14 enero 2013

Sugieren que cambio de Ley 1008 debe estar supeditado a estudios

A juicio del viceministro de la Coca, Dionisio Núñez, la despenalización de la coca abre la perspectiva para reformular la Ley 1008, porque la producción de este producto debe ir separada de los estupefacientes.

Los entendidos en el tema consideran que abrir la puerta a la producción y no controlar suficientemente la producción en sectores como los Yungas y Chapare, abre las puertas a una producción indiscriminada que puede ocasionar severos problemas sociales.

Al respecto, el diputado de Convergencia Nacional (CN), Osney Martínez, señaló que la nueva norma regulará el control de los cultivos excedentarios de esa reserva natural, Sin embargo, manifestó que no es viable hablar en este momento la creación de esta nueva ley cuando no se conoce el informe de los estudios que realizan sobre el consumo de la hoja de coca.

“Hay que tomar con calma esta nueva inspección de Bolivia. Este informe se está manejando desde hace mucho tiempo atrás, el Gobierno dice que vamos a conocer los resultados en un tiempo, pero jamás llega ese día, estamos a la espera desde el año pasado. Ahora dijo que para mediados de este año, yo creo que tampoco lo va hacer, entonces como podemos planificar y hablar de una nueva ley”, señaló.

Opinó que la norma debe ser bien clara al mencionar cuánto de producción de la reserva será destinada para la industrialización, cuánto para la práctica del masticado o el “acullico”, y otros usos tradicionales, siendo que el resto debe ser erradicado, “de eso tiene que ser consiente el Gobierno”, dijo.

En tanto, el viceministro Núñez destacó que hablar de la coca no es hablar del consumo de un reducido grupo.

“Al subir a un vehículo uno se encuentra con que el chofer está masticando coca, si voy a una reunión también hay personas que ‘acullican’, es una cuestión que merece un mayor estudio”, dijo Núñez en la entrevista con Erbol y, aunque no quiso emitir un juicio de valor sobre la calidad de la hoja en uno u otro sector, admitió que hay coca excedente de los Yungas que va al Chapare, pero no ocurre lo contrario.

Tampoco quiso dar cifras sobre las hectáreas que están destinadas en este momento al cultivo y si con esta nueva perspectiva abierta se ampliará el cultivo, se será más tolerante o se mantendrán en vigencia las restricciones del presente.

Hay que estudiar el mercado, las necesidades y otras cuestiones más”, señaló Núñez, quien en un marco de explicación relató que en el norte argentino, norte de Chile, frontera de Ecuador y Colombia y buena parte del territorio peruano sus habitantes consumen la coca, con fines benéficos, tal el caso de los estudiantes para pasar la noche preparando sus exámenes o trabajos.

“La readmisión automática a la Convención de Viena corrige un error histórico que se ha cometido al incluir en la hoja de coca en su estado natural como estupefaciente o droga, porque nunca debía haberse incluido en esa lista”, estableció el Viceministro hace dos días en una declaración a los medios.

Al referirse a la posición de 15 países contrarios a la medida de dar tolerancia a Bolivia en el consumo de la coca, entre ellos Rusia, destacó que “es probable que no se tenga la suficiente información sobre el buen uso de la hoja y su incidencia positiva en muchos campos.

En la Asamblea Legislativa se inició la pasada semana una serie de seminarios destinados a sentar las bases técnicas y legales para modificar la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas (Ley 1008) vigente desde el año 1988.

El criterio base es dividir la norma en dos capítulos, la primera que busca la protección y la industrialización de la hoja de coca en su estado natural; y la segunda, una ley de lucha antinarcóticos.

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