27 abril 2014

Víctor Hugo Cárdenas, exvicepresidente de Bolivia “El país elegirá entre suicidarse con un revólver o una escopeta”

El exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas se muestra pesimista ante el panorama electoral, al que califica de "desolador”, sobre todo a la hora de analizar las posibilidades de la oposición. "Si usara una metáfora, diría que el país va a elegir entre suicidarse con un revólver o con una escopeta”, sostiene en la entrevista del desayuno dominical de Página Siete.
Sin embargo, no se atreve a realizar un pronóstico. "Es difícil adelantarse porque las elecciones son a fin de año y hay candidaturas que todavía no han definido sus binomios”, afirma. Sostiene que la oposición, ante la ausencia de unidad y programa, "juega resignada a la derrota, a incluir unos cuantos diputados y senadores”.
Página Siete.- Estamos en época preelectoral, se van perfilando algunas candidaturas y, por primera vez, no hemos escuchado su nombre entre los precandidatos. ¿No le han propuesta, no está en sus proyectos?
En 2009 encabezamos la campaña del No a la reforma constitucional. Apoyamos las virtudes de la nueva Constitución, pero también criticamos sus defectos. Paralelamente, intentamos unir a la oposición. Teníamos preacuerdos con la mayoría de fuerzas políticas. Matemáticamente podíamos haber sacado mayoría en el Senado. Sin embargo, en el último tramo hubo adversarios que sorpresivamente cambiaron de posición. Dejo a un lado a Juan Del Granado, porque con él nunca habíamos hablado, pero sí con los otros, Samuel Doria Medina, los partidos actuales del oriente, Manfred Reyes Villa, Mario Cossío. Todos estaban casi de acuerdo en articular una fuerza de oposición. El MNR de Santa Cruz lanzó a Germán Antelo, con quien ya habíamos conversado, y nos dio la puñalada. Aquí en La Paz, Samuel y Pepe Lucho se lanzaron por su cuenta, perforaron el acuerdo; Manfred en Cochabamba y Mario en Tarija. Eso se desmoronó y les dijimos muy cordialmente: "señores, ustedes no están interesados en unir la oposición, están interesados en que Evo Morales siga en el gobierno”, porque la estrategia de Evo contemplaba un candidato funcional como Manfred, como los actuales candidatos, que son también funcionales. Y ahí les dije de modo directo: "están cometiendo el mayor error político porque con esto van a ayudar a incrementar la votación de Evo”, como que ocurrió, que pasó del 60%. Y en esa ocasión dije: "con estos amigos y con estos líderes yo no voy nunca, no voy más por razones ideológicas, políticas y éticas”, porque ahí descubrí que varios de ellos estaban de acuerdo con el Gobierno. Ese cuadro no se ha modificado. Por eso estoy fuera del escenario político y hoy sostengo que la actual oposición es funcional a la estrategia de Evo Morales. Las encuestas ratifican esa percepción. La oposición sumada no llega ni a la mitad de la votación del candidato oficialista y la oposición está resignada a perder y considera como una gran hazaña superar sus anteriores votaciones.
Página Siete.- Entonces, ¿qué posibilidades reales tiene la oposición?
Hay errores que se repiten exactamente. Lo que quería la oposición en 2009 no era la unidad, sino simplemente tener dos o tres senadores, cinco o 10 diputados. Esa actitud persiste. Incluso he escuchado que algunos quieren ir con una candidatura exclusivamente regional y unirse en el Parlamento. Puede ser productiva a nivel de la Cámara de Diputados, pero no en el Senado. Es aconsejable que vayan unidos, porque donde está la llave de la correlación política parlamentaria es en el Senado. Si el Gobierno va a tener dos tercios o no, hay que ver. Para eso los opositores deben ir unidos. Yo no sé si van a lograrlo, porque son líderes que se excluyen entre ellos y la unidad es más discurso que realidad, es más apariencia. Si nos fijamos, los candidatos tienen una votación casi marginal en las encuestas, pero tienen pretensiones presidencialistas exageradas. Yo veo limitaciones estratégicas en el análisis de la oposición. La oposición juega resignada a la derrota, a incluir unos cuantos diputados y senadores. Es una rara elección. Esta actitud de resignación y de derrota anticipada no había en los anteriores procesos electorales.
Página Siete.- ¿El MAS conseguirá los dos tercios?
Tengo mis dudas porque hay una brecha grande entre la aprobación del candidato presidencial del MAS y la intención de voto. La aprobación de Evo Morales en la encuesta que publican ustedes está por encima del 68%, pero la intención de votos es sólo de 38%. Con ese panorama y con una oposición reducida a muy poca votación, ganaría en primera vuelta, pero tengo la duda de que obtenga los dos tercios. ¿Qué significa esa brecha entre la aprobación y la intención del voto? Que la gente está diciendo: "Presidente, creemos en usted, en su agenda, pero no queremos que continúe, queremos que renueve el cargo, que dé paso a nuevos líderes”. También está diciendo: "ninguno de la oposición me satisface”; está diciendo: "únanse, pero si van a unirse en torno de las mismas figuras, entonces construyan una nueva oposición que vaya a disputar por lo menos el voto opositor tradicional”. Sobre ese nicho habría que mejorar. Hay un tercio de oposición dura y hay algo más de un tercio duro a favor del Gobierno. El tercer tercio es el que hay que disputar, pero la oposición con las propuestas que tiene y liderazgos actuales no va a poder disputar ese electorado.
Página Siete.- ¿Y qué debería hacer el Gobierno para mejorar su posición?
Yo creo que ya es tarde. El Gobierno no va a poder hacer nada para convencer al país de que es una opción de cambio democrático. Vamos al noveno año de gestión y el Gobierno ha demostrado que ha utilizado la vía democrática para llegar al poder, pero en el poder ha demostrado que no es un Gobierno democrático, es un Gobierno autoritario y su finalidad también es autoritaria.
Página Siete.- ¿Eso será lo que percibe la gente?
En parte sí. La pérdida de aprobación y la diferencia con la intención de voto expresa esa preocupación. Por otra parte, está la pérdida de apoyo en las poblaciones urbanas. En la mayor parte de las ciudades, la gente está en una actitud distante del Gobierno. El apoyo al Gobierno se está erosionando indudablemente a causa de los problemas que va enfrentando, como el escándalo de la red de extorsión, el mal manejo de la justicia, la falta de respeto a los derechos humanos, los escándalos de corrupción, obviamente le van a afectar. La ventaja que tiene este Gobierno es la complicidad de todos los dioses. Bolivia nunca tuvo ingresos tan altos y eso genera cierta apariencia de bonanza económica. El Gobierno tiene la habilidad de asociar esa bonanza con habilidad de gestión, cuando la realidad es otra. Es uno de los gobiernos más ineptos, pero se aprovecha de los precios internacionales. Este Gobierno, con las condiciones económicas de cualquier Gobierno anterior, no sobreviviría ni un año. Por lo tanto, no veo posibilidades de que el Gobierno pueda avanzar en un cambio democrático. ¿Cuál es su afán? Quedarse a como dé lugar en el poder. Es lo que Fidel Castro les ha aconsejado: cuando un buen revolucionario llega al poder, no lo suelta más. Eso está pasando en Nicaragua, en Venezuela y en Ecuador. Es la agenda del ALBA: una vez llegado al poder, quedarse contra la Constitución, contra la ley y contra todos.
Página Siete.- Con este análisis, ¿cuál es su pronóstico para las elecciones?

Es difícil adelantarse porque las elecciones son a fin de año y hay candidaturas que todavía no han definido sus binomios. Veremos cómo se configura ese panorama entre comillas opositor. Para dar algún pronóstico, el panorama actual es desolador. Si usara una metáfora, diría que el país va a elegir entre suicidarse con un revólver o con una escopeta. No veo salidas exitosas. El MAS puede quedarse, Evo puede ser reelegido, a pesar de que sería una reelección ilegal, discrecional, porque tiene todo el aparato del Estado a su favor y además tiene la complicidad del TSE. A nivel opositor no tenemos una alternativa, un candidato, un partido o una alianza que diga: "nosotros podemos gobernar igual o mejor que el MAS”. Nadie dice eso, no hay visiones de sociedad, de país, de Estado ni de nación. Bolivia está en una coyuntura muy complicada.

"Hoy, la actual oposición es funcional a la estrategia de Evo Morales; está resignada a perder

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