El presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gringo Gonzales, dijo que no tiene tiempo para aprender a hablar aymara como lo dispone la Ley General de Derechos y Políticas Lingüísticas, que entró en vigencia en 2012, y que dispone la obligatoriedad de hablar una lengua nativa.
"Yo personalmente no he tomado ninguna clase todavía, no tengo mucho tiempo, estoy con múltiples ocupaciones y, la verdad, ser Presidente del Senado toma mucho tiempo”, declaró el legislador.
La Ley 269 dispone que a partir del pasado 2 de agosto los funcionarios públicos sepan hablar un idioma nativo.
Para el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, "se sobreentiende” que hablar una lengua originaria es una condición para mantenerse en la fuente laboral, aunque aclaró que por ahora no se despedirá a nadie, reportó Erbol.
"Antes de pasar los cursos de idioma nativo, voy a pasar unos cursos de esposo, de papá y de abuelo además. Me estoy olvidando un poco por falta de práctica. Así que voy a priorizar esito”, agregó Gringo Gonzales.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, dijo que pasa clases de quechua, aunque prefirió no pronunciar ninguna frase por "no pasar papelones”.
Los diputados del MAS Lucio Gómez y Franklin Durán afirmaron que es necesario conocer una lengua nativa. El primero dijo: "No podemos imponer hablar un idioma nativo. Estamos todos obligados”. El segundo afirmó: "Fue un elemento muy importante para nosotros”.
Doria Medina
Opcional El líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, se refirió a las lenguas originarias mediante su cuenta en Twitter y escribió: "Aymara y quechua (es) para hablar con los abuelos”. Además, calificó como "exceso” que hablar un idioma nativo sea un requisito para trabajar en el sector público. Para él, debería ser una decisión voluntaria de cada uno de los funcionarios.
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