13 junio 2016

El “gallo” quiere cantar victoria nuevamente el 2019

Tal como decía la canción de campaña electoral de Movimiento de Izquierda Revolucionaria: “el MIR triunfará, el pueblo triunfará, el gallo cantará nuestra victoria”, ahora, muchos años después de su “pausa” política el “líder histórico” (como suelen llamarlo los miristas) Jaime Paz Zamora quiere “cantar” nuevamente y para ello está viajando y tomando contacto con su militancia para rearticular su partido y construir una propuesta alternativa al Movimiento Al Socialismo (MAS) para las elecciones de 2019.

A sus 67 años, Paz Zamora no ha perdido su buen humor y su gran habilidad para hablar y dar un salto, en segundos, para referirse a su vida, a la historia o a la coyuntura política. En entrevista con Los Tiempos habló largamente sobre esos temas y de sus proyecciones futuras.

Paz Zamora, el hombre del “entronque histórico”, del “triple empate” o del cruce “de los ríos de sangre”, ahora está convencido de que su partido es la alternativa para construir una opción política, para las próximas elecciones, que sería el eje alrededor el cual giren otros partidos políticos y organizaciones sociales.

Sin embargo, antes tiene que “resucitar” al MIR, actualmente sin personería jurídica e inexistente en el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Los Tiempos (LT) ¿En qué situación está en este momento el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)?

Jaime Paz Zamora (JPZ) El MIR está como los migrantes cochabambinos en España o EEUU; trabajan, viven, mandan plata a Bolivia pero no existen porque no tienen documentos. El MIR en el país es un gran movimiento político pero sin papeles.

Aunque admito que también hay cierta dejadez de la dirección mirista tras la crisis interna que tuvimos, pero de ninguna manera dejó de existir el mirismo como tal.

Quedamos sin sigla y sin posibilidad de una actividad política y nuestra ausencia en el escenario electoral justifica mucho de lo que pasó en estos 10 años. Por ejemplo, yo estoy seguro que en la elección de 2005 de haberse presentado el MIR yo creo que Evo Morales no hubiera obtenido el 52 por ciento en las elecciones. El mirismo tenía un 15 por ciento de voto básico.

Debo recordar, además, que Evo Morales fue diputado la primera vez por voto del MIR en Chapare.

Si el MIR participaba en esa elección, Evo Morales no llegaba al 39 por ciento. Por eso la supuesta muerte súbita del MIR generó una serie de disyuntivas para el funcionamiento del proceso electoral democrático en Bolivia.

LT.- ¿Y qué pasaba si el MIR participaba en las últimas elecciones generales de 2014?

JPZ.- Incluso en estas últimas elecciones todos los candidatos tenían que ver con el MIR. Empezando con Evo Morales que inició su carrera como diputado con los votos del MIR. Siguiendo con Samuel Doria Medina que fue mi ministro, luego Tuto Quiroga que también fue mi ministro. Juan del Granado, que fue mirista y luego se separó. En el partido verde la candidata a la vicepresidencia, Margot Soria, también fue del MIR.

Todos convergían a una especie de matriz política e histórica en nuestro país. En eso el MIR se parece a lo que fue la academia de fútbol Tauhichi Aguilera que daba futbolistas a todos los clubes del país y el MIR se convierte en un semillero de políticos para todos los partidos. Bueno, (ríe) es un chiste pero también tiene algo de serio.

LT.- ¿Su visita a Cochabamba y las reuniones con miembros de su partido tienen que ver con algún plan para rearticular al MIR, tomando en cuenta que ya no tiene personería jurídica?

JPZ.- En ese contexto y tomando en cuenta que el proceso democrático actual está en la deriva, viene la inquietud del mirismo de reorganizarnos. Viendo cómo van las cosas sentimos que el país nuevamente nos necesita.

De la misma manera que nos sentimos llamados a intervenir cuando fundamos el MIR en la lucha contra las dictaduras, ahora nos sentimos convocados, porque resulta que al pueblo donde uno llega siempre hay un núcleo mirista. Yo todo el día recibo telefonazos de todo el territorio nacional de gente que quiere saludarme y preguntarme qué hacemos con el futuro de nuestro partido.
LT.- ¿Esta inquietud de refundar el MIR surge después del referendo constitucional del 21 de febrero cuando el rechazo a una posible reelección de Evo Morales se impuso?

JPZ.- No, justamente con los compañeros de La Paz y Cochabamba empezamos ya hace tiempo el proceso de reorganización. Y en este camino ocurre lo más interesante: que habiendo tomado esa decisión se da el referendo del 21 de febrero con los resultados que conocemos.

Los miristas sentimos que es eso lo que necesita el pueblo boliviano. En realidad el referendo fue tomado de forma inmediata como un mandato.

LT.- ¿Qué implicaciones tiene y a quiénes llega este mandato?

JPZ.- Es una mandato como de rango de ley constitucional y no hay donde perderse, hay que cumplirlo; no hacerlo es como violar una ley. Desde ese momento, esa voluntad de reorganizarnos ya no dependía de nosotros.

Ahora, nos tenemos que reorganizar por mandato. Vimos también las intenciones de ciertos sectores de querer frivolizar este contundente hecho político que fue el referendo; probablemente uno de los hechos políticos más contundentes de nuestra historia política.

LT.- ¿A qué se refiere con intentar frivolizar y quiénes lo harían?

JPZ.- Es gente que quiso comparar el referendo con un partido de fútbol o con una cueca o con una guerra. Esto es una batalla no la guerra, dijeron.

Pero el hecho es que no estamos en guerra, estamos en democracia, lo menos que debemos estar es en guerra. Entonces, es ahí donde nos reafirmamos más. No podemos frivolizar y el que quiera confundir está rayando la línea de la apología del delito.

Aquí no hay donde perderse, el referendo tiene el mandato de la constitución.

LT.- ¿Concretamente quéacciones están tomando para reorganizar el MIR en el país?

JPZ.- Estamos trabajando sobre la legitimidad que le da al pueblo boliviano a la convocatoria de organizarse para generar una alternativa para el 2020. Ese es el mandato del 21 de febrero.

Ese año debe elegirse un gobierno alternativo al que está hoy. Tiene que haber un gobierno con características populares y progresistas, pero también transparentes; tiene que ser un gobierno de democracia institucional con una diferenciación de independencia de los poderes; y tiene que ser un gobierno donde la justicia funcione.

En el próximo gobierno debe sobreponerse la transparencia, tiene que haber una absoluta información de lo que gasta el Estado. Debemos terminar con el concepto de democracia como confrontación.

LT.- Se trata de una especie de plan para hacer que sólo el MIR renazca o también convocarán a otros sectores.

LPZ.- No, tenemos que reorganizarlos de tal forma que sea mucho más grande de lo que fue el MIR, porque el MIR es el pasado y ahora hay que encarar una Bolivia distinta. Indudablemente, ahí está el mirismo al que debemos convocar.

Si se trata de reorganizarnos para consolidar una alternativa distinta el 2020, entonces empecemos por casa y nuestra casa es el MIR, y que además lo conocemos.

La idea es consolidar algo más de lo que fue el MIR, y por eso estamos tratando de reorganizar el partido alimentado por un concepto de comunidad política ciudadana. Es decir, concebimos al partido político como una comunidad política.

Es una convocatoria amplia donde lo que hoy en día es el mirismo será pues, en términos bíblicos, un fermento o una semilla.

LT.- Y los aspectos formales como la personería jurídica del MIR.

JPZ. Probablemente nuestras acciones desemboquen en pedir libros al Tribual Supremo Electoral (TSE) a través de las cual es expresamos nuestra voluntad de refundarnos y sobre esa base empezaremos a recolectar firmas.



PERFIL

Jaime Paz Zamora (Cochabamba, 15 de abril de 1939) fue vicepresidente de Bolivia en el período 1982-84 y presidente del 6 de agosto de 1989 hasta 1993. Fue uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria – Nueva Mayoría.

Paz Zamora fue el único sobreviviente de un catastrófico accidente aéreo ocurrido en 1980; atentado planeado en su contra por el Gobierno dictatorial de Luis García Meza.



SOY EL ÚNICO SOBREVIVIENTE DEL ATENTADO

Los Tiempos. Asegura usted que lo que algunos libros de historia llaman accidente en realidad fue un atentado. Nos referimos a lo que ocurrió ese 2 de junio de 1980, cuando cayó el avión en el que viajaba en plena campaña electoral.

Jaime Paz Zamora. No es que yo lo llamo, es lo que fue, un atentado. En junio de 1980 con la Unidad Democrática y Popular (UDP) nos preparábamos para ir a una tercera elección después de haber ganado las dos primeras. Era un momento donde sucedían los gobiernos y golpes militares en medio de mandatos transitorios como los de Walter Guevara o Lidia Gueiler.

Estoy seguro que en esa época sacamos hasta un 70 por ciento de votos. No fue don Evo el primero que alcanzó la mayoría absoluta, fuimos nosotros. Así y todo nos reconocieron un 35 y 40 por ciento para llevarnos al congreso.

En ese contexto convocan a elecciones para el 29 de junio de 1980 y ya había una UDP que estaba en pleno crecimiento y nosotros encaramos el proceso electoral. Pero resulta que en ese momento ya se estaba gestando el golpe de Luis García Meza, el último golpe civil militar de Bolivia.

Este proceso empieza con una serie de atentados terroristas: primero, el asesinato de Luis Espinal, en marzo de 1980; el segundo, es una bomba que tiran en mi casa; y el tercero es el 2 de junio cuando atentan contra el avión en el que viajaba cuando empezábamos con don Hernán Siles la tercera campaña electoral.

Era un vuelo que tenía que salir de La Paz a Rurrenabaque, pero extrañamente una hora antes don Hernán decide no subir al avión. Yo quedo al mando de la delegación de la UDP pero ocurre que quedo como único sobreviviente del atentado de los seis que abordamos el avión.

Semanas después, el 27 de junio, ocurre otro atentado. Yo estaba internado en un hospital y don Hernán estaba en un acto de cierre de campaña en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz. Luego la caravana baja por el Prado y le tiran tres granadas de guerra a don Hernán, mueren dos personas y milagrosamente don Hernán también se salva.

Luego viene el Golpe del 17 de julio, cuando ya era imparable la fuerza arrolladora de la UDP.

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