04 marzo 2017

El voto a favor del Sí-MAS se redujo en todas las capitales




Fue como si el MAS hubiera ido contra la mayoría del voto urbano; el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016 (21F), 51,3% por el No a la reforma a la Constitución y 48,7% por el Sí, puso en evidencia que el apoyo al partido gobernante bajó en todas las ciudades capitales de departamento, además de El Alto, con respecto a las elecciones presidenciales de 2014. En total, la reducción fue de 20,2% entre ambos procesos electorales.

Según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la mayor disminución de votación se registró en Potosí con 64%; le sigue Sucre con 39%; Tarija, 25%; Oruro, 21%; tanto Santa Cruz como La Paz, 19%; Cobija, 17%; Cochabamba 16%; El Alto, 15% y Trinidad, 3%. (Ver infografía)

El Gobierno puso a consideración de los bolivianos la pregunta de si estaban de acuerdo con reformar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado para posibilitar que el Presidente y el Vicepresidente se vuelvan a postular en 2019, a lo que en las nueve capitales de departamento respondieron que No.

La analista en temas políticos María Teresa Zegada explicó que efectivamente en los comicios de febrero de 2016 hubo modificaciones en la composición del voto duro que era tradicionalmente a favor del MAS. “Esto de Potosí es evidente (...) En otras elecciones, (Evo) Morales mantuvo la hegemonía azul en todo el occidente boliviano, mientras sus puntos más flacos siempre han sido el oriente del país”, consideró.

A diferencia de otros comicios, el mapa electoral cambió completamente, pues de las nueve ciudades capitales, más El Alto, solo en esta última ganó la opción del Sí, aunque el margen sobre el No fue de 16,2 puntos porcentuales. No obstante, de acuerdo con esos mismos datos, las derrotas más contundentes se reportaron en Potosí, donde el 85,87% votó No, y Sucre, donde esa opción logró el 70,63% de la votación. (Infografía)

Si bien el referéndum, según Zegada, no estuvo propiamente orientado al respaldo o no al presidente Evo Morales, los resultados muestran que sí hay un desplazamiento del voto, que antes era cerrado y muy marcado hacia el MAS.

Y Potosí es un ejemplo de ello. El divorcio con esa capital aconteció tras la movilización de junio-julio de 2015, que tuvo una duración de 24 días y tras la cual la agenda que planteaban sus organizaciones cívicas no fue atendida en su totalidad.

La senadora Adriana Salvatierra (MAS) consideró que el impacto en términos cuantitativos de la reducción del voto potosino no tiene tanto efecto como el de los departamentos del eje troncal. Y ello se debe, según la legisladora, a que los sectores opositores desplegaron un arsenal informativo a través de los medios de comunicación y las redes sociales en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, mediante lo cual se difundió “la campaña de la mentira” con relación al caso de Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales, lo que finalmente incidió en la votación desfavorable a la opción del Sí en el referéndum.

Ese criterio no lo comparte la diputada opositora Costa. Ella aseguró que esa reducción en la votación favorable al MAS se debió a la influencia de otros temas de gestión, como por ejemplo los hechos de corrupción en el Fondo Indígena Originario Campesino (Fondioc), la pretendida construcción de la carretera y, con ello, la represión a los indígenas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), incluso el ‘gasolinazo’ de 2010, entre otros temas.

“Es una acumulación de temáticas, son mil cosas, cuánto influye cada una de ellas (en la votación final), es muy difícil de determinar, hay mucha gente que dice que ya no es el Evo por el cual he apostado en los gobierno anteriores, éste ya es otro político que se ha endiosado en el poder, entonces no es unicausal una decisión en las urnas, cada ciudadano tiene muchas razones”, manifestó la asambleísta.

El diputado oficialista Víctor Borda (MAS) consideró que el descontento en Potosí por la agenda no atendida u otros factores de la gestión gubernamental no tuvieron ninguna incidencia en el resultado del 21 de febrero. En su criterio, al contrario, lo que está ocurriendo en el país es que el presidente Morales todavía tiene un amplio apoyo, lo que se podría evidenciar si es que los opositores le dieran la oportunidad de volverse a postular.

“Se están ejecutando multiplicidad de proyectos, y eso conlleva a que muchos bolivianos tengan la convicción de que este proceso de cambio debe continuar hasta la agenda 2025”, afirmó el asambleísta.

Para la analista en temas políticos Helena Argirakis, está claro que el 21 de febrero no se consultó a la gente sobre si respaldaba o no a Morales. Por ello, según su visión, el apoyo al Mandatario sigue siendo alto y no se ve reflejado en los resultados de la consulta ni en la derrota del Sí en las ciudades capitales.

“Eso demuestra que no necesariamente es la acumulación de un desgaste, porque si la gente estuviera acobardada no lo respaldaría”, dijo.


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