Con una creativa campaña de rechazo a la reelección de Evo Morales y Álvaro García Linera, se realizó el llamado “Zapatazo”, con la presencia de activistas de la sociedad civil.
El mitin se realizó en la plaza 24 de Septiembre frente a la Casa de Gobierno, en la que se armó un escenario en el que los activistas tiraban zapatos de mujer a una imagen del presidente Evo Morales.
Demostrando con este simbolismo, el rechazo contra los actuales gobernantes y su intención prorroguista; además de la defensa a la dignidad de la mujer boliviana, utilizada según los manifestantes, por el partido de Gobierno.
Se escucharon encendidos discursos de los activistas contra el abuso de poder, el tráfico de influencias, nepotismo, corrupción y narcotráfico por el entorno gubernamental.
Uno de los activistas organizadores que resaltó el éxito de la iniciativa ciudadana, es Jorge Arturo Valverde. El hermano de Carlos Valverde, periodista que denunció el supuesto tráfico de influencias por una relación del mandatario con la empresaria Gabriela Zapata, dijo que este repudio es al intento de pretender beneficiar a dos personas en un referéndum de reforma a la Constitución.
Rechazo al manoseo. Por su parte, la activista Silvia Paz, indicó que esta movilización ciudadana demostró su rechazo al manoseo de la Carta Magna y de la imagen de la mujer por parte del jefe de Estado. “La gente botaba su zapato a la imagen presidencial en repudio al prorroguismo, la corrupción, el narcotráfico y la tiranía”, remarcó Paz.
La activista mencionó que esta iniciativa ciudadana en favor del No a la reforma constitucional, comenzó con la entonación del Himno Nacional.
Posteriormente y de manera voluntaria, los manifestantes tiraban el calzado femenino en la imagen de Morales con la leyenda “Para muestra una Zapata”, repudiando a los gobernantes.
Manifestación ciudadana. Tanto Silvia Paz como Jorge Arturo Valverde, resaltaron que la iniciativa hecha en pleno paseo público central de la capital cruceña, ha sido integrado por representantes de la sociedad civil y sin fines políticos partidarios. La actividad se autofinanció y buscaba, según los activistas, reflexionar a la población a pocos días del referéndum, tomar conciencia y poder frenar la intención de una nueva reelección de Evo Morales y Álvaro García Linera este domingo.
Entrevista
Jorge Arturo Valverde Bravo - Activista
‘Es una iniciativa de repudio al abuso de poder’
La acción del “Zapatazo” es una iniciativa contra el abuso de poder, la corrupción, la impunidad y un rechazo a reformar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado (CPE).
Es lo que afirmó el activista Jorge Arturo Valverde Bravo, con respecto al mitin ciudadano que se organizó anoche en la plaza 24 de Septiembre.
Negó que se trate solamente como una especie de defensa a su hermano, el periodista Carlos Valverde Bravo, quien denunció de supuesto tráfico de influencias al presidente Evo Morales con su expareja, Gabriela Zapata.
Más bien, es una iniciativa contra los hechos irregulares cometidos supuestamente por el entorno gubernamental y las autoridades del Poder Ejecutivo.
P. ¿Esta iniciativa usted la está haciendo como defensa a su hermano Carlos Valverde?
J.A.V.: No. Esta iniciativa del “Zapatazo” surge a partir de la realidad de la efervescencia de los últimos días sobre los hechos de corrupción del Gobierno nacional. Es una forma de indignación ciudadana de cómo se está tratando los temas en el país, porque mientras más se acerca la votación, la gente comienza a tomar atención de la importancia de este referéndum para el futuro de Bolivia.
Para ello, un grupo de ciudadanos que no necesitamos autorización de los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas o grupos sociales, generamos esta actividad cívica.
En síntesis, es una iniciativa ciudadana personal y pública, porque no es la masa, dirigente o cacique, lo que importa es cuántas personas están dispuestas a realizar esta actividad y tomen la voluntad, el esfuerzo y el sacrificio necesario para hacerla.
P. ¿Por qué la simbología con zapatos de mujer?
J.A.V.: La simbología es por la indignación de la mujer, de repudio al abuso de poder. Como se recordará, en los tres últimos escándalos han estado comprometidas las mujeres. Es decir, en el torbellino del ojo de la tormenta han estado una exministra (Nemesia Achacollo) y ahora una gerente comercial de una gran empresa china (Gabriela Zapata). Sin embargo, la mayoría de las ciudadanas están diciendo que no son corruptas, arribistas o nepotistas, por eso es que hubo más impulso de empezar con el tema femenino. Además que hay una permanente subestimación a la mujer por parte del presidente Evo Morales, que las trata despectivamente en medios de comunicación, bandos carnavaleros y en otros escenarios públicos, con actitudes machistas y discriminatorias.
P. ¿Cómo ha sido la convocatoria?
J.A.V.: Esta iniciativa ha sido convocada por las redes sociales con éxito, debido a los centenares de zapatos de mujeres que hemos recolectado para “El Zapatazo”.
Lo que demuestra que las redes son solamente el click del “like” o me gusta, pero hay que materializarlo con los zapatos y la presencia ciudadana.
Entonces hay una especie de retroalimentación entre realidad y virtualidad.
P. Teniendo en cuenta de que esta campaña está teniendo fuerte impacto en las redes sociales, podemos afirmar que ¿es una iniciativa que busca la conjunción entre lo virtual con lo real?
J.A.V.: La iniciativa es una relación entre lo virtual con lo real. Porque mientras no se ocupe los espacios públicos y las calles, no será posible la revolución digital.
Es una conjunción entre participación ciudadana real y digital, aclaro que lo digital no es irreal, porque si bien estás en contacto, pero estás aislado.
Lo que significa, que no tienen las mismas posibilidades de reflexión cuando están con una persona frente a frente y mirando a los ojos, reflexionando qué es lo que hay que hacer.
Cuando no hay la intermediación de la cámara, el teléfono o la computadora, la relación personal siempre será más rica, porque el ser humano jamás podrá ser reemplazado por la era digital, eso es un boom que se va haciendo agua si la gente no llega a un equilibrio para volver al trato personal, mezclado con la tecnología que implica lo virtual.
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