15 febrero 2016

La ex pareja del vicepresidente Álvaro García Linera durante una entrevista en la ciudad de Puebla (México).


LA EX DEL VICE

Fue militante del EGTK, la organización fundada por aymaras radicales como Felipe Quispe y desmantelada por la Policía en 1992. Mexicana de nacimiento, boliviana por convicción, Raquel Gutiérrez Aguilar escudriña desde Puebla lo sucedido en diez años de gobierno de Evo Morales. Asegura haber visto cómo en 2008 se dio inicio a un “empate catastrófico” que hasta ahora sigue vigente.

"Soy lo que soy, porque viví allí; la mayor parte de las cosas interesantes que ocurrieron en mi vida, ocurrieron en Bolivia". Raquel Gutiérrez Aguilar nos recibe con esas afirmaciones y se prepara para una entrevista a la que quiere conferirle un impacto político fino, pero frontal. Sabe que sus palabras resuenan fuerte en el país que este 21 de febrero autorizará o rechazará la repostulación presidencial, por quinta vez, de Evo Morales.

El vicepresidente Álvaro García Linera fue su compañero de vida, luchas y cárcel desde que sus miradas se cruzaron en 1982 por las aulas de matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Bolivia es parte de mi constitución, de la persona que soy, eso no lo puedo negar, aunque ahora, a lo largo de los años que no vivo allí, hay cosas que puedo mirar simplemente a través del cristal de la nostalgia". Así, su ser boliviano recrudece cada que alguien le pregunta de dónde es: "La gente nunca sabe cuál es mi nacionalidad, me confunden mucho".

Raquel volvió a México en 2001 dejando atrás cinco años de cárcel, su liberación jalonada por una vigorosa red de amigos y amigas, una ruptura amorosa con García Linera y la necesidad de recrear su vida académica. Y claro, cuando ya estuvo de vuelta en su país de nacimiento, siguió nutriendo aquel lazo que no la suelta.

A su ruptura sentimental con García Linera no le siguió la pérdida de fe en la revolución boliviana, que juntos buscaron propulsar. Raquel retornó sola a México, pero no por ello perdió de vista los levantamientos que siguieron a la Guerra del Agua, la primera victoria del MAS en las urnas, el asedio de la llamada Media Luna, la masacre de Porvenir, la nueva Constitución.

Después de 2008, asentada definitivamente en su México natal, toma distancia con una revolución que se despojaba poco a poco de sus medulares ambiciones. Ahora sí, ocho años después de aquel freno, Raquel encuentra que cuando desmenuza los mismos fenómenos sociales que sus ex camaradas, saca conclusiones opuestas. "Veo todo esto exactamente al revés", asegura ella cuando le recuerdo que para el Gobierno, 2008 es el año de la victoria popular sobre la oposición, el inicio del despliegue completo del proyecto masista sobre el país, el "punto de bifurcación" resuelto a favor del bloque comunal, como suele evaluar el ya citado Vicepresidente.

Raquel entiende bien la importancia de dejar marcas en la línea del tiempo cuando dice: "Uno repasa los momentos en la historia, y se dota de herramientas teóricas para ordenar el tiempo, y por lo tanto hilvanar en una forma inteligible los hilos de la memoria. Ahí se juega mucho, y ahí están las fechas que se celebran y se consagran, eso es lo que hace a las historias de los países, la narrativa cívica. Es un campo de disputa, de lucha".

DIEZ AÑOS
Tras una interesante interpretación de cómo evolucionó la confrontación política en el país, Gutiérrez intenta explicar los diez años de Gobierno del MAS. "En ese sistema político que se consagró como legítimo, la gente ha seguido votando por el MAS, porque no hay por quién más votar, y porque la política misma ha sufrido una brutal devaluación", dice al recordar que en estos años se ha construido un partido de gobierno, que transfiere recursos y controla a la gente.

"Aquí en México, sabemos de qué se trata eso. Cada vez el MAS se parece más al PRI. Sabemos cómo van estos procesos de tutelar cualquier decisión a nivel local, de ir amarrando e ir consagrando imposibilidades para otras capacidades políticas desde lo local, o en un sindicato, en un organismo de masas, eso hemos visto. Tienes eso, que era la típica forma de partido que relanzaba proyectos de construcción de estado nación". Así, el PRI llegó a gobernar México por siete décadas consecutivas. ¿Se organiza en Bolivia un régimen parecido?

No vayamos tan de prisa. A pesar de que el MAS se ha ido probando como un gigantesco aparato de disciplinamiento de la gente, le brotan episódicamente desde abajo actos masivos de democratización rebelde como los que todavía ocurrieron en 2008. Raquel hace el recuento: "La sabiduría, madurez y capacidad para entender los asuntos políticos del pueblo boliviano, su escuela de politización tan acelerada en los inicios de este siglo, permite que mantengan claridad sobre aquello que se tiene que frenar, es decir, un nuevo advenimiento de la derecha más brutal y más racista, de la derecha que ahora llama a desconocer ese pacto de 2008 para ir todavía más lejos. Y fíjate qué pasa después, cual es otro momento de autonomía política… cuando se le dice No al gasolinazo, ahí se levanta la ciudadanía, y tienen que echarse para atrás. Luego vinieron los sacudones tremendos del TIPNIS, el decir no queremos desarrollo de vías para que atraviesen mercancías. Aquí se están jugando intereses de clase y pongo una vieja palabra clave para la interpretación de Bolivia que ahorita no está de moda".

Estamos ante lo que Raquel califica como poder de veto. "En el momento en que el MAS decide cosas radicalmente contrarias, la gente le pone un freno, vuelve a desplegar lo que aprendió de la movilización, que en realidad era un añejo conocimiento de las rebeliones de siglos anteriores, y dice: aquí, así, no se juega. Vetamos tu decisión, nosotros, el pueblo, y tú eres el que tiene que hacer otro plan. Eso es lo que ha pasado", concluye.

En síntesis, el sistema político construido bajo el mando de Evo Morales sería el principal ejecutor del pacto entre élites de 2008. Raquel afirma que éste diluye la fuerza más profundamente impugnadora, la que trastocaría más de fondo las cosas. Quieren evitar que se ensayen formas para ir construyendo un mundo en el que todos "quepamos a gusto".

Para terminar de asentar su interpretación, Raquel echa mano del vocabulario inventado por el Vicepresidente y plantea: "Para usar algunas de esas palabras que tuvieron una amplia circulación… si hay algún momento de empate catastrófico, es ahora. Antes, cuando se pensó y se dijo que había empate catastrófico, lo que en realidad se ocultaba es que íbamos ganando nosotros, las fuerzas populares múltiples, íbamos goleando, y nos empataron con la masacre del Porvenir, con la negociación de la Constituyente, ahí nos empataron y ese empate es lo que se ha venido preservando hasta ahora. Se ha mantenido ese empate y por eso, para que los otros no ganen, hemos tenido que ir votando a veces por el MAS. Por eso ahora lo que está en juego es la perpetuación de esa única opción, y la gente está a disgusto, está enojada, piensa que lo que se viene con el referéndum es una trampa".

El 21 de febrero se está votando la posibilidad de que el Evo continúe, pero él es el pináculo en la construcción del MAS como institución y de todo un sistema de estructuración del mando político", refuta.

Esa persona supuestamente única, Evo Morales, conduce una institución que controla y concentra un enorme poder. En ese sentido, la dicotomía de García Linera pierde peso. "Hay figuras que son caudillos como Hugo Chávez y que entonces están inscritos en la psique social de una manera muy diferente, y hay personajes que lo que han hecho es desarrollar sistemáticamente una capacidad para enajenar y apropiarse de esfuerzos colectivos y concentrarlos. A mi juicio, ese es el caso del Evo y del Álvaro", confirma.

Raquel sabe que está lejos, que su incidencia es menor que hace una década. Sin embargo alberga una esperanza y tiene que ver con estas letras: "El chiste es que si por tu intermedio, puedo tener algún contacto y me harán favor de leer mis palabras algunos hombres y mujeres bolivianas, que en sus corazones sienten esta insatisfacción profunda, mi confianza y mi entero respaldo… me identifico mucho, no duden pues, si tienen una intuición de que esto se está volviendo algo insoportable, es porque se ha construido a partir de una gran expropiación, de un gran despojo".

¿Y si gana el No, Raquel? "Podría haber un remezón en el MAS, obligado a repensar sus formas y prácticas políticas, en el momento en que se debilita el pináculo del orden jerárquico, que se cimbren los amarres, y entonces quizá puedan fluir nuevos momentos, que ese magma volcánico que ha sido constreñido desde 2008, rompa las obturaciones, eso puede ser, no es que todo se juegue en este momento, claro que no. Pero sí habría la posibilidad de un cambio".

El día de los votos, en Puebla, Raquel estará pendiente del resultado, no lo podrá evitar, es lo que es, porque vivió en Bolivia.

No hay por quién votar

"En ese sistema político que se consagró como legítimo (en Bolivia en los últimos años), la gente ha seguido votando por el Movimiento Al Socialismo (MAS), porque no hay por quién más votar, y porque la política misma ha sufrido una brutal devaluación".

Caudillos

"Hay figuras que son caudillos como Hugo Chávez y que entonces están inscritos en la psique social de una manera muy diferente, y hay personajes que lo que han hecho es desarrollar sistemáticamente una capacidad para enajenar y apropiarse de esfuerzos colectivos y concentrarlos. A mi juicio, ese es el caso del Evo y del Álvaro”


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