28 febrero 2015

Cesan al Embajador en Brasil en medio de la negociación del gas



Con la salida de Jerjes Justiniano de la Embajada de Bolivia en Brasil, todos los actores que negocien el futuro contrato de exportación de gas a la potencia vecina serán nuevos, salvo el presidente y vicepresidente.

La noticia de la salida de Justiniano fue sorpresiva para todos y para él, que recibió la nota firmada por el vicecanciller Juan Carlos Alurralde, en la que le conmina a retirarse de la Embajada el 30 de abril, luego de haber ejercido el cargo desde el 17 de agosto de 2012.
“Hasta ese día yo seré embajador y el 1 de mayo retorno a Bolivia. Las razones (de mi destitución) no las sé, a mí me invitó el presidente Evo Morales para que venga de embajador; de la misma forma en la que me invita también da por concluido mi mandato. Corresponde al Presidente responder los motivos”, señaló el citado al diario La Razón.
Justiniano, según cuentan sus allegados, aceptó la decisión disciplinadamente y dijo que retornará a Santa Cruz de la Sierra a escribir libros y disfrutar de sus nietos. Justiniano ha llegado a los 75 respirando política, aun cargando un extensísimo currículum profesional a sus espaldas. Empezó con Juan José Torrez y acaba, dice, con Evo Morales. Aunque eso habrá que verlo.

Un contrato, una vida
El nombramiento de Justiniano llegó en un momento delicado; cuando la sensacionalista revista Veja brasilera disparaba con bala contra el régimen de Morales, acusándola de todo y de nada. Su currículum de buen negociador y hombre vivido, encajaba a la perfección para manejar en las curvas. En su memorándum de designación, el no público, estaba la promoción de la defensa de la hoja de coca en un país castigado en sus clases bajas por la cocaína y el apoyo a una enorme comunidad boliviana que debía votar en las elecciones nacionales. Justiniano afirma que cumplió en todos los casos.
Lo que no estaba tan claro era el rol que debía de cumplir con Petrobras y toda la aristocracia paulista que día sí y día también reclamaban por lo alto y por lo bajo un recorte en los precios del gas que Bolivia exporta.
Justiniano, nacido para mediocentro, fue elegido punta rematador en cancha contraria. El problema surgió cuando el Gobierno prefirió pisar el freno en la negociación de un nuevo contrato que reemplace al vigente y que fenece en 2019 hasta después de la vorágine electorera en la que el país se sumergió a mediados de 2014 y de la que todavía no sale.
Brasil consume, con sus termoeléctricas a pleno rendimiento, unos 90 millones de metros cúbicos de gas al día, 40 son propios, 30 los envía Bolivia y 20 compra en el mercado internacional de Gas Natural Licuado (GNL), cuyos precios bordean los 20 dólares el millón de BTU.
Bolivia vende por debajo de 10 dólares, pero ya dentro y fuera de nuestras fronteras hay quien reclama un trato “más sensible” con nuestro vecino del este. El presidente de GasEnergy, Marco Tavares, insistió ya hace un año que los precios no son viables en Sao Paolo y consideró que en un nuevo contrato Brasil debe pagar 7 o 7,5 dólares por el millón de BTU de gas boliviano, para que los industriales paguen como máximo unos 10 dólares. En una comparación, señaló que las industrias brasilera pagan “14 dólares el millón de BTU y 120 dólares el megavatio de electricidad, cuando los empresarios en EEUU pagan 3 y 50 dólares respectivamente”.
En octubre, en plena campaña, Justiniano, a los pocos días de conocerse la cifra de reservas en Bolivia (10,45 Trillones de pies cúbicos), insuficientes para garantizar un contrato a largo plazo y que el establishment brasilero había atrapado con los dientes para seguir exigiendo una rebaja en el precio por la incertidumbre, pasó a la acción y convirtió un dato relativo en un arma arrojadiza. “¿Desapareció el gas? ¿O fue una maniobra de las multinacionales? Sabemos que hay gas. Pero no tenemos la información, porque esa información que tenían las empresas privadas que fueron nacionalizadas se la llevaron. El gas desapareció porque no tenemos la información – Petrobras volvió al centro de la polémica - Claro que sabe. ¿Cómo no va a saber? Varios ex ejecutivos de YPFB trabajan hoy en Petrobras; antes, YPFB era una empresa de éxito que tenía los mejores técnicos en hidrocarburos. ¿Qué hicieron esos técnicos? Fueron a las empresas privadas. Y la que captó más técnicos fue obviamente Petrobras, porque tiene más intereses, más exploración”.
De momento, no ha trascendido el nombre del embajador que reemplazará a Justiniano, ni tampoco los detalles de la misión.

Cambios en el equipo de negociación del contrato

Hace ya 18 meses, el propio vicepresidente Álvaro García Linera confirmó que las negociaciones para renovar el contrato de exportación estaban en marcha y en manos del fallecido Carlos Villegas, en su condición de presidente de YPFB. Villegas enfrió el tema hasta conocer las reservas disponibles e indicó que se empezaría a hablar en 2015. Hoy la negociación estará encabezada por su sucesor, Guillermo Achá y supervisada por el ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez; el antecesor de Sánchez (tanto en el ministerio como en la vicepresidencia de YPFB), Juan José Sosa, preside hoy YPFB Andina, la subsidiaria participada por Petrobras y que explota San Alberto y San Antonio, los campos que abastecen Sao Paolo.

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