09 febrero 2017

Illanes realizó 135 llamadas la jornada que fue asesinado


Eran las 17:24 del 25 de agosto de 2016. Rodolfo Illanes estaba a minutos de morir y a esa hora realizó sus dos últimas llamadas telefónicas desde la localidad paceña de Panduro. Nervioso y con el aparato en altavoz —en dos contactos cada uno de 20 segundos— habló con un familiar para que se comunique con el Ministerio de Gobierno para que instale el diálogo con los mineros cooperativistas, sector que una hora después lo asesinó a golpes.


Ese fatídico día, Illanes realizó 135 llamadas, la mayoría a familiares, pero también se contactó con oficinas de Palacio Quemado. En ese conflicto cinco mineros también perdieron la vida, cuatro por impacto de armas de fuego y otro por mala manipulación de un cachorro de dinamita.


Gerson Eizaguirre es primo de Illanes. Fue a él quien llamó la última vez. Cada contacto duró 20 segundos y en ese tiempo el entonces viceministro le pidió que hablara con “gente del Ministerio de Gobierno” para que se convoque al diálogo con los cooperativistas mineros que bloqueaban la ruta Oruro-La Paz para exigir la anulación de la ley de cooperativas. Otro piquete estaba en la ruta a Cochabamba.


“Se lo notaba nervioso y me pidió que me contactara con su oficina para que se instalen las mesas de diálogo. Ese momento no pensé lo que iba a pasar y llamé a un amigo del ministerio (de Gobierno), pero él estaba en comisión en Pando”, relató Eizaguirre a EL DEBER.


Illanes perdió la vida el 25 de agosto tras ser secuestrado y vejado por mineros cooperativistas en la localidad de Panduro, en La Paz. Más de una decena de mineros fueron procesados y enviados a la cárcel por el fallecimiento de la exautoridad. Evo Morales calificó de ‘héroe’ a la exautoridad e instruyó poner el nombre del fallecido a un puente en el municipio de Mecapaca, en La Paz.


El familiar acotó que el teléfono de Illanes tenía la función de altavoz activada y que escuchaba los gritos de los mineros pidiendo la liberación de sus compañeros, que estaban recluidos en el penal de San Pedro. “Yo les decía (a los mineros) que la mesa de diálogo se iba a instalar al día siguiente, que esperen, pero se notaba que era mucha gente”, detalló.
Illanes se comunicó en seis oportunidades con su primo Gerson. En todas las llamadas le pedía que interceda con autoridades de la cartera de Gobierno. Su familiar, dijo, no logró acceder a los funcionarios.

Las llamadas de Illanes
Antes, Illanes realizó 135 llamadas. La mayoría fueron a sus familiares, que antes de las 15:00 les decía que todo estaba controlado y que no se preocupen. Sin embargo, 54 telefonazos fueron al entonces subcomandante de la Policía de La Paz, coronel Abel de la Barra. Otros 11 contactos fueron con el también entonces jefe de la Policía paceña, coronel José Luis Araníbar, a quien se lo acusa de no haber instruido el repliegue de los efectivos, que, al contrario, colisionaron con los mineros antes de la muerte de Illanes.




Araníbar le devolvió la llamada a Illanes en 12 oportunidades. El malogrado viceministro llamó 14 veces al ministro de Gobierno, Carlos Romero. La autoridad de esta cartera de Estado ayer prefirió no emitir comentarios sobre este asunto.


“No conozco, tienen que preguntarle al fiscal”, se limitó a responder Romero, tras ser consultado sobre las últimas llamadas que realizó Illanes.


Este medio comprobó que el exviceministro llamó en cuatro oportunidades al exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, que ayer tenía su teléfono móvil desactivado.
Quintana respondió también en cuatro oportunidades las llamadas de Rodolfo Illanes desde un teléfono móvil corporativo que pertenece al Ministerio de la Presidencia.
Además de las llamadas, Illanes recibió y envió 108 mensajes SMS. Desde las 4:35 hasta las 17:24 realizó 135 llamadas. Su teléfono celular funcionó hasta las 22:49

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