01 diciembre 2015

La izquierda va en caída a merced de la corrupción

La Policía brasileña detuvo el pasado martes en Brasilia al empresario José Carlos Bumlai, cercano al expresidente Luiz Ignácio Lula Da Silva, como sospechoso de haber participado en la trama de corrupción que saqueó a la estatal Petrobras", citaba la prensa del vecino país, la semana pasada. Este es apenas uno de los varios casos de corrupción que a diario se visibilizan en al menos diez años de gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina.

Según analistas políticos, una de las causas medulares en el punto de inflexión que empieza a sufrir la izquierda latinoamericana, es sin duda: la corrupción. Así sucede en Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, inclusive Chile.

"Todo poder desgasta. El autoritarismo de toda nueva elite en el poder no es concordante con una democracia madura y de calidad y no extraña que comience a ser interpelado por la ciudadanía", contextualiza Erika Brockmann, analista política.

Y el nuestro no es la excepción. Bolivia no estuvo y no está al margen de los escándalos y denuncias de corrupción, maxime de un gobierno de Evo Morales que, el 2006 llegó al poder con estentórea voz presagiando la limpieza moral y el fin de la corrupción. Al cabo de diez años solo fue presa de ella. El caso más sonado fueron los destinos del Fondo Indígena (Fondioc), cuyo daño económico al Estado de Bs 102,2 millones por 743 proyectos inconclusos y 30 fantasmas en esa entidad, aún no termina de esclarecerse.

Dicho 'escándalo de corrupción' calificado por los políticos y analistas, le significó al Movimiento Al Socialismo (MAS) casi la debacle en las elecciones subnacionales, donde perdió terreno en bastiones electorales como La Paz, Cochabamba, El Alto, Oruro, entre otros, un caudal de apoyo diferente a los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 12 de octubre de 2014. Y como corolario, fue la senda derrota electoral del referéndum autonómico de cinco departamentos del partido de gobierno el pasado 20 de septiembre.

Carlos Vedia, politólogo y actor, añade que la corrupción es una consecuencia de la falta de institucionalización de la gestión pública. En varios países el Estado ha sido tratado como parte del patrimonio político de los partidos. Es una característica del caudillismo. "Sin lugar a dudas, manejar el dinero del Estado sin mecanismos de control y sin un equilibrio en las fuerzas políticas que ayuden a fiscalizar de mejor manera la gestión estatal, incide enormemente en la discrecionalidad del manejo público", sentencia.

Características similares. Existen dos cuestiones de base, señala en su análisis Marco Gandarillas, director del Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib), para que estos gobiernos 'progresistas' estén envueltos en hechos de corrupción. Tomando el ejemplo de Bolivia, describe que el primero tiene que ver con los ingresos extraordinarios de los estados, que en su gran mayoría provienen de haber incrementado la presión fiscal sobre la población. Segundo: la ausencia de planificación de la inversión pública.

"Las obras suntuosas y electoralistas reemplazaron la planificación orientada a metas y resultados sociales y económicos. Esta visión acrecentó la discrecionalidad de las autoridades sobre millonarios recursos", apuntó.

Además por ese hecho, anota Gandarillas, en la actualidad cualquier funcionario/autoridad no electa maneja una cartera de millones de dólares y la prioridad es que esta gran cantidad de recursos ejecute rápidamente lo que está programado en un Plan Operativo Anual (POA).

Brockmann argumenta que en Latinoamérica (en menor grado en Costa Rica, Uruguay y Chile) y en Bolivia estos rasgos gozan de muy buena salud. "Se toleran en la medida que la bonanza y los medios de comunicación anestesian la mirada crítica de la ciudadanía y opinión pública, cuando la bonanza termina, la insatisfacción y el cuestionamiento comienzan a aflorar", señala.

Panorama latinoamericano. Los casos de corrupción que cada día se destapan en países como Brasil, Argentina y Venezuela, van aparejadas a una profunda desaceleración de sus economías.

Los brasileños tienen muchas cosas sobre las que reclamar, desde la economía hasta la austeridad fiscal, pero la principal molestia sigue siendo el escándalo de Petrobras, la petrolera estatal. A partir del 6 de marzo, la Corte Suprema aceptó investigar a 34 políticos activos, incluidos los líderes. Desde entonces a la fecha se vienen registrando una seguidilla de personalidades en el 'banquillo de los acusados'. La Policía brasileña detuvo este miércoles al senador oficialista Delcidio Amaral, primer legislador en actividad arrestado por el multimillonario fraude a la estatal Petrobras, y desató un nuevo sismo político en el gigante sudamericano. El caso Petrobras es considerado el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil y sus hallazgos han regado de sospechas a la élite brasileña.

"El país está cambiando", dijo Claudio Goncalves Couto, analista de la Fundación Getulio Vargas, esta semana a la agencia AFP. "Una situación como esta muestra que no importa si eres senador o un gran banquero, igualmente puedes ir a prisión".

En Argentina, la opinión pública atribuye la derrota en las pasadas elecciones generales y el fin del kirchnerismo, en gran parte a las denuncias de que la presidente argentina, Cristina Fernández, y su fallecido marido y antecesor, Néstor Kirchner, se enriquecieron durante sus más de 10 años en el poder.

Y en Chile, un país institucionalmente mejor organizado de la región, no escapó a las acusaciones. El hijo de la presidente de Chile, Michelle Bachelet, recientemente renunció como jefe del área Sociocultural de la presidencia tras acusaciones de tráfico de influencias. Su popularidad está en el nivel más bajo desde que ella volvió al poder.

Según analistas internacionales, la resistencia a la corrupción en América Latina ha tenido una larga y casi siempre inútil historia. Los líderes corruptos han sido destituidos en democracia sin que eso haya tenido mucho efecto en la corrupción misma. Las diatribas de Hugo Chávez contra la corrupción lo ayudaron a llegar al poder, pero empeoró bajo su régimen “bolivariano” y hoy Venezuela se encuentra postrada en una profunda crisis económica, ligadas no solo a corrupción sino a nexos con el narcotráfico. La corrupción entendida de manera amplia nos puede explicar esta caída. Sin embargo, es la corrupción material de los gobernantes que indigna más rápido a las masas y les quita a los funcionarios la legitimidad moral para gobernar", finaliza Gaya Makaran, investigadora del Centro de Investigación para América Latina y el Caribe (CIALC).

Situación
La corrupción omnipresente en la región



Concepto. Desde la perspectiva política, corrupción se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un estado.

Formas. Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada, el tráfico de drogas, el patrocinio y también los sobornos, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad y el despotismo.

Región. Donde más énfasis tiene el efecto de la corrupción es en Brasil. El caso Petrobras ha desestabilizado no solo la popularidad y la credibilidad del Partido de Los Trabajadores (PT) sino que ha puesto en duda la permanencia en el poder de Dilma Roussef, actual presidente del país.

Venezuela. Venezuela configura un caso completamente sui generis, dice Roger Cortez, por la profundidad de la crisis y la participación militar en el gobierno.

Entrevista
Gaya Makaran
Investigadora CIALC

‘El poder absoluto corrompe'

"Se dice que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente", sintetiza Gaya Makaran, cientista social del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM de México, en referencia al crucial momento que viven los gobiernos de izquierda latinoamericanos.

P. ¿Hay desencanto en la gente en estos países?
G.M.: La gente está asqueada con los discursos rimbombantes sobre la gran revolución, gran cambio, honestidad y rectitud, democracia, socialismo, bienestar. Todas ellas, en la realidad chocan con la corrupción a gran escala de los gobernantes, profundización del capitalismo extractivista y cierre de espacios democráticos de liberación y de consenso.

P. ¿Qué hizo que la izquierda se haya hecho corrupta?
G.M.: La izquierda al llegar al poder no cambió en nada su estructura, siguió con la democracia liberal donde ser político es una profesión y no una vocación. Además, no solo heredó el sistema corrupto de la derecha, sino que lo amplió. Cuando hay más botín que repartir, la corrupción se hace más grande también.

P. A todo ello, ¿la derecha tiene alternativas?
G.M.: La derecha sigue muy fuerte en la región, aunque se vio debilitada simbólicamente. Pero como propuesta no tiene una alternativa viable para nuestros países. No tiene otro plan que regresar al neoliberalismo de antes, aunque ya no puede usar el mismo discurso y seguramente tendrá que usar el discurso populista o indigenista.

P. ¿El referéndum en Bolivia puede marcar un antes o después?
G.M.: Puede ser un gran punto final para el gobierno y al mismo tiempo un punto de partida para nuevas fuerzas no masistas. El peligro está en la regeneración de la derecha en vez de las fuerzas populares.

Apuntes
Alerta en esferas del Gobierno

Inflexión. La exitosa cosecha electoral obtenida hasta el 12 de octubre 2014, en al menos 10 procesos, por el presidente Evo Morales Ayma, será puesto casi a prueba de fuego en el próximo referéndum del 21 de febrero de 2016. Según los analistas, las situación no es nada alentadora para el Movimiento Al Socialismo (MAS) y el gobierno, tomando en cuenta la caída en el voto fue de 800 mil votantes respecto en las elecciones subnacionales (municipales y gobernaciones) y una derrota plena en el referéndum por los estatutos en cinco departamentos. "Estamos hablando de los próximos cinco años. No se puede prever políticamente lo que pueda pasar en los próximos cinco años. Evo ganó las elecciones, el MAS perdió las regionales y en el referéndum en menos de un año en el que se dieron tres actos electorales", argumentó Marco Gandarillas, director del Cedib.

Gobierno. La pasada semana, luego del triunfo de Mauricio Macri en Argentina, el vicepresidente del Estado Plurinacional, Álvaro García Linera, expresó su preocupación al respecto. “El continente está en una disyuntiva: o profundizamos los procesos revolucionarios desde adentro de los mismos, o el regreso de la derecha", señaló.

Punto de vista

Erika Brockmann
Senadora de Convergencia Nacional

"Las izquierdas pueden caer en más corrupción"

'La corrupción no es monopolio de ninguna corriente política, sea progresista o conservadora, sea de derecha o de izquierda.

La historia ha demostrado que gobiernos totalitarios fascistas o socialistas/ revolucionarios terminaron desnudando las formas más perversas de corrupción.

Pese a su discurso moralista en contra la inmoralidad del capital, las izquierdas pueden caer en más corrupción precisamente por el rol central que adopta el Estado en la vida económica y social y por generar burocracias poco tolerantes a la fiscalización.

En la era de la información sus secretismos no funcionan. Las izquierdas ni las derechas son las mismas de antes, mutan y cambian, hay aprendizajes que permiten potenciar las fortalezas y combatir las debilidades que cada una entraña y que la realidad permitió confirmar.

Sin embargo, no existe evidencia contundente de una caída libre y estrepitosa de la adhesión ciudadana a los gobiernos llamados progresistas. Brasil y Venezuela quizás sean los más cercanos a esa idea. En Argentina el apretado resultado revela una sociedad polarizada y segmentos de la sociedad leales al kirchnerismo, siendo un dato que Macri no podrá subestimar.

Algunos sectores fanáticos e intolerantes pueden amenazar la estabilidad democrática y la convivencia plural. En Bolivia, el Sí y el No también nos divide bajo esta misma lógica'.

Punto de vista

Roger Cortez
Director del Instituto Alternativo

"Los gobiernos van cayendo y despejando el paso"

'Los gobiernos que dieron fisonomía a un nuevo intento de achicar la influencia norteamericana en el continente y dar un sesgo más o menos nacionalista, desarrollista y redistributivo a sus políticas económicas, van cayendo, uno a uno, y despejando el paso a sus competidores.

Las dos principales causas comunes con que se trata de explicar esta transición son el final del periodo de altos precios de las materias primas y el vértice de corrupción observado en los últimos años. Existen otras más como la propensión a perseguir judicialmente a sus críticos y oponentes, un obsceno engolosinamiento con el poder y tendencia a ultraconcentrarlo, marcadas tendencias represivas, prorroguismo flagrante, choque frontales con empresas propietarias de medios masivos de difusión y periodistas'.

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