El líder de la Central Obrera Regional de El Alto, Edgar Patana, anunció el sábado la paralización de la combativa ciudad de El Alto, vecina de La Paz, desde el lunes, en protesta por la acentuada demora del Congreso de Bolivia para aprobar la ley transitoria electoral, fundamental para la celebración de elecciones generales de diciembre próximo.
"Estamos seguros que el lunes El Alto se va a paralizar", afirmó Patana, en huelga de hambre junto al presidente Evo Morales y otros 20 líderes de sindicatos y organizaciones sociales bolivianas en las instalaciones del Palacio de Gobierno en La Paz, en demanda de elecciones generales, prefecturales y municipales, a fin de año y en abril de 2010, las dos últimas.
La medida de presión que se desencadenó el jueves pasado, envuelve ya a alrededor 1.500 personas en más de una centena de piquetes en todo el país.
En El Alto, epicentro de los tumultos sociales que zanjaron con el derrocamiento del presidente ultraliberal Gonzalo Sánchez de Lozada, en octubre de 2003, se han montado ya una decena de piquetes con 150 ayunadores.
En tanto el Congreso, declarado en sesión indisoluble por tiempo y materia desde el jueves, volvía a posponer sus debates hasta el sábado por la noche, después que una fracción de la oposición parlamentaria, vinculada a la derecha conservadora, hacía caso omiso a los pedidos del vicepresidente Alvaro García Linera, para reinstalar la sesión.
"Esta sesión por tiempo y materia no va a terminar en tanto no tengamos una ley, no va a haber ninguna actividad del Congreso, ni en Diputados ni en Senado hasta que no saquemos la ley, hasta que no tengamos el valor de cumplir con lo que dice la Constitución", afirmó García Linera, también presidente nato del Congreso.
La convocatoria de García Linera fue desoída una vez más pese a que el dignatario ofreció automóviles y aviones de uso gratuito para trasladar, de "donde sea" a los congresistas opositores que el jueves último abandonaron la sesión congresal, esparcidos en diversos puntos de Bolivia.
"Estamos seguros que el lunes El Alto se va a paralizar", afirmó Patana, en huelga de hambre junto al presidente Evo Morales y otros 20 líderes de sindicatos y organizaciones sociales bolivianas en las instalaciones del Palacio de Gobierno en La Paz, en demanda de elecciones generales, prefecturales y municipales, a fin de año y en abril de 2010, las dos últimas.
La medida de presión que se desencadenó el jueves pasado, envuelve ya a alrededor 1.500 personas en más de una centena de piquetes en todo el país.
En El Alto, epicentro de los tumultos sociales que zanjaron con el derrocamiento del presidente ultraliberal Gonzalo Sánchez de Lozada, en octubre de 2003, se han montado ya una decena de piquetes con 150 ayunadores.
En tanto el Congreso, declarado en sesión indisoluble por tiempo y materia desde el jueves, volvía a posponer sus debates hasta el sábado por la noche, después que una fracción de la oposición parlamentaria, vinculada a la derecha conservadora, hacía caso omiso a los pedidos del vicepresidente Alvaro García Linera, para reinstalar la sesión.
"Esta sesión por tiempo y materia no va a terminar en tanto no tengamos una ley, no va a haber ninguna actividad del Congreso, ni en Diputados ni en Senado hasta que no saquemos la ley, hasta que no tengamos el valor de cumplir con lo que dice la Constitución", afirmó García Linera, también presidente nato del Congreso.
La convocatoria de García Linera fue desoída una vez más pese a que el dignatario ofreció automóviles y aviones de uso gratuito para trasladar, de "donde sea" a los congresistas opositores que el jueves último abandonaron la sesión congresal, esparcidos en diversos puntos de Bolivia.
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