23 abril 2014

Inédita marcha de militares de baja graduación ratifica paro

"Evo, soldado, escucha a tu pueblo”, "no somos pocos, somos Bolivia”, eran algunas de las frases que gritaban en coro al menos 700 suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas (FFAA) que protagonizaron ayer por primera vez en la historia boliviana una marcha para exigir igualdad de tratos y ratificar su paro indefinido.
Los militares recorrieron ayer las calles paceñas con los uniformes de sus respectivas fuerzas, verde los del Ejército, negro los de la Fuerza Naval y azul los de la Aérea. "Vamos a mantener el paro indefinido y radicalizar nuestras medidas de presión. Está latente la decisión de inmolarnos si es necesario. Estas demandas se harán escuchar a nivel nacional”, aseveró uno de los representantes del movimiento militar, Freddy Sucojayo.

La molestia en las filas de baja graduación se hizo pública a inicios de este mes. Los militares sostienen que son objeto de discriminación en la institución y que no tienen las mismas oportunidades de estudio y ascenso a cargos que los oficiales.
Según Sucojayo, son 11.000 suboficiales y sargentos a nivel nacional que se sumarán paulatinamente a esta protesta, incluso de las provincias y sectores fronterizos del país. No obstante, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, aseguró ayer que sólo 500 de 10.000 uniformados participan en esta movilización.
Los suboficiales y sargentos comenzaron a marchar a las 8:30 de ayer, después de una breve concentración en la plaza Mayor de San Francisco.
De manera ordenada y en filas de cuatro se desplazaron por el centro de la ciudad. Mientras gritaban a voz en cuello sus demandas, agitaban los puños con fuerza. Otros hacían reventar petardos en su recorrido.
"No nos interesan las represalias, queremos que se modifique la Ley Orgánica de las FFAA, que se termine el trato discriminador contra nuestros camaradas y que se respeten nuestros derechos”, afirmó Lorgio Cartagena, uno de los cuatro suboficiales que fue apartado de la institución castrense definitivamente.
Cartagena amenazó ayer con inmolarse si no era reincorporado en sus funciones, pero horas después se retractó.
La movilización fue insólita. Así la calificó el presidente de la Cámara de Diputados, Marcelo Elío, en su cuenta de Twitter. "Insólito: como si fueran un sindicato los suboficiales del Ejército en este instante marchan por El Prado”, escribió el legislador.
Los uniformados marcharon por la avenida Mariscal Santa Cruz, llegaron a la avenida 6 de Agosto, rodearon la plaza Abaroa y se detuvieron unos minutos en la puerta del Ministerio de Defensa, donde expresaron sus demandas ante la mirada atenta de los transeúntes. Después se dirigieron a la plaza Isabel la Católica y cruzaron el puente de Las Américas hasta llegar al Estado Mayor. Finalizaron su recorrido en la puerta de la sede de la Asociación Nacional de Suboficiales y Sargentos (Ascinalss), en la zona de Miraflores.
En el lugar les esperaban esposas y hermanas de los uniformados, quienes hoy cumplen el tercer día de la huelga de hambre.
Una vez concluida la marcha, el grupo de uniformados se quedó en las instalaciones de Ascinalss para acompañar la protesta con una vigilia durante el día. Se prevé que en las próximas horas adopten otras medidas de presión, como lo anuncian desde el lunes. La decisión de ausencia a sus fuentes laborales está vigente.

Punto de vista
Franklin Pareja
Analista político
"Primera fricción preocupante”
La forma en que se está haciendo, es una movilización histórica e inédita, se trata de la primera fricción preocupante entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas (FFAA).
Es una situación completamente irregular, pero es un hecho que se ha convertido en una práctica en los últimos años en Bolivia. El móvil de esta movilización es el mismo que empujó a la Policía a manifestarse hace algunos años, ese móvil es el pedido de la reivindicación de sus derechos.
Hay una contradicción en el interior del Gobierno que destituye a cuatro suboficiales porque supuestamente estarían deliberando y no dice nada cuando los oficiales de mayor rango participan permanentemente en actos políticos gubernamentales.
Si vamos a mantenernos en un marco normativo y constitucional, las Fuerzas Armadas no deberían tener ninguna participación ni deliberando ni siendo visibles en actos públicos del Gobierno.
También hay que dejar claro que en este movimiento no hay un trasfondo desestabilizador, sino que se trata de una demanda social de los uniformados que buscan ser atendidos.

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