01 febrero 2016

Roger Cortez: “El MAS está a punto de claudicar de manera absoluta”

EXAMEN | UN ANÁLISIS A PROFUNDIDAD DE CÓMO ESTÁ EL MAS DESPUÉS DE UNA DÉCADA.

El proceso constituyente en que se embarcó Bolivia desde fines de los 90 puso en manos del MAS la misión de cristalizar transformaciones históricas. En esta entrevista el analista político Roger Cortez Hurtado evalúa cuánto se avanzó hacia esos objetivos en la década del gobierno de Evo Morales.



OH!: ¿Mantiene el país el norte de los ideales del proceso constituyente que embanderó entre fines de los años 90 y principios de los 2000? ¿Cuánto se ha avanzado durante la década del MAS?

La fuerza motriz del proceso constituyente no se ha perdido, no se ha extraviado, sino que, como ocurre frecuentemente en el desarrollo de procesos históricos, el gran impulso inicial se ha alcanzado a través del Gobierno del MAS. Fue la herramienta política con que se cristalizaron las primeras aspiraciones del proceso constituyente. El MAS ha avanzado un trecho, ha detenido ese impulso y ahora parece concentrarse en hacer el máximo esfuerzo para que no se desarrolle. El proceso constituyente tenía tres fuentes y objetivos inicialmente: la modificación de la matriz productiva; la demanda de un nuevo Estado, y una renovación intelectual y ética.



OH!: ¿Qué se hizo y qué no para ir hacia esa meta económica de la modificación de la matriz productiva?

El MAS se ha concentrado en esta área y ha conseguido ciertos avances significativos, pero insuficientes respecto a lo que necesitamos y podemos hacer. En la década, se ha conseguido una serie de avances partiendo casi exclusivamente de una demanda que era un motor del proceso constituyente: recuperar el control sobre la propiedad de las riquezas del país y sus medios productivos. Esto se canalizó como política gubernamental a través de lo aplicado en materia de hidrocarburos, fundamentalmente, en un momento extraordinariamente oportuno, cuando la riqueza fluyó desde los mercados de compra de nuestros productos. Se contribuyó así a un incremento de la disponibilidad de recursos e ingresos que se acompañó con políticas públicas de redistribución, traducidas finalmente en una disminución de los índices de pobreza en general.

Ése ha sido uno de los avances más significativos, pero la manera en que se lo ha hecho contiene limitaciones, trampas que ahogan la posibilidad de ir más allá.



OH!: ¿A qué se refiere?

Constitucionalmente, se revirtió la tendencia privatizadora de años previos y se enunció como la forma más avanzada la fórmula de que los recursos naturales son de propiedad del pueblo boliviano. Es una fórmula más avanzada respecto a la que prevalecía en el constitucionalismo previo que otorgaba al Estado la propiedad de estos recursos. Es más avanzada porque resuelve un sentido de identidad, de unidad, de todo un país respecto a la disponibilidad de aquellos elementos contenidos en su naturaleza, en su territorio. Los unifica, son propiedad de todos los bolivianos y bolivianas. Por el otro lado, en otras disposiciones de la Constitución, abre la puerta a una mayor sensibilidad medioambiental. Sobre esa base se ha generado un primer avance significativo, pero limitado.

Es limitado porque más allá, cuando se va a hidrocarburos, por ejemplo, el viejo sentido burocrático y expropiador que existe desde la época del MNR, reaparece. Se deforma esta fórmula inicial de que los recursos naturales nos pertenecen a todos, para ratificarla, supuestamente, y decir: pero el Estado administra estos recursos y “ejerce” la propiedad sobre ellos. Este ejercicio de la propiedad, este invento, maniata otro gran avance constitucional respecto al control social. Si se mantiene al Estado como administrador, es su papel, queda claro el espacio para un poder fiscalizador: el control social. Pero, haciendo trampa, se desvirtúa la fórmula de que los recursos nos pertenecen a todos, y, de contrabando, otra vez, se los entrega al Estado que, por muy popular que sea su origen, termina adquiriendo intereses propios que se van distanciando de los de la sociedad. En ese momento se traiciona el espíritu del proceso constituyente.



OH!: ¿Cuánto se hace o ha hecho para diversificar la matriz productiva?

Están los esfuerzos chambones que hace la administración del MAS por una industrialización calcada de los años 50. Tiene el mismo espíritu desarrollista un tanto ciego que lo lleva a buscar, de manera mal encaminada, industrialización sin una visión global. Eso que, expresado con tanta carga de retórica al principio de la Constitución respecto al equilibrio con el medioambiente, no encuentra un canal apropiado para llevar adelante este desarrollo económico efectivamente, preservando, equilibrando nuestro avance como sociedad con el equilibrio de la naturaleza.



OH!: ¿Y los proyectos relacionados a la exportación de energía, el litio y la petroquímica?

A eso iba. Lo que el Gobierno hace son hipótesis. El plan de energía tiene como problemas esenciales, primero que depende en medida sustantiva de la generación termoeléctrica. Para ésta tenemos el problema de reservas de gas insuficientes, cuya perspectiva está bajo un gran signo de interrogación; nuestra energía hidroeléctrica debe sustentarse en un mayor conocimiento de las cuencas que se va a afectar y las consecuencias que eso puede traer a largo plazo. Y tres, cuando el Gobierno habla de mercados, Argentina y Brasil, por ejemplo, y planes de inversión, no muestra una inversión consistente con la generación.

No conocemos cifras de líneas transmisoras que son, en muchos casos, enormemente costosas y que pueden derrumbar la factibilidad de estos proyectos. Es una idea positiva, cuestiono no la intención, sino los recursos, los mecanismos con la que se la hace.

Por lo demás, la industrialización se reduce a una puesta relativamente incierta en materia de petroquímica con la planta de urea en el trópico cochabambino. La incógnita radica allá en los costos de llevar a los mercados este producto. Y finalmente vemos el caminar titubeante que se tiene con el litio que hasta ahora muestra un panorama confuso.



OH!: ¿Cómo se ha respondido a la demanda de construir un nuevo Estado?

El MAS consiguió expresar este anhelo popular en la idea de un Estado Plurinacional. Esta idea fue la que encontró más resistencia de los focos conservadores y reaccionarios, y probablemente es la idea que más se ajusta a la demanda, a las necesidades y al diseño histórico que existe en nuestro país.

Se trata de construir un Estado completamente distinto al previo, que ha sido y continúa siendo un Estado simple. Simple porque tiene una Constitución, un Ejecutivo, un Poder Judicial, unas Fuerzas Armadas…Es un modelo clásico del Estado unitario.

Lo que propone la Constitución es pasar de un Estado simple a uno hipercomplejo. Hipercomplejo porque si bien existe en el Estado Plurinacional una sola Constitución, una fuerza armada y unos órganos decisionales como el Ejecutivo y el Legislativo, al mismo tiempo se abre espacio para una diversificación de la legislación, a través de autonomías. Tenemos no sólo un tipo de autonomías, sino autonomías departamentales, municipales, indígenas y eventualmente regionales.

Estas además se construyen y avanzan sobre una diversidad de conocimientos de percepciones, sobre una diversidad económica y de formas democráticas. Y esto es lo que está congelado absolutamente. El MAS se aterró, no hay nadie más asustado que el Gobierno del MAS frente al diseño constitucional, y no ha hecho más que congelarlo.



OH!: ¿Ha llegado el cambio a lo intelectual y lo ético?

RC.- El país busca, necesita, y es donde menos se ha respondido, una renovación intelectual y ética. No han dejado de darse algunos pasos de gran importancia. El más importante que se ha dado, es el de la denuncia de la discriminación de todo género y en particular el del racismo y la exclusión. El gran mérito histórico del MAS en este plano es haber llevado a un primer espacio de la atención pública este problema que desde la colonia amarra, frena y disminuye nuestras capacidades para avanzar. Entonces se ha visibilizado, se ha hecho transparente, y la sociedad ha admitido que efectivamente tiene este problema.

Curiosamente, las demandas, las luchas de los pueblos indígenas han sido respondidas con más dureza y represión por este Gobierno, autocalificado de indígena, que por otros previos. Es el caso de la demanda de autonomía indígena, real, del Tipnis.



OH!: ¿El MAS puede reconducir el proceso o estamos en el tránsito a que otro sujeto político asuma ese papel?

El MAS está a punto de claudicar de manera absoluta, ya lo ha hecho cada día en la mayor parte de sus acciones. La propia convocatoria al referéndum es una forma de claudicación, de abdicación del papel de tránsito de modificación de instrumento de los sectores populares.

Una votación favorable al SÍ terminaría por descalificarlo completamente porque asentaría, osificaría y congelaría las peores prácticas de este partido. De lo que es hoy un partido conservador, convertiría al MAS en un partido reaccionario, que ya defiende su propio pasado inmediato, ese pasado de ultra centralización y monopolio del poder. El NO le abre espacio a un conflicto interno, que demostrará en pocos meses qué capacidad interna tiene de sobreponerse a su forma corporativista, individualista, ultracentralizada; qué capacidad tiene de democratizarse, y de recuperar sus orígenes.


Perfil

ROGER CORTEZ

Investigador y analista de temas sociales, políticos, comunicacionales y económicos. Docente universitario. Se ha desempeñado en el periodismo noticioso e investigativo; columnista de varios medios como Los Tiempos.

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