05 abril 2010

Chuquisaca Militante voto en Tarabuco repite elevada participación de ancianos

Correo del Sur

Tarabuco/CORREO DEL SUR

Luciano Champi caminó diez kilómetros, "dos leguas" dijo, para votar en la mesa número dos de la escuela "Rosalía viuda de Antezana" de la población de Tarabuco, situada a 60 kilómetros de Sucre.

Champi tiene 70 años, gran parte de sus cabellos son blancos, pero mantiene parte de su dentadura, camina erguido y posee una mirada firme. Sólo habla quechua y en su idioma, recuerda al periodista que el voto es secreto. Él vive en Pisili y a las 7:00 partió hacia Tarabuco llevando en una bolsa mote con queso, y en otra, hojas de coca; arribó a las 9:00, pero tuvo que esperar más de dos horas para emitir su voto.

Apenas llegó al recinto electoral descubrió que había ocho mesas, preguntó en cuál debía votar, le informaron e hizo fila. Delante de él, había campesinos de su edad que provenían de Puca Puca, Misk´a Mayu, Molle Huata, Lajas, Otorongo, Jatun Mayu, Colque Pampa, Jatun Rumi, Jumbate y otras comunidades.

El indígena, que participó en las últimas elecciones, dice en su idioma nativo que "Evo merece el apoyo de los campesinos de su región" y que por ello, caminan largos kilómetros para votar. Niega haber sido obligado a sufragar. "Eso dicen los opositores, pero no es verdad. Los ancianos votamos porque apoyamos el cambio", asevera.

El recinto electoral de la escuela Rosalía viuda de Antezana se caracteriza porque gran parte de los votantes es de la tercera edad. El noventa por ciento de ellos no sabe leer ni escribir; muchos caminaron varios kilómetros para emitir su voto y porque pasado el acto electoral, casi todos tienen la costumbre de degustar platos típicos de la región.

Luciano, con su poncho rojo y negro y su montera tradicional, volvió a su lugar de origen después de alimentarse en uno de los puestos frente a la escuela donde votó. Nunca dijo a nadie por quién.

LAS MUJERES, DILIGENTES EN EL CONTROL

Las autoridades de las mesas electorales son, obviamente, del lugar o de las proximidades a Tarabuco. Predominan los varones, pero las pocas mujeres que ocupan el cargo de presidente de mesa cumplen su labor mejor que los demás.

Es el caso de Aurelia Díaz, presidenta de la mesa electoral número dos de la escuela Rosalía viuda de Antezana, que con sus 20 años trabaja con mucha prontitud e interés.

Ella es de Tarabuco, población situada a 60 kilómetros de Sucre, en la provincia Yamparáez, del departamento de Chuquisaca.

Aurelia, pese a su juventud, se da modos para imponer autoridad, revisar las papeletas de voto, comprobar los documentos de identidad de los votantes y exigir celeridad a los demás integrantes de su mesa como a los electores.

Las notarias electorales de los dos recintos electorales de Tarabuco fueron también mujeres. En la escuela Rosalía viuda de Antezana estuvo Shirley Echalar, mientras que en el colegio Aniceto Arce trabajó Elizabeth Zárate. Informaron que en la escuela Rosalía viuda de Antezana hubo 1.672 votantes y en el colegio Aniceto Arce, 1.627, totalizando 3.299 electores.

LOS TARABUQUEÑOS Y LA TECNOLOGÍA

Los campesinos de la región llegan a votar vestidos con sus trajes típicos y abarcas corrientes, acullicando hojas de coca y ocultando su impaciencia por la lentitud. Por momentos, se los oye conversar con otros indígenas de poblaciones lejanas, tras el sonido de sus teléfonos celulares que rompen la espera con un "Wawitay, ¿Barcelona kashanqui? (Hijito, ¿en Barcelona estás?)".

El tarabuqueño habla en quechua con su hijo que se encuentra en España y le cuenta que está en la fila para votar. No deja de hablar, pero se ve obligado a decir "Suyariway" (espérame), porque empieza a moverse su otro teléfono celular, que se encuentra con silenciador. "¿Pitaj kanqui? (Quién eres)", pregunta, y luego sonríe y dice: "¡Wawitay!" (hijito). Se trata, según se escucha, de otro de sus hijos, que se encuentra en alguna ciudad de España.

El anciano tarabuqueño habla con sus dos hijos, pidiendo pausas a cada uno; está feliz, contento y acaba la charla con ambos diciéndoles: "Manaraj kutimuy" (todavía no vuelvas).

EN YAMPARÁEZ HUBO MENOS VOTANTES Y MÁS PRONTITUD

Yamparáez se ubica aproximadamente a 25 kilómetros de Sucre. Es conocida porque es parte de la ruta Juana Azurduy de Padilla y porque fue ahí donde se produjo la batalla del 6 de diciembre de 1848 e inició el gobierno de Manuel Isidoro Belzu.

Votaron allí los pobladores de esa localidad y lugares próximos como Pacta Llajta, Talahuanca, Pampa Yampara, Molle Puncu, Sajpaya, Jumpucu, Quinrawani y Llaque.

Javier Flores Abán fue el notario electoral del recinto electoral de esa localidad en la que se habilitaron siete mesas y 1.581 electores.

La gente cumplió con su voto en forma tranquila. Y lo hizo también apresuradamente, a primeras horas de la mañana, al punto que pasado el mediodía, los votantes habían disminuido ostensiblemente.

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