Esposas de sargentos y suboficiales de las FFAA iniciaron huelga de hambre

Las esposas de suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas (FFAA) se declararon en estado de emergencia y en huelga de hambre a partir de este lunes y advierten con iniciar otras medidas de presión si es que el Gobierno nacional no responde a su demanda de "descolonizar" a las instituciones militares, pues denuncian que sus esposos, sargentos y suboficiales, sufren de discriminación por parte de los oficiales.

Las esposas denunciaron que tras reclamar por sus derechos la semana pasada, unos 54 alumnos de la Escuela Militar de Ingeniería (EMI) fueron dados de baja como una forma de represalia de los mandos superiores.

"Estamos esperando la información de todo lo de la ciudad de La Paz y seguimos en vigilia (…). Ahora lo que nosotros queremos es pues que nos escuchen y que den paso a esta situación, porque es algo constitucional y no estamos saliéndonos del marco legal y lo que pedimos es justo para nuestros esposos", señaló una de las esposas a Unitel, quien optó por mantenerse en el anonimato.

Los suboficiales y sargentos reclaman que son objeto de discriminación en las FFAA y que no tienen las mismas oportunidades de estudio y ascenso a cargos de jerarquía que los oficiales. Para revertir esa situación han elaborado un proyecto de ley que, según ellos, van en la misma línea que la Constitución Política del Estado, pero que el alto militar no lo toma en cuenta.

El movimiento de las esposas de los suboficiales de las FFAA advierte con extenderse a otras ciudades capitales del país, toda vez que las parejas de los uniformados de bajo rango anunciaron que se sumarían a la extrema medida de presión en demanda de la "descolonización" de las filas del Ejército.

Desde la semana pasada, los sargentos y suboficiales de las Fuerzas Armadas demandan al Alto Mando Militar y al Ministerio de Defensa se aplique la "descolonización de las Fuerzas Armadas", a través de la eliminación de estas dos categorías (o grados militares), además de la discriminación, con la activación de lo que ellos llaman "oficiales técnicos".