10 julio 2017

Los uniformados pasaron 51 horas en suelo boliviano



Después del anuncio de devolución de los dos carabineros, estos no pudieron conciliar el sueño, “si durmieron dos horas es mucho”, relató uno de los policías que estuvo dentro de la Policía Fronteriza, las instalaciones donde estuvieron detenidos los dos uniformados.

Desde el viernes, a las 16:20 hasta las 8:25 de ayer, Jaime Díaz y Nicolás Morales pasaron 40 horas en suelo uyunense y la pasaron con agua principalmente, aunque los policías les ofrecieron desde refresco hasta jugos naturales; comieron poco, tal vez por temor, pero aceptaron educadamente el pollo al spiedo que les trajeron en dos días.

Una habitación de 4x6 metros aproximadamente concentró la atención de policías, militares y políticos y el celo policial fue extremado porque ningún medio logró acceder a la infraestructura y el comandante departamental de Potosí dijo que este no era un asunto de la Policía, sino del Estado boliviano y que ellos no tomaban determinaciones.

Para la hora del traslado de los dos carabineros, no se pudo apreciar a autoridades nacionales y todo estuvo a cargo de la Policía, incluso los cinco policías que los custodiaban, llegaron hasta la rampa del aeropuerto, los entregaron a los responsables del vuelo y abandonaron Uyuni. Eran las 8:25 cuando el avión de la FAB decoló rumbo a Oruro.

Minutos después, los policías chilenos aterrizaban en la ciudad del Pagador para luego tomar camino por tierra, en vagonetas del Ministerio de Gobierno, de sur a norte. Una caravana de unos seis vehículos recorrió la doble vía La Paz-Oruro hasta la localidad de Patacamaya, desde donde enderezaron el recorrido hacia el oeste.

En Patacamaya arribaron cerca del mediodía y después de las 13:30 llegaron al hito fronterizo entre Bolivia y Chile. Aunque era un día despejado, el frío altiplánico de esa región se hacía sentir.

En suelo chileno, una veintena de carabineros esperaban la llegada de sus colegas, a la cabeza del general director de Carabineros, Bruno Villalobos.

Jaime Díaz y Nicolás Antonio Morales salieron tranquilos de uno de los vehículos de la Policía boliviana y fueron directamente a saludar a su general. Llevaban el mismo uniforme con el que fueron aprehendidos hace 51 horas en Potosí. En medio de decenas de periodistas, los uniformados llegaron a la mesa donde les esperaba el acta de entrega oficial que se firmó para luego, sin mayores preámbulos, pasar hacia su territorio a pie e ingresar a un carro policial chileno que los transportó a su país, sin hacer declaraciones a la prensa.

Más tarde llegarían a uno de los puestos de Carabineros en Chungará donde Díaz se reencontró con sus familiares.

El acto de entrega se cerró con el abrazo fundido de los jefes policiales de Bolivia y Chile enmarcó ayer el primer episodio de fraternidad restaurada entre Bolivia y Chile desde 2011, cuando el entonces canciller chileno, Alfredo Moreno, se encontró en La Paz con su entonces homólogo boliviano David Choquehuanca.

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