27 noviembre 2009

Loayza: “No soy candidato a presidente sólo por joder”


Los tiempos

Dos hechos importantes han marcado la vida de Román Loayza, hechos que han logrado que su existencia mire hacia grandes objetivos: la Presidencia de Bolivia y el anhelo de construir una patria con justicia social e igualdad para todos, por ejemplo.

Desafortunadamente los acontecimientos han tenido que ser tan trágicos para que don Román saque fuerzas positivas de ellos en similar proporción al tamaño de su tristeza.

Estos son la muerte de su hijo en un fatal accidente y la caída mortífera que el propio Loayza tuvo durante una sesión de la Asamblea Constituyente y que le mantuvo durante nueve días en estado de coma, en el mismísimo umbral de reino de las Parcas… al borde de la muerte. Un accidente, para Loayza absurdo, también le privó de la vida al único hijo varón de Loayza, el que continuaría con la lucha política y sindical del candidato, su heredero.

Román se emociona y llega al borde de llanto al hablar de su hijo, cuando murió no estaba con él y de eso se recrimina, de impotencia de no haber podido salvarlo.

Sin embargo el resultado final de esta dramática existencia es la consolidación de un candidato que mira más allá de la coyuntura política. Ahora Loayza, este robusto dirigente campesino que aparenta ser más grande de lo que es, es un mezcla de político pragmático, experimentado dirigente sindical y… sorpresa, también un místico que pregona tanto la fe en Dios y su obra infinita, como el tributo a la madre tierra… a la Pachamama. “Ambos se complementan”, dice el candidato con ese acento valluno claro y duro con el que suele convocar a sus seguidores en sus asambleas y mítines políticos.

Loayza es hijo de esta nueva coyuntura política en la que emergen dirigentes de estirpe campesina y rural, como Evo Morales, Alejo Véliz, René Joaquino, con los que precisamente se enfrenta en estas justas electorales. Disidente y crítico profundo del gobierno de Morales —al que Loayza lo nombra constantemente como “el Evo”, de forma bastante familiar— pasó también difíciles momentos antes de consolidar su candidatura.

Primero tuvo problemas con la inscripción de su agrupación, cuando en determinado momento los dueños de la sigla decidieron retirarla por temor a no lograr el 3% y tener que pagar la multa. Luego su candidato a la vicepresidencia, Porfirio Quispe, lo abandonó a media carrera electoral.

Pero don Román se iba con todo, nos se amilanó y estaba dispuesto a ingresar en huelga de hambre si por alguna razón su candidatura era vetada.

Y ante la renuncia de su vicepresidenciable inmediatamente convocó a Guillermo Beckar, también disidente del MAS.
Uno de los pilares de la campaña de Loayza es su cuestionamiento a la gestión del gobierno de Evo Morales. Como dirigente sindical campesino, como parlamentario y como Constituyente, acompañó al actual Presidente de Bolivia. Pero hubo un momento en que se sintió decepcionado, de que el proceso de cambio que pregonaron juntos se estancó.

“Teníamos esperanza en el Evo y en el proceso de cambio. Por eso toda la sociedad y las organizaciones del campo y la ciudad por primera vez en la historia le dieron su apoyo haciéndole ganar con el 54%,”, lamenta Loayza.

Por eso dice con rabia que no es por joder que está de candidato a la presidencia, sino para reencauzar y devolverle el sentido original del llamado “proceso de cambio”.

Se queja de que originalmente en el MAS y en el ejercicio de gobierno no habría corrupción, “cero corrupción decía el Evo”. Pero no se logró erradicar la delincuencia política y por el contrario Román anota que hay más nepotismo, más totalitarismo e incluso terrorismo. “Y de todo eso no podemos ser cómplices, como fundador yo lo rechazo”.

Loayza recuerda el día de su accidente, en una de las sesiones de la Asamblea Constituyente en el teatro Gran Mariscal. “La oposición fue a atacar a la testera a la directiva de la asamblea, entonces yo me levanté no para enfrentarlos sino para apaciguarlos y cuando estaba retornando había un especie de puente, ahí se trancó mi pie, quería equilibrarme pero sentí como algo que me estiraba y obligaba a caer. Creo que la pachamama estaba hambrienta de sangre humana”, concluye Loayza con dramatismo esta parte de su relato.

Loyza está convencido de que con su sangre ha alimentado a la madre tierra, a la Pachamama. Al caer se golpeó el hombro y la cabeza y salió abundante sangre de su oreja. “… y esa sangre que ha salido me ha favorecido, si se quedaba adentro tal vez me hubiese ido peor. A los nueve días he recuperado de un estado de coma, estuve como muerto”, relata el candidato. Y aquí está don Román, vivito y con la gran ambición de ser el futuro presidente de los bolivianos. El accidente en la Constituyente también le sirvió a Loayza para re redescubrir a Dios. “Hasta ese momento era mediocre y no creía mucho en Dios. Pensaba que si habría Dios en Bolivia no habría tanta pelea ni tanto sufrimiento, ni tanta diferencia entre los pobres y ricos. No habría el dominio de las transnacionales sobre nuestro país. “Pensaba que Dios nos ha abandonado, pero no había sido así”, dice Loayza con total convencimiento.

El redescubrimiento de Dios no ha alejado a Loayza de su creencia en la Pachamama. “No hay que pelear entres creencia o religiones, sino hay que complementarse”. A don Román le gusta la comida natural y autóctona como el ch'aqe de quinua o de trigo. Espera ansioso el 6 de diciembre, porque luego se tomará un descanso de y se dedicará a cultivar la tierra Sembraré al amanecer y al anochecer conversaré con la naturaleza, que también es un forma de conversar con Dios”, finaliza.

"Loayza es hijo de la coyuntura en la que emergen dirigentes de estirpe campesina y rural, como Morales, Véliz y Joaquino"

BIOGRAFÍA DEL CANDIDATO

Un autorretrato


Román Loayza Caero nació en Independencia, provincia Ayopaya del departamento de Cochabamba el 29 de febrero de 1948. "Me pusieron, indica, el sobrenombre de Rumi, por Román, que en quechua quiere decir “piedra”.


Hijo de Jacinto Loayza Córdoba y Margarita Caero Aguilar, ambos vivos.
Somos siete hermanos; cinco hombres y dos mujeres, yo soy el mayor, mi menor es Julio, después Paulino, Octavio y Máximo; las mujeres se llaman Albertina y Benigna. Todos apellidamos Loayza Caero. Mi idioma materno es el quechua y he aprendido a hablar castellano.

Familia y política


Se casó con Inés Díaz Carballo, tuvieron ocho hijos: Célida, Magda, José Limber (fallecido en 2005), Elizabeth, Neyda, María Elena, Andrea y Eugenia.


Estudió hasta sexto curso de primaria en su natal Independencia y luego tuvo un proceso de capacitación en la Casa del Catequista, Cochabamba. Fue catequista. Gracias a su esfuerzo concluyó el bachillerato; asimismo realizó tareas de formación de nuevos líderes en diferentes espacios, pero sobre todo en las mismas organizaciones a través de seminarios y talleres. Tuvo una capacitación y formación permanente durante el ejercicio de cargos en los que fue elegido.


Llegó a ser dirigente máximo de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba y, luego, de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, cargo que ocupó hasta 2005. Su ascenso en la actividad política fue rápido por sus condiciones dirigenciales y sus proyecciones políticas en el Movimiento al Socialismo (MAS), partido político con una mayoría de militantes campesinos e indígenas. En las elecciones generales de 1997 resultó elegido Diputado Nacional. También fue elegido Senador suplente en 2002 por el MAS, y en junio de 2006 es elegido Constituyente, por la misma sigla política.

"Pensaba que Dios nos ha abandonado, porque habían peleas y diferencia entre pobres y ricos, pero no había sido así."

SOBRE LOAYZA Y LOS OTROS CANDIDATOS

“Román es hombre honesto”

Neyda Loayza | Hija del candidato

Es un padre ejemplar, es un hombre honesto y justo. Nos ha enseñado a cada una de sus hijas a trabajar. Somos ocho hermanos de los cuales uno falleció, el resto somos mujeres. A veces se ha visto en algunas familias que a veces cuando son más mujeres éstas son relegadas. Pero mi papá siempre nos ha querido a todas sus hijas por igual. Nos ha dado el amor por igual.

Cono padre siempre se ha preocupado de que cada una de sus hijas estudiemos. Todas nacimos en Independencia, en Ayopaya y allí el colegio sólo había hasta tercero intermedio. Pero don Román siempre pensaba que sus hijas deberíamos estudiar y superarnos y no quedarnos sólo con la primaria.


Y así, poco a poco mis hermanas mayores se fueron trasladando para terminar el bachillerato en Cochabamba. Todas las mayores ya tenemos profesión gracias al esfuerzo de mi padre, y hay dos hermanas que todavía están estudiando. El objetivo era prepararnos para que podamos valernos por nosotras mismas. Como hombre público mi papá siempre se ha dedicado a la gente pero nunca ha descuidado a su familia.

“Evo es un engañador”

Román mira a sus adversarios

Samuel Doria Medina: Es un empresario que quiere ser progresista pero sólo en su discurso, en la práctica sólo quiere utilizar a los pobres y creo que es también aliado de Evo Morales. La gente no tiene por qué confiar en este tipo de personas.


Manfred Reyes Villa: Es un político de derecha. En Cochabamba ha sido prefecto y alcalde y se ha corrompido. Pese a ello, dicen que aunque corrupto hace obras. La gente apoya todavía a los corruptos. Creo que deberían repensar su visión sobre esta persona.


Evo Morales: Creo que ni siquiera lee la Biblia, pero tiene mucha inteligencia el Evo sabe cómo disponer su discurso. Pero también es un engañador ha traicionado al país.


Álvaro García Linera: Es un terrorista acabado. Hay veces su discurso llega al pueblo pero otras veces actúa contra el pueblo. Está de acuerdo con la guerra.


Leopoldo Fernández: Es culpable, junto a Quintana y García Linera, de la masacre de Porvenir. Entonces están implicados tanto el Fernández como la gente del gobierno.

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