o dirigentes coptados para seguir dañando irremediablemente la arquitectura paceña, incluso la más histórica relacionada con la propuesta social del 52. Su mayor aliado es Omar Rocha (apodado “el malo” para no confundirlo con los homónimos). ¿Qué aval tienen para decidir nuestro destino?

Obvio que harán lo que les manda el Innombrable; son muchos los que le amarran los cachos. De los efectos colaterales nadie se hará cargo.

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