22 noviembre 2012

La agitada vida de la Ceja de El Alto cesó por un día

Las calles donde el martes se divisaba una gran actividad comercial y vehículos circulando en toda dirección, ayer parecían un desierto urbano. La dinámica cotidiana que caracteriza a la Ceja de El Alto -la más activa de esta urbe- cesó por un día para dar paso al Censo de Población y Vivienda 2012.

La mañana de ayer, Página Siete hizo un recorrido por la zona 12 de Octubre y por el centro de Villa Dolores, de El Alto, y observó calles completamente vacías. No había peatones ni vehículos y mucho menos en aquellas calles donde había un fuerte control policial.

Eso sí, lo que se percibió fue a varios jóvenes empadronadores que tocaban las puertas de las viviendas, incluso antes de la hora oficial del inicio del censo, previsto para las 8:00.

Félix Rocha, director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de El Alto, resaltó el hecho de que una ciudad comercial como ésta haya paralizado sus actividades de esta forma. Ello denota “que hubo un cumplimiento a la magnitud del proceso y eso, obviamente, hace pensar que hay madurez y compromiso en la gente”, resaltó la autoridad policial.

Rocha indicó que la FELCC de El Alto no registró personas aprehendidas o arrestadas durante la jornada de ayer. “Es un día completamente tranquilo, sin ningún tipo de problemas”.

En la zona 12 de Octubre, el operativo censal comenzó a las 7:40 aproximadamente. “Que les vaya bien, muchachos”, les dijo Ismael Aguilar, responsable de empadronamiento de este barrio, a los agentes censales que se despedían de él.

A las 7:56, una empadronadora de nombre Maribel tocó la primera puerta del sector 11. Era la primera puerta del grupo asignado a ese segmento.

“Éste es un lugar de puro comerciante”, comentó. Pero nadie abrió la puerta. Después de repetir la operación por tres veces, pasó a la siguiente casa. Ahí sí la atendieron. La boleta se llenó en 20 minutos, fue una familia de seis integrantes.

Al trasladarse al sector que les tocaba censar, entre los empadronadores surgió la queja de que el INE les había proporcionado “lápices chinos”, a diferencia de los “carbónicos” que les habían dado a los que participaron en el censo 2001. Pero eso no impidió que realizaran su labor, algunos de ellos fueron a su casa a traer sus propios lápices.

En las zonas Ballivián, San Roque y los distritos 7 y 12, vecinos y empadronadores manifestaron, según ERBOL, que hasta las 17:00 no tenían boletas suficientes debido a que censaron a ciudadanos que se habían apostado en carpas de terrenos baldíos.

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