08 abril 2018

En el stand de Cotas se hallaron los símbolos de una “nueva nación”


Después de la intervención al hotel Las Américas, el 16 de abril de 2009, que culminó con la muerte de Eduardo Rózsa Flores, Árpád Magyarosi y Michael Dwyer, tras el intercambio de disparos con los policías, los investigadores hallaron en el stand de Cotas explosivos, armamento, la letra del himno de la denominada media luna, símbolos de una posible nueva nación, escudos y banderas que desvelaron afanes conspirativos y separatistas para fracturar al país.

El coronel Johnny Aguilera, actual director de la FELCC de La Paz, pero en aquel entonces oficial de la Policía con grado de mayor y a cargo de las pesquisas, rememoró lo ocurrido y señaló que se hallaron diversos elementos vinculados a un acto de terrorismo. Indicó que la Policía actuó e intervino el hotel Las Américas para precautelar la integridad del país.

“Esas personas fueron traídas a Bolivia en noviembre de 2008 y camuflaban sus actividades conspirativas vistiendo chalecos de prensa y otros elementos típicos de la mimetización de las células terroristas”, aseguró Aguilera.

“Se trató de la conformación de un grupo central con financiamiento económico o tratamiento ideológico de una misma fuente, pero a la vez estaba incomunicada durante el desarrollo de las operaciones en sí mismas”, agregó la autoridad.

Los exmiembros de la disuelta Unidad Táctica de Resolución de Crisis (Utarc), una vez que ya contaban con toda la información de Inteligencia respecto a las actividades irregulares de los terroristas extranjeros, desarrollaron el operativo para aprehenderlos, sin embargo, estas personas se resistieron y hubo un intercambio de disparos con los policías en el que tres de ellos murieron.

“Puedo afirmar que los tres ciudadanos perdieron su vida en un enfrentamiento con la Policía. Los estudios periciales acreditaron un cruce de fuego en tres habitaciones del hotel Las Américas”, señaló el oficial de Policía y luego aclaró que, junto con otros investigadores de la entidad del orden, llegó a la ciudad de Santa Cruz a las 13.00 del 16 de abril de 2009 para iniciar las pesquisas.

“El cruce de fuego, demostrado por el estudio pericial sobre las trayectorias de los disparos de entrada y salida, es una prueba que se realiza con estudio de balística interior y de efectos. El estudio interior es el proceso interno de las armas y el de efectos se refiere a la trayectoria. Entonces, el estudio pericial nos dice que hubo un cruce de fuego en un enfrentamiento y no una supuesta ejecución extrajudicial, como afirman algunas personas”, sostuvo.

Aguilera reiteró que el operativo tuvo toda la legalidad porque el órgano de seguridad disparó contra el grupo de terroristas por hechos ilegales que cometían en ese momento. “Esas personas fueron seguidas cuando colocaron un elemento explosivo en la casa del cardenal Julio Terrazas, y otros ciudadanos y autoridades. Se estableció que estaban en ese hotel con armas y dinamita que logré ver durante la inspección a cargo del fiscal”, afirmó.

Iniciadas las pericias, en el stand de Cotas —que era utilizado como centro de operaciones por el grupo separatista—los investigadores hallaron la tapa del basureo que fue empleado en la explosión en el domicilio del Cardenal.

“Con ello se demostró que se cumplió una ley de la criminalística que es el principio de intercambio”, señaló.

“En nuestra formación se dice que el mejor terrorista es el terrorista muerto, porque este sujeto coloca en riesgo la vida y seguridad e incluso el patrimonio del Estado”, indicó, aunque aclaró que hubiera sido importante que los tres no fallecieran para que declaren y digan quién los trajo a Bolivia y con qué finalidad.

La falsa autonomía
Recordó que Eduardo Rózsa y los demás integrantes del grupo separatista ya cometieron otros actos terroristas desde 2008, por ejemplo, a ductos de gas para evitar exportaciones, tomaron instalaciones públicas, evitaron el aterrizaje del Presidente, además de bloqueos y otras acciones que pusieron en riesgo la integridad del país bajo el argumento de que querían dotar de tierras a “su gente”, a pesar de que ésa es una atribución del Gobierno nacional.

“Querían administrar sus recursos, crear su propia Policía bajo el nombre de una falsa autonomía; reclamando, en teoría, una mala distribución de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), cuando nunca antes un Gobierno hizo eso. A través de esos mecanismos generaron reclamos engañando a la población, la que les dio dinero a través del grupo La Torre, creyendo que era dinero para la autonomía, cuando en realidad esos recursos financiaban la presencia de terroristas”.

Guerra asimétrica
Rózsa intentó conformar un Ejército, como lo establece la guerra asimétrica, de manera irregular y compuesto por vecinos que atentarían contra las fuerzas regulares.

Elöd Tóásó creó una guerra comunicacional para que los ciudadanos se puedan afianzar en medios y redes sociales, mientras que Mario Tadic proporcionó en ese momento las estructuras de la defensa y organización de fuerzas, y para ello exigió armamento y dinero a la gente que lo trajo. “Había riesgo para el país, y si los policías no actuaban de esa manera, hubiese habido más víctimas”, dijo.

Por su parte, el periodista español Julio César Alonso sostuvo que no se trataba de simples turistas extranjeros, sino que eran terroristas y mercenarios contratados para desestabilizar gobiernos democráticamente constituidos.

El grupo tenía experiencia en el manejo de armamento bélico y algunas instituciones cruceñas, como Fegasacruz, Grupo La Torre, Cotas, además de empresarios y cívicos, pretendieron legalizar la denominada “Nación Camba”, y para ello financiaron el terrorismo en Bolivia.



Explotaron el racismo y el regionalismo

“Lo sucedido en el hotel Las Américas es una de las páginas más dolorosas y más cruentas en la historia democrática de Bolivia. Las acciones de esos terroristas luego derivaron en grupos fascistas radicales, profundamente racistas y con poco compromiso con Bolivia, con descendientes de europeos que intentaron dividir el país”, declaró el ministro de Gobierno, Carlos Romero, a la red Patria Nueva.

En su criterio, no aceptaron la instauración de un proceso de cambio, que un indígena sea Presidente o que los privilegios de algunos sean restringidos en beneficio de la mayoría.

“Explotaron dos sentimientos: el racismo y el regionalismo. Acuñaron la tesis e hicieron creer a la gente que Santa Cruz tenía un origen distinto al resto del país. Plantearon la independización de la ‘nación camba’”, expresó.

Mediante ese sentimiento manipulado hacia la confrontación regional, alentó a asumir represalias y persecuciones a migrantes en Santa Cruz.

“El diseño de su autonomía era mediante el manejo propio de recursos naturales, del dinero; era la independización de una región para convertirse en otro Estado, dando una puñalada a la madre patria para dividirla, y para eso trajeron mercenarios húngaros y croatas”, manifestó.

Recordó que, al ser descubiertos, se enfrentaron a la Policía y los mismos que los contrataron y pagaron empezaron a decir que todo fue armado por el Gobierno para desarticular a la oposición. “Lo que se hizo en 2009 salvó la unidad de la patria”, aseguró Romero.

Ante la acción presentada ante la CIDH por familiares de Mario Tadic, Romero señaló que es “un insulto al Estado y a la inteligencia de las personas”, porque se demostró que la Policía actuó contra un grupo que quería el separatismo mediante acciones terroristas.



La célula terrorista-separatista llegó a Bolivia con pasajes adquiridos en Santa Cruz

Antes de llegar a Bolivia, Eduardo Rózsa (húngaro-boliviano) declaró ante un periodista húngaro que lo convocaba su sangre y que llegaría a Santa Cruz para defender su tierra, porque supuestamente había una amenaza del presidente Evo Morales en contra de ella.

“Dijo que iba a ayudar a la resistencia porque no se podía permitir acciones de los aymaras”, recordó el actual ministro de Minería, César Navarro, en aquel entonces miembro de la comisión legislativa que investigó la intervención al hotel Las Américas.

Explicó que Rózsa tuvo participación en la Guerra de los Balcanes y organizó un grupo de paramilitares que cometieron delitos de guerra, ya que victimaron mujeres, niños y personas mayores que no estaban involucradas en dicho conflicto.

Rózsa Flores, Árpád Magyarosi (húngaro-rumano) y Michael Martin Dwyer (irlandés), fallecidos durante la intervención; Mario Tadic (boliviano-croata) y Elöd Tóásó (húngaro) llegaron al país utilizando los pasajes que compraron para ellos en Santa Cruz. “Es otra prueba de que esas personas fueron traídas”, dijo.

Los responsables administrativos de los hoteles Buganvillas y Santa Cruz hicieron conocer a la comisión investigadora sobre el pago de facturas del hospedaje de ellos. “Uno de los administradores vino a la comisión y entregó dos pruebas: la caja de una mira telescópica y una madera tallada. En el hotel de Santa Cruz nos mostraron facturas de la cancelación de los hospedajes; la estadía de ellos fue cubierta por personalidades y personas vinculadas a ciertos niveles de poder de la ciudad de Santa Cruz”.

Se establecieron anillos de control, el comportamiento, reacción y respuesta de la población cruceña. Desarrollaron actividades en el stand de Cotas y una de las pruebas es una factura de la instalación de internet.

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