El Movimiento Al Socialismo (MAS) se nutre de organizaciones y políticos que en el pasado fueron críticos del Gobierno a manera de estrategia para derrotar por completo a la oposición y reforzar el poder político.
El vocero masista Jorge Silva dijo: “Cuando abrimos el paraguas del MAS hacia otros sectores, quebramos la derecha y consolidamos el proceso de cambio”.
Silva sostuvo que a partir de 2005 el partido oficialista definió que era necesario incluir a organizaciones que no necesariamente fuesen sindicales o sociales, sino que aglutinaran a profesionales, intelectuales y jóvenes. Posteriormente, justificó, se decidió abrirse a líderes de opinión otrora opositores, “porque representan a sectores de la sociedad que deben ser tomados en cuenta”.
En esa línea, ingresaron al oficialismo hombres de confianza del ex prefecto de Santa Cruz Rubén Costas, líderes de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) y de la hinchada de los clubes de fútbol Oriente Petrolero y Blooming, militantes de otros partidos que ahora son candidatos, y futbolistas como Marco Etcheverry y Leonardo Fernández.
Un reciente aliado del MAS, el candidato a la Alcaldía de Santa Cruz Roberto Fernández, destacó que “cualquier alianza que sirva para construir, para reconciliar al país y trabajar por las regiones, es bienvenida”. Explicó que en su caso, el acuerdo con el MAS fue impulsado por su deseo de trabajar por su ciudad y de ser el mejor alcalde cruceño.
El analista político Carlos Cordero manifestó que todos los partidos que llegan a un apogeo con la suma de adeptos por conveniencia o por empatía política, sufren un desgaste cuando desde el poder incumplen promesas económicas, sociales e ideológicas, y olvidan sus principios éticos.
El senador oficialista Adolfo Mendoza enfatizó que el MAS tiene aún “toda la autoridad moral para ser crítico del transfugio, porque si las personas fallan será problema suyo, pero el partido no queda mal al ser inclusivo”. Añadió que “hay personajes del viejo sistema que nunca serán parte del proceso, salvo que lo hagan de manera oportunista”.
Para el politólogo Marcelo Varnoux, el que supuestos ex opositores sean ahora del oficialismo es una muestra del “oportunismo típico en la historia política del país”. Afirmó que el MAS no puede evitar que se le sumen personas que siempre han vivido de la política y consideró que esas bajas no perjudican a la verdadera derecha, “sólo confirman que esos militantes eran oportunistas”.
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