14 noviembre 2016

Los dos tercios le quitan peso fiscalizador al legislativo

Lo que en anteriores gobiernos tener dos tercios en el parlamento nacional (hoy Asamblea Legislativa Plurinacional-ALP) era un mecanismo político añorado y casi utópico para dar certidumbre y gobernabilidad al país; hoy es un instrumento de legitimación del ejercicio del dominio político y abuso de poder, coinciden los políticos y analistas en el tema.

"Convertir en Ley lo que el Ejecutivo (gobierno central) plantea, y el parlamento obedece en función a esa mayoría, explica el tema de fondo, dice sin dudar, Rafael Puente, analista y ex viceministro de gobierno de Evo Morales. "Al tener más de dos tercios, se ha consolidado una sensación de poder absoluto, de poder ilimitado, donde la oposición solo juega un papel totalmente decorativo, eso ha debilitado gravemente el conjunto de lo que se llamó este proceso de cambio", argumenta.

La politóloga y diputada por Unidad Demócrata, Jimena Costa, define que el momento en que un partido político controla los dos tercios se diluye la función de fiscalización del parlamento y son gobiernos que tienden a hacer uso y abuso de los recursos del Estado, de la institucionalidad democrática y borrar el debate parlamentario.

"Esto sucede porque no hay frenos, no hay límites y menos contrapesos. Es nefasto, recordemos los resultados de las megacoaliciones que acabaron con el sistema de partidos. Ahora lo que ocurre con este gobierno es aún más acelerado y grotesco, dado que cada vez se deteriora esa institucionalidad democrática", enfatiza Costa.

Tras los comicios de octubre del 2014, el MAS se quedó con 113 representantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional, tres más de los necesarios para tener los dos tercios.

Eso de tener dominio. Si bien la conquista de esas “mayorías extraordinarias” (conceptualizada así por los tratadistas), con apoyo directo del voto ciudadano en las urnas fue recién alcanzado en este gobierno de Evo Morales, en las elecciones generales del 12 de octubre de 2014; el mecanismo ya fue una práctica común en el periodo neoliberal, bajo la figura de la “democracia pactada”. Práctica “perversa dicen los analistas” que en el transcurso de al menos 24 años llevó a la crisis del sistema de partidos. El hecho estriba en que hasta antes de las elecciones generales de 2002, ninguna organización política solía alcanzar siquiera la mayoría absoluta del "cincuenta por ciento más uno" en el resultado final de las urnas. Era aún más crítica la situación de la composición parlamentaria donde los resultados generaban una representación dispersa y heterogénea. En ese contexto, para darle viabilidad democrática y sobre todo gobernabilidad al país, los líderes de los partidos políticos se veían obligados a encontrar consensos, acuerdos y las clásicas coaliciones para configurar los dos tercios.

"Estos dos tercios, allá en los años 90, llegaron incluso a ser hasta “cuatro quintos” en la época de megacoaliciones, donde el MNR y ADN lograban una congregación extraordinariamente grande. Con ello se utilizaba el llamado “pasanacu” de cargos, posiciones y fragmentación de los espacios de poder en la administración del Estado", rememora Róger Cortez, en su análisis político, en contacto con El Día.
A su vez, Oswaldo "Chato" Peredo, político y hasta hace poco alto dirigente del MAS, señaló que fue un periodo donde la denominada “democracia pactada”, ha implicado una repartija de poder, con grandes rasgos de corrupción y escasa transparencia. "Fue un momento donde ningún partido alcanzó los dos tercios por lo que hacían esos pactos oscuros a espaldas del pueblo. Ahí se apañaba muchas cosas que hoy son diferentes", precisó.

El mecanismo en este periodo. Ese periodo neoliberal pareció languidecer y quedar en la historia, con el advenimiento del llamado “proceso de cambio” postulado por el Movimiento Al Socialismo (MAS). El mecanismo de los “dos tercios” constituyó además un voto de confianza de los ciudadanos para darle más solidez al gobierno que el que gozaron los anteriores regímenes. Puente rememora la historia parlamentaria de los últimos 11 años, al señalar que el mayor punto de inflexión política del MAS tuvo lugar desde el 2010 a partir del segundo gobierno de Evo Morales, cuando consolida la mayoría de los dos tercios en ambas cámaras legislativas.

"Al tener más de dos tercios de ambas cámaras, el Gobierno ha logrado un ejercicio del poder total. Ahí no hubo quién le dispute nada a diferencia de los cuatro años anteriores. A partir de eso el Gobierno no tuvo dificultades para tomar todas las decisiones más delicadas como aprobar leyes, nombramiento de autoridades, entre otros. Además, ahí se ha acabado el debate político, la participación, la crítica de la oposición y lo peor, se ha tenido que cumplir al pie de la letra lo que emanaba del poder ejecutivo", sintetizó Puente.

El ex vicepresidente de la república, Víctor Hugo Cárdenas, señala que en democracia donde es vital la oposición, el debate parlamentario, el sentido común de las ideas y la correlación de fuerzas, los dos tercios no pueden significar un mecanismo de imposición y fortaleza de poder; pero en este periodo de gobierno resultó siendo todo lo contrario.

"El Gobierno ha utilizado este mecanismo para imponer su excesiva mayoría, por lo cual los 'dos tercios' resultan siendo perjudiciales, no solo para el rol de la oposición que fue muy pobre o borrado totalmente, sino para la propia gestión de gobierno. Por eso, al no tener el ejecutivo un control y un equilibrio, incluso se ha dado el lujo de cometer los errores que ha cometido", señaló

Casos que explican. Entre las incidencias más salientes, Cárdenas revela cómo el mecanismo de los dos tercios ha liquidado la esencia política de la Asamblea Legislativa al ser convertida en una especie de “sucursal” del ejecutivo. Además, dejó en entredicho cualquier asomo de transparencia, dado que en esa instancia la función de fiscalización quedó postergada a una labor de “levantamanos”, con nulo margen a la crítica. El ejemplo más claro son las interpelaciones. "Nunca se pudo tener una información fidedigna. La mayor parte de las interpelaciones concluyeron en aplausos, incluso algunos salieron en hombros. El caso más extremo ha sido la reciente interpelación a la ministra de Comunicación, Marianela Paco, que se dio el lujo de no dar cifras, no respondiendo a las preguntas formuladas por los parlamentarios", señaló.

En ese contexto, señala Costa, la democracia se ve debilitada notoriamente, dado que el parlamento es el escenario donde sus representantes ostentan la potestad de la voz del pueblo. "El Gobierno no le rinde cuentas al pueblo. Las interpelaciones no son para la oposición, sino para el pueblo. Entonces pierde sentido la existencia del parlamento. Todos estos factores deterioran el proceso democrático", argumentó.
Puente, al respecto, enfatiza que el ejercicio al que lleva adelante el Gobierno, además de constituir un abuso de poder, se está ratificando la persistencia de una “democracia tramposa” que fue práctica común a lo largo de siglos de la historia de la humanidad. "La democracia siempre fue tramposa en una forma de autoengreimiento que lleva al ejercicio nada democrático y poco participativo del poder", señaló.

Repaso
Puente cita cómo se ha retrocedido

Leyes. Desde el ejecutivo se han enviado proyectos de Ley, al extremo de sugerir que no sea sometido a debate alguno; sino que el parlamento apruebe a secas, recuerda, el ex viceministro de Régimen Interior, Rafael Puente. "Por ejemplo, la Ley de Transparencia fue enviado del Poder Ejecutivo al Legislativo citando que se apruebe tal como está. Por entonces el diputado por Potosí, Maldonado (Eduardo) del MAS, presidente de la comisión correspondiente se negó y dijo que se somete a debate. Por este hecho al poco tiempo fue alejado de dicha comisión", señaló.

Peligros. Para Puente, el uso que hace el MAS de los dos tercios es muy regresivo y nada revolucionario. "El Gobierno al pretender deshacerse de los opositores que cuestionan su gestión con labores de fiscalización, va en contra del principio de pluralidad, que se encuentra en la Constitución Política del Estado (CPE), dijo.

Punto de vista

'Hay una sobreexplotación del mecanismo político'

Róger Cortez
Analista Político

"Por alguna razón válida o no, la excepción convertida en regla, se presta para que tendentes impulsos comunes a los políticos profesionales se canalicen muchas veces de la manera más perversa.

En el caso boliviano hay una sobreexplotación del mecanismo. En ese contexto se da una castración del debate informado, basado en hechos, abierto y de cara al público.

Esta forma de actuar, recupera una vez más, prácticas que el MAS juró abolir y desterrar. Además, ahora el partido de gobierno, no se conforma con los dos tercios, sino quiere recuperar parlamentarios opositores y engrosar más allá de cualquier límite su potencial de voto .

Porque con esa superioridad en el parlamento, ahora el MAS ha ingresado a un socavamiento continuo de la amplitud y las posibilidades del trabajo parlamentario. Este gobierno lo único que hace es completar lo que hicieron los gobiernos anteriores, pero de la peor manera posible de coartar el debate y la lógica a una mayor participación y el ejercicio propio de dicha labor.

'Siempre se va a cometer excesos cuando el poder está cargado de prepotencia. Ahora los dos tercios no sirven de legitimidad para la oposición. Yo con todos los defectos, prefiero un régimen como el que sucede ahora'.

Oswaldo Peredo
Político exdirigente del MAS

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