Por Redacción Política
En la segunda parte de la entrevista exclusiva para Entre Caníbales, el ministro de Gobierno y posible candidato presidencial, Eduardo del Castillo, se mostró más humano, más enfático y definitivamente más frontal. Desde su postura sobre los feminicidios y la justicia boliviana, hasta su ruptura con Evo Morales y sus propias contradicciones, el funcionario no esquivó ninguna pregunta.
Exhibición pública de detenidos: ¿escarnio o estrategia?
Uno de los temas más polémicos fue la práctica de mostrar públicamente a presuntos delincuentes con carteles de “detenido”. Aunque criticada por organismos de derechos humanos, Del Castillo defendió la medida como un acto necesario frente a una justicia colapsada y desacreditada: “Teníamos sentenciados por feminicidio que estaban libres usando excusas médicas para evadir la cárcel”, explicó.
Sostuvo que gracias a esta visibilidad mediática se lograron sentencias ejemplares en tiempos récord. Sin embargo, admitió que se cometieron errores, como el caso de Reina Hualpa, injustamente expuesta como culpable sin fundamento. “Nos hemos disculpado públicamente. Cuando nos equivocamos, lo admitimos”, dijo.
Ruptura total con Evo Morales
Del Castillo confirmó su distanciamiento definitivo del expresidente Evo Morales, a quien acusó de violar a menores de edad: “No lo he hecho público antes porque no tenía pruebas suficientes. Ahora las tengo, y también testimonios de víctimas que temen por su vida”.
Criticó duramente el liderazgo de Morales, a quien señaló por intentar controlar el Ministerio de Gobierno y conspirar contra la actual administración. “No puedo convivir con alguien que quiere hacer sufrir al pueblo boliviano”, afirmó.
Camacho, operativos y polémicas
También defendió el operativo para detener a Luis Fernando Camacho, señalando que no se violaron derechos humanos y que todo se realizó con planificación y sin víctimas. Desmintió versiones de abuso de poder y uso desproporcionado de la fuerza.
Al hablar de casos como el intento de atentado contra Evo Morales en octubre de 2024, sostuvo que la narrativa presentada por el exmandatario era contradictoria: “Los informes periciales muestran inconsistencias. Es claro que se está victimizando”.
Familia, fe y legado
Más allá de la política, el ministro se mostró sensible al hablar de su familia, en especial de su abuela y sus hijas. “Mi mayor anhelo ahora es tener un domingo completo con ellas”, confesó. También se definió como creyente, formado en valores católicos, y se declaró admirador de figuras femeninas como Adriana Salvatierra, aunque hoy el vínculo político esté roto.
Un político marcado por la polarización
Del Castillo se muestra como un funcionario dispuesto a asumir los costos de sus decisiones. “Nos estamos jugando la vida, pero todo ha sido por defender a los más vulnerables”, remarcó. Ante la pregunta de si se imagina como presidente, evitó afirmarlo, pero no lo descartó.
“Quiero que me recuerden como un servidor incansable, alguien que no descansó ni un solo día en su gestión”, concluyó.
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