08 agosto 2012

Hace 198 años en el cantón Florida se libra una batalla significativa entre fuerzas cruceñas lideradas por Warnes, y tropas realistas

El coronel Álvarez de Arenales se encuentra en Cochabamba con pocos soldados y perseguido por el coronel español José Manuel Blanco y un contingente que supera los 2.000 soldados. El militar a quien el general San Martín, a la postre libertador de Argentina, Chile y Perú, había distinguido con honores, está ahora acorralado y en su desesperación busca respaldo en las fuerzas aliadas del oriente. Se refugia en Abapó y entabla comunicación con el coronel Ignacio Warnes, un porteño que desde 1813 está a cargo de proteger la última plaza de resistencia en el centro del continente: Santa Cruz de la Sierra.

De esta manera, se enciende la mecha de uno de los episodios más significativos de la lucha por la independencia latinoamericana, y que tiene como escenario al futuro departamento cruceño. Con motivo de la celebración de los 187 años del nacimiento de la República de Bolivia, se vuelve oportuno recordarlo. En una época en que, tal como lo escribe Mariano Zambrana, luego del desastre del 14 de noviembre de 1813 sufrido en Ayohuma (Potosí) por el ejército del general Manuel Belgrano, con un saldo de 400 muertos y 700 heridos, deja "mal parada en Alto Perú la causa revolucionaria". Entonces queda librada únicamente al valor y sacrificio que pudieran ejercer las fuerzas rebeldes restantes.

Ubicación. El cantón Florida se encuentra a 15 kilómetros al costado de lo que ahora es la carretera Santa Cruz-Camiri, y a 120 kilómetros de la ciudad capital del departamento. Para llegar se debe atravesar el río Seco, y una zona boscosa rodeada de palmeras, plantas frutales y algunos cupesís. Hasta este lugar llega en abril de 1814, Warnes con más de 1.000 soldados -entre esclavos liberados, e hijos de patricios cruceños- para establecer un frente de lucha y contener el avance de un ejército realista que tiene por objetivo desarticular el Gobierno autónomo de Buenos Aires, establecido desde 1810, y asediado al otro lado del río de La Plata, por otro contingente realista. Los patriotas eligen Florida por sus características geográficas, que pensaron les daría una ventaja estratégica. Warnes había tomado la difícil decisión de abandonar la ciudad con el fin de evitar que el derramamiento de sangre sea mayor, y unificar fuerzas con Arenales, de quien acepta subordinarse a su mando, pese a que ambos llevan el mismo rango. Como era de esperarse, Santa Cruz queda sitiada. Los realistas establecen un gobierno provisional, y continúan su avance. Con esto la responsabilidad se duplica. Ya no se trata solo de defender idearios libertarios, sino también de recuperar la ciudad.

Estilo de vida. Ahora estamos nosotros. El equipo de prensa inflama sus pulmones con ese aire de glorias pasadas. La vida se contempla de un modo apacible. Vemos a niños involucrados en tareas domésticas, o jugando en medio de la Plaza. La misma que hace 198 años fuera escenario principal de las confrontaciones. El corregidor Fermín Mendoza vive a cuatro cuadras del lugar. Cuenta que en algunas casas pueden encontrarse reliquias, como dagas o lanzas; y asegura que él mismo protegía un sable que posteriormente obsequia al Ejército. Desde hace 25 años trabaja casi de manera ininterrumpida como representante de la comunidad. Pero reconoce que pese a la experiencia, y los años de residencia (su familia es del Chaco) desconocía el valor histórico. "Aprendí de un profesor que vino a dictarnos clases de historia. Escuché con atención y comencé a fijarme en detalles que antes no había notado. Ahora me dedico en cada fiesta folklórica de transmitir ese mismo relato", explica.

Como un viaje en el tiempo Florida está compuesto por alrededor de 80 familias, o 360 personas, entre indígenas y migrantes. En las últimas elecciones registran un caudal de votantes que no supera las 150 personas. Recorrer la población es una experiencia similar a transportarse en el tiempo. No solo porque sus habitantes se movilizan en carretas; o sus viviendas mantienen un aspecto colonial; sino, además, porque no cuentan con agua potable, ni luz eléctrica. En una de sus esquinas un teléfono público es una de sus principales formas de comunicación. Cada vez que suena un grupo animado de pequeños corre a responderlo y transmite su mensaje. No es que la señal de la telefonía celular no llegue hasta el lugar, sino que los mayores prefieren comunicarse de esa manera.“Hemos sido un pueblo postergado por mucho tiempo. Desde que inicié mi gestión he canalizado recursos para algunas obras, pero en la mayoría de los casos las hacemos en base a nuestro propio esfuerzo”, explica el corregidor.

Educación Verónica Zeballos es una de las tres profesoras del pueblo. Destaca que se ha comenzado con la construcción de una escuela secundaria y ya se tienen los dos primeros niveles. Asegura que se hace el debido hincapié de su valor histórico durante las clases, pero considera que hace falta respaldo de las autoridades. "Hace 15 años se habla de la construcción de un museo, pero hasta la fecha no se concreta", cuenta. Del otro lado de la plaza, a menos de 50 metros, la obra se encuentra paralizada y solo puede observarse un intento de barda formada por unos cuantos ladrillos.

Acceso Adriana Flores vive aquí desde hace más de 20 años. Antes fue inmigrante en Argentina, y ahora vive y educa a sus hijos en esta localidad. "Hace poco hemos puesto entre todos una cuota para que nivelen el camino. Hicimos limpiar unos 13 kilómetros. Si llueve no quedaremos aislados, pero la ruta no sirve para el transporte pesado", explica. En la zona es común la siembra y cosecha de maíz, arroz, yuca y caña. También se practica la apicultura, y la cría de aves. Pero tal como lo explica el corregidor, por ahora su mercado son las comunidades vecinas debido a la dificultad de transportar más carga.

"Falta autogestión" Frente a esta realidad, desde la Dirección de Coordinación Provincial, del Gobierno Autónomo Departamental, explican que los proyectos para cada localidad se coordinan entre municipios y subgobernaciones. En el caso de Florida, que en noviembre cumple 231 años de fundación, hasta ahora no se habría registrado ningún proyecto gestionado por parte de los mismos vecinos. De la misma manera, un informe de prensa de la Gobernación destaca entre sus prioridades la dotación de agua potable, luz eléctrica, y la expansión de la red vial. Hasta el momento se han invertido más de Bs 322 millones con estos fines.

El valor de la victoria El comunicador e historiador Nino Gandarilla, quién además fue parte de nuestro recorrido, explica que la victoria del 25 de mayo de 1814, es significativa para Sudamérica, porque hizo que se frustraran las intenciones realistas del general Joaquín Pezuela, que después del triunfo de Ayohuma pretendía ocupar Tucumán y unirse al ejército real de Montevideo para invadir Buenos Aires.

En su libro "Desenredando la historia de Santa Cruz", Gandarilla explica, además, su importancia estratégica. Ubicado en el corazón del continente Latinoamericano, Santa Cruz es un paso obligado entre el Virreinato del Alto Perú, y el Virreinato del Río de La Plata. También un punto de defensa ante una posible amenaza del ejército portugués cuyo Rey se había establecido en Brasil, escapando a la invasión napoleónica.

Un decreto firmado por el Supremo Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata otorga en 1814 el ascenso de grado inmediato para los oficiales involucrados en la contienda. De esta manera Arenales y Warnes llegan al grado de generales. También reciben un reconocimiento los héroes locales Saturnino Salazar y José Manuel Mercado que llegan al grado de coronel; y José Manuel Baca (Cañoto), que se convierte en teniente.

Firmas cuestionadas

Antonio Seoane y Vicente Caballero, delegados por Santa Cruz, estamparon su firma a favor del proyecto independentista de Charcas, el 6 de agosto de 1825. Con esto la región de más de 1,7 millones de kilómetros cuadrados se adhería a la naciente República de Bolivia. Para el historiador Bismark Cuéllar Chávez, miembro de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, este hecho responde más a intereses de criollos chuquisaqueños, y del pensamiento dominante en la Universidad de Charcas, que a una expresión popular de los pobladores del oriente.

El debate previo La Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú, fue convocada el 9 de febrero de 1825. A esta convocatoria deben asistir cinco delegados, de las cinco provincias cruceñas, pero al ser desacreditados tres, asiste únicamente Seoane y Caballero. "Por entonces José María del Valle y José Videla Castillo estaban a cargo de la jurisdicción por encargo del propio general Antonio José de Sucre. Videla es quien los retiene. Los otros dos, abogados egresados de Charcas, se adhirieron a la causa al llegar", observa el historiador.

Resistencia paceña La Asamblea comienza el 10 de julio de ese año, sin presencia cruceña. Delegados de La Paz se manifiestan en contra de la propuesta de una nueva nación y proponen incorporarse al vecino país. Eusebio Gutiérrez y Juan Manuel Velarde, votan por la incorporación al Bajo Perú con capital en Lima. Un tema del que se volvería a hablar en la guerra civil de 1899.

Adhesión cruceña El 3 de agosto culminan las deliberaciones. Se redacta la Carta de Independencia, y queda abierta la posibilidad que los delegados de Santa Cruz puedan firmarla. Hecho que ocurre el 6 de agosto por la tarde (Seoane), y posteriormente el 9 de agosto (Caballero). “La idea original era dividir el territorio como estaba definido en la época de la Colonia. No obstante, Sucre cambia los planes, tanto así que existe una carta en la que Bolívar le llama la atención al unir regiones diferentes en cultura y clima en un solo Estado. Yo tengo esa carta", asegura Cuéllar, quien afirma que la opinión no obedece a criterios "separatistas," sino a meras pruebas histórica. Al contrario, para Agustín Saavedra Weise, exembajador boliviano, este hecho es significativo porque "demuestra" la adhesión voluntaria de la región a Bolivia. "Geopolíticamente hablando Santa Cruz pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, y se entiende que la adhesión es voluntaria", observa.

En la época independentista las fuerzas cruceñas libran tres batallas fundamentales. Brindan resultados estratégicos para la resistencia patriota.

1814 Batalla de Florida
Inicia la madrugada del 25 de mayo de 1814, en los márgenes del Río Seco. Las fuerzas realistas que parten a Florida estaban al mando del coronel José Joaquín Blanco, quien tras vencer en la batalla de la Angostura y tomar Santa Cruz, la deja a cargo de Francisco Udaeta. Sus efectivos suman unos 1.200 soldados, 600 veteranos de infantería, 500 jinetes y dos piezas de artillería. Las fuerzas patriotas que intervienen en la acción son alrededor de 1.000 soldados, de los cuales 300 jinetes eran dirigidos por Ignacio Warnes otro tanto por José Manuel Mercado y el resto por Juan Arenales.

Derrotadas las fuerzas de Blanco, retroceden maltrechas hacia el pueblo. Ocupan la plaza central, e intentan reorganizarse y ofrecer una buena resistencia. Ante esta situación, a la manera de las epopeyas griegas, Warnes desafía a Blanco a un enfrentamiento uno a uno para definir al ganador. Finalmente el porteño resulta vencedor.

1815 Batalla de Santa Bárbara
Se desarrolla entre octubre y noviembre de 1815. La emprende Warnes junto al "Colorao" Mercado, y otros 2.000 soldados que se van sumando en campaña contra los realistas comandados por Udaeta y Altolaguirre que se habían establecido en la Chiquitania, y tenían acuerdos con algunos indígenas de la zona.

Avisados del avance patriota, los españoles abandonan la estancia Santa Lucía y escapan hacia Santa Bárbara. El 7 de octubre, Warnes, al mando del Escuadrón Cazadores, un batallón de infantería y el batallón Pardos Libres, los enfrenta. El resultado es una contundente victoria.

“En ella, Warnes empañó la victoria con crueles medidas, como el incendio del pajonal donde se debatían los heridos del bando contrario, que no eran precisamente españoles, sino indígenas reclutados a la fuerza por los realistas”, escribe el historiador Hernando Sanabria.

1816 Batalla del Pari
Es una de las batallas más sangrientas de la historia de la independencia, por el número de sobrevivientes estimados en poco más de 200 de un total de 3.000 combatientes.

El ejército patriota se compone de 1.000 hombres distribuidos en: caballería al mando del coronel Mercado; infantería al mando del comandante Saturnino Salazar; y el comandante Rocha dirigía la artillería. El ejército realista contaba con dos divisiones cochabambinas de caballería, tropas cuzqueñas, y escuadrones de mercenarios enviados de ultramar. Se desarrolla el 21 de noviembre de 1816 en la planicie de El Pari, en lo que entonces serían las afueras de la ciudad, y es hoy la Plaza del Pari, en el barrio del mismo nombre. En esta ocasión decisiva los cruceños pelean para defender a sus familias, más allá de las causas revolucionarias. En la misma muere Warnes producto de un accidente que lo deja expuesto a la artillería enemiga.

"Santa Cruz dio mucho más de lo que recibió. Dio sus hijos, sus recursos y sostuvo una guerra con un ejército que cada vez se renovaba".

NinoGandarilla
Miembro de la Sociedad de Estudios Geográficos

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