Los nuevos dirigentes del Comité pro Santa Cruz asumieron sus funciones bajo el compromiso de acentuar el desarrollo de la región, abrir las puertas de la organización a nuevos sectores para volverlo más inclusivo y empujar decididamente la lucha a favor de los derechos humanos.
Esa lucha tiene un equivalente, de acuerdo a los discursos pronunciados en la ceremonia de posesión: enfrentar al centralismo en todo lo que tienda a perjudicar la industrialización y el crecimiento del departamento.
Ante unos 500 invitados congregados en el salón de reuniones del Comité, la organización cívica más combativa de Bolivia, juró al cargo el nuevo presidente, el nefrólogo Herland Vaca Díez Busch, quien prometió aplicar cirugías políticas durante su gestión de dos años, para extirpar los muros de "la incomprensión y la mentira".
Habló de la agro-industria, una de las historias más exitosas de la región en las últimas décadas, y se comprometió a "parar en seco" la depredación de los parques nacionales. Estas áreas protegidas son frecuentemente invadidas por campesinos sin tierra y cocaleros que devastan la zona sin que las autoridades tomen las acciones necesarias para impedirlo, dijo.
Vaca Díez tuvo un discurso mesurado, como si hubiese querido mostrar una imagen de no confrontación con el gobierno. Pero su referencia a las invasiones de las áreas protegidas fue una clara alusión a grupos de campesinos, generalmente partidarios del gobierno, que se instalan en ellas y luego las reclaman como propias.
Habló también de la salud y el empleo, y comprometió esfuerzos para trabajar con la alcaldía y la Gobernación para impulsar proyectos que aminoren el problema, en tanto maduran planes para un mejoramiento de la educación.
Antes del nuevo presidente había hablado su antecesor, Luis Núñez, quien subrayó la lucha durante su gestión a favor de los derechos humanos y del respeto a las personas. Mencionó la desconfianza que muchos ciudadanos sienten respecto a la justicia y refirió que ocho alcaldes habían sido enjuiciados, algunos encarcelados.
Habló de "mi hermano René Joaquino, de Potosí", al referirse a los casos de burgomaestres opositores y perseguidos bajo acusaciones n o probadas de ilegalidades. Dijo que esa actitud contrastaba con la libertad de la que parece el narcotráfico y citó el caso divulgado ayer con el apresamiento de un general de policías, miembro del Centro de Inteligencia y Generación de Información, René Sanabria, y el ciudadano Marcelo Foronda, capturados en Panamá acusados de supuestos vínculos con narcotraficantes. Ambos habrían sido trasladados a Estados Unidos. El hecho indicaría el grado de presencia del crimen en la institución encargada de combatirlo.
Núñez expresó solidaridad con los perseguidos y detenidos como resultado, dijo, de la participación que han tenido en las luchas cívicas de Santa Cruz y todos los departamentos del oriente y del sur.
Estaba presente la ex prefecta de Chuquisaca, Sabina Cuéllar, que de militante del MAS pasó a la oposición al gobierno cuando más arreciaban las pugnas entre el gobierno central y las regiones autonomistas.
Otro orador destacado fue el dirigente campesino Víctor Hugo Velasco, que en forma emotiva protestó por la falta de seguridad jurídica de Bolivia y el desalojo de sus cargos de alcaldes de oposición. "Eso no es democracia", protestó.
El acto, amenizado por la participación de un grupo folclórico, fue uno de los más importantes en la jornada en la que Santa Cruz conmemoró 450 años de su fundación. En la ceremonia, fue notoria la ausencia del gobernador Rubén Costas que asistió a otro acto, en San José de Chiquitos.
En la víspera, las nuevas autoridades habían visitado al cardenal Julio Terrazas, en un acto de cortesía y reconocimiento a la autoridad eclesiástica por su permanente defensa de los valores cristianos.
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