02 marzo 2014

Indianista, 54 años después

En las elecciones del 29 de junio de 1980, Constantino Lima obtuvo 17.023 votos; con eso, dice, fue el “primer diputado nativo” de los últimos tiempos democráticos. Hoy, con 80 años encima, acaba de fundar “la nueva unidad entre indianistas y kataristas: Ukama”.



No hubo que buscar mucho a don Constantino Lima, viejo dirigente indianista desde los años 50 del siglo pasado: “Usted era un dirigente katarista allá cuando se recuperó la democracia...” “Sigo, amigo periodista, sigo”, replica en seguida.

Sigue: nos recibe en el campamento (la mitad hecho cenizas) de las víctimas contra las dictaduras, instalado en la avenida 16 de Julio, al frente del Ministerio de Justicia.“Yo soy fundador del indianismo comunitarista de ayllus, el más antiguo en esa época. Fundé el indianismo un 5 de noviembre de 1960, junto a 22 compañeros, yo tenía 27 años, ahora tengo 80. Muchos creen que he dejado la lucha, pero no es así”.

Sigue. No recuerda bien cuándo, pero hace poco volvió a fundar “la unidad entre indianistas y kataristas”, que buscarán participar en las elecciones presidenciales de fin de año, “con candidato propio, eso sí”.

“¿Don Constantino candidato?” “No. Yo soy el subjefe nada más. Hay otro, Toribio Tapia, que es el jefe. A mí me han querido nombrar a toda costa, pero tengo la salud un poquito quebrantada, yo voy a ser mayormente el vocero de la organización”.

A 14 días de que se cumplan dos años de la instalación de las carpas, insiste en las razones de esta su nueva batalla: “Si en el mundo entero han arreglado; han dado becas, casas, salud, que necesitamos porque somos torturados, cómo no nos van a dar a nosotros (el resarcimiento económico que exigen las víctimas)”.

De su familia habla poco. Ahora está junto a ella, dice, tras años de separación y privaciones; pero no olvida: “Me lo han matado a tres de mis hijos y a mi padre, en mi presencia, me están torturando aquí y a mi padre acá matando; los que han sobrevivido a los vejámenes están sobreviviendo y están trabajándose. Cuando me he enfermado, ellos me han ayudado. Esta vigilia (de las víctimas movilizadas) también a mí me ha salvado la vida, los militantes han venido y me han dado algún dinero también, y estoy ahora un poco mejor”.

A “523 años exactamente” de la conquista, machaca don Constantino, se distancia del “proceso de cambio” liderado por Evo Morales: “Cambio no me cae mucho a mí. A mí me cae, como indianista que soy, la reconstitución de los estados ancestrales, y vamos a luchar por eso”. El partido con personería jurídica que les posibilite participar en las elecciones (su movimiento aún no la tiene) deberá entender, advierte: “no tienen que olvidar que hubo un Kollasuyo, y Bolivia es invasora para nosotros”.

Antiguo katarista, no deja de recordar a sus compañeros de antes: de Felipe Quispe dice que “él tiene una línea un poquito diferente, muy izquierdista, muy no sé cómo, indianísticamente un poco menos, un poco molestos nosotros también, pero en realidad estamos uno solo”.

De los 22 fundadores, ahora quedan solo cuatro. Ellos fundaron el Partido Autóctono Nacional (PAN); pero ¡ay! el faccionalismo aymara: del PAN aparecieron el PIK, Partido Indio del Kollasuyo, y el PIAQ, Partido Indio de Aymaras y Quechuas; luego viene el PIB de Fausto Reynaga, “yo le di clases durante un año, los días domingos nomás”. En enero de 1975, nace el Mitka (Movimiento Indio Túpac Katari), que también se dividió en Mitka, Mitka 1, Mitka U, Mitka 1/NC, Mitka FQ. “Primer diputado nativo”, don Constantino ahora fundó “Ukama: Unidad Katarista Indianista Andino Amazónica”. Sigue.

Perfil

Nombre: Constantino Lima Chávez

Ocupación: Dirigente indianista (tuvo su vidriería)

Cargo: Subjefe de Ukama

Proyecto

Constantino Lima ahora también anda empeñado en promover un proyecto turístico de la Ciudad de Piedra, una peculiar formación lítica en la provincia Pacajes del departamento de La Paz; sin olvidar las fortalezas aymaras de sus alrededores, “más importantes que Machu Picchu o Teotihuacán”.es periodista de La Razón

‘Me voy o me quedo...’ es la canción de la semana

Mauricio Quiroz

Es periodista de La Razón

Los viajes en los denostados minibuses pueden ser útiles para entender la compleja realidad política-judicial que por estos días ha golpeado a los ciudadanos. 

El maestrito aprovecha el rojo de cada semáforo para buscar en la radio música o información. El dial se queda por unos instantes en “la noticia del momento”, aquella que suele llegar antecedida por los tambores de la expectativa. “El presidente del Tribunal Electoral acaba de retirar su renuncia”, dice la periodista antes de entregar más detalles que llegan desde Sucre, la sede del Órgano Judicial.

Y mientras intento entender esta compleja figura, debo recordar aquellos titulares del día después de la dimisión (20 de febrero). “Renuncia el presidente del TCP, Ruddy Flores, y se profundiza la crisis en el sistema judicial”, señala el título que sale de mi memoria judicial y luego afino los oídos para escuchar el siguiente episodio de esta complicada historia.

En eso, el conductor, dueño del volante y de su radio, cambia porque quiere escuchar música. Qué indeciso, digo yo, pero cuando el reclamo estaba listo, los dedos abusivos del minibusero dejan de torcer el sintonizador y se escucha, Me voy o me quedo, el tema que fue popularizado por Los Iracundos. Me gusta.

“O me voy o me quedo, me das todo o nada, o me odias o me amas, eso lo sabes tú, solo tú. O me voy o me quedo, yo no soy un adorno, lo decides ahora, si me quieres o no. Allí está la puerta, aquí mi maleta, solo estoy esperando lo que me digas tú”, canta Eduardo Franco y cuando ya quiero tararear el tema, este maestrito, tan inseguro, vuelve a torcer el dial y a través de la radio Ruddy Flores asegura que no renunció, que dejó su “cargo a disposición”, reclama volver porque así se lo han pedido organizaciones sociales. De hecho, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) había anunciado presiones para respaldar al renunciante que decidió volver nomas. 

En otros tiempos, la renuncia no dejaba posibilidades, no había aquellos eufemismos, intento reflexionar. En eso, otra vez aquel que conduce el minibús busca música y esta vez el turno de Celia Cruz. “No hay que llorar, que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando”, dice el coro, pero esta vez ya no tarareo porque la suma de sonidos, información y música provocan otros sentimientos. Bajo en la esquina con la ilusión de poder escribir próximamente con más respeto sobre la justicia.


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