19 abril 2016

Desempleados, egresados y un vendedor de piedras entre los candidatos a Defensor

La fila para postular a la Defensoría del Pueblo era larga y en ella se pudo encontrar curiosas historias de gente que quiere llegar al cargo porque no tiene empleo, porque busca probar suerte o porque no exigen título entre los requisitos. Entre ellos, ANF descubrió a vendedor de piedras, a un conocido agresor de periodistas, a una supuesta activista de la popular calle Uyustus, estudiantes universitarios, entre otros perfiles.

En esa larga fila integrada por ciudadanos que todavía esperaban para inscribirse, este medio aprovechó para conversar con cada uno de ellos en el último día de registro para los aspirantes a la Defensoría del Pueblo. La Comisión de Constitución inicia este martes la verificación de cumplimiento de requisitos, los que no cumplieron serán inhabilitados.

Sin ganas de revelar los negocios a los que se dedica, Raymundo Machaca cuenta que tiene dos o tres restaurantes, es un exdirigente cívico interprovincial que, según dice, al igual que el vicepresidente Álvaro García Linera no terminó sus estudios de lingüística.

Otro postulante comenta que colabora en una universidad pero no es funcionario, dice que tiene la intención de formar su partido político con jóvenes. Se le pregunta si tiene alguna profesión y responde que es "delegado y también apoyo a mi primo”.

Uno de los candidatos lleva un sacón anaranjado prácticamente el mismo color de su cabello, es huidizo y no quiere conversar, aunque dice "que tiene todas las profesiones" es abogado, comunicador y periodista, comenta que su experiencia de los derechos humanos fue en los barrios, las escuelas, la familia.

Juan Choque viste un sombrero de paño y abarcas y en la espalda carga un aguayo donde están sus documentos. Con una sonrisa dice que estudió en Rusia Relaciones Internacionales, pero que no pudo homologar su título, razón por la que no puede conseguir trabajo. "Vendo piedras para sobrevivir”, remata.

Edgar Mora es un viejo conocido de los periodistas, aunque los recursos de él no sean buenos. Cuenta que fue minero, artesano y un luchador social, no niega que en los primeros años del gobierno de Evo Morales apoyó el denominado proceso de cambio desde el comité cívico popular de La Paz, pero ahora dice ser crítico al Gobierno. En 2008, incluso fue denunciado por instigar para agredir e insultar a los periodistas en defensa de la administración gubernamental.

En la fila también estaba un sastre, quien dice que ejerce la profesión libre de la abogacía, su experiencia en derechos humanos tiene que ver con un barrio de La Paz, pero no dice más.

También salta a la vista la exreligiosa Sonia Serrano, ahora laica de las Misioneras Carmelitas, que llegó de Sucre para presentar sus documentos y asegura que siempre se comprometió con los derechos humanos y el excura Wilson Soria que ya fue concejal y director de régimen penitenciario, ahora dice que desde 2010 no tiene ninguna relación con el Gobierno.

"Recién voy a empezar mi trayectoria”, nos responde otra postulante que dice que trabaja con sectores vulnerables en el populoso barrio de la Uyustus en la ciudad de La Paz y que fue víctima de violencia. No tiene profesión y como la convocatoria no exige este requisito se animó a postularse.

Muchos no tienen empleo fijo y dicen ejercer la profesión libre y aseguran que la convocatoria para aspirar al Defensor del Pueblo es una oportunidad para probar si son designados. En este grupo hay varios abogados, estudiantes universitarios, agrónomos y un ingeniero geógrafo.

Otros creen en la suerte y prueban sus postulaciones a diversos cargos, ante la posibilidad de beneficiarse con la decisión de la Asamblea Legislativa Plurinacional que elegirá al futuro Defensor del Pueblo en el mes de mayo, luego de que Rolando Villena cumpla su mandato constitucional este 13 de mayo.

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