24 marzo 2014

EL senador boliviano refugiado Pinto rehace su vida en Brasil con perfil bajo y poco trabajo

Aquel rostro congestionado y rojizo que mostró durante los primeros días tras su salida de Bolivia, desapareció. Hoy se lo ve más delgado y menos nervioso que en agosto de 2013, cuando pisó tierra brasileña para refugiarse de la persecusión política, dejando en su patria más de medio siglo de vida.

El senador Róger Pinto, que el 23 de abril cumplirá 54 años, después de haber vivido eventualmente en las casas de su abogado Fernando Tibúrcio y del senador Sergio Petecao, logró establecerse en un departamento en Brasilia. EL DEBER conversó con él en la capital brasileña donde no puede darse el lujo de llevar a su familia, porque la vida es muy cara.

El 24 de febrero de este año fue un día de mucha incertidumbre, porque no sabía si el Consejo Nacional para los Refugiados (Conare) le renovaría su refugio provisional por otros 180 días. Al final, sí lo hizo por lo que ahora se siente más tranquilo, aunque pese a ser abogado casi no ha podido trabajar en nada, porque “no me siento del todo legal” hasta que el Conare le dé refugio definitivo.

Buscando rehacer su vida

Por ahora, Pinto está estudiando portugués en un curso que termina todos los días a las 22:00 de Brasilia (21:00 de Bolivia). No suele salir mucho sobre todo por precaución.

A diferencia de los primeros días en que llegó a Brasil, cuando concedió entrevistas a diferentes medios de comunicación para ratificar su condición de refugiado, hoy mantiene un perfil bajo, no habla de política -a pesar de que un día se calificó como ‘animal político’-, y reconoce que cada vez menos amigos de Bolivia lo llaman. Con su experiencia, está consciente de que la politica se ‘reacomoda’ y por ahora le toca tener menos protagonismo.

No hace uso del Facebook, Twitter ni de correos electrónicos porque siempre se sintió espiado por el Gobierno.

En la intimidad, Pinto, que nació en Beni, extraña todo de Bolivia, porque como él confiesa: ‘Fue un cambio brusco, me arrancaron a la fuerza’. Recuerda las palabras del escritor argentino Jorge Luis Borges que hablaba del exilio y el desexilio, y sabe que lo más duro todavía será cuando vuelva al país, porque se encontrará con un mundo cambiado, los hijos crecidos y sin muchas otras cosas.

Un caso que deja huella

En Brasil, el caso del senador boliviano todavía queda en la memoria de muchos parlamentarios brasileños. Cuando se habla de los pedidos de refugio, no dudan en hacer alusión a Pinto. Es más, el diputado Nelson Marchezan envió un pedido al ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, para que esclarezca los procedimientos usados por el Conare, debido a la demora para resolver el caso de Pinto

LA FAMILIA VIVE ENTRE BRASILEIA Y COBIJA

“Lo que más me dolió fue que mi papá no estuviese presente el día de mi graduación. Yo empecé a estudiar Derecho un poco por reflejarme en mi papá y cumplir su sueño. Como él ni mi mamá podían ir a La Paz (en diciembre de 2013) tomé la decisión de no entrar a mi colación de grado”, cuenta Denisse Pinto (23), la hija menor de Róger Pinto.

Desde que su padre se declaró perseguido político y se asiló en la Embajada de Brasil en La Paz, en 2012, ella, sus dos hermanas Priscila (32) y Daniela (31), cuatro sobrinos, su mamá Blanca Inés Bardales y su abuela materna Olivia, viven en Brasileia, ciudad brasileña fronteriza con Pando.

Casi a diario, Denisse se turna con una de sus hermanas para cruzar el puente de la Amistad y llegar hasta Cobija, para cuidar los bienes que dejó su padre. También aprovechan para comprar lo necesario en Bolivia, porque las cosas en el vecino país son muy caras. Su madre no puede retornar al país, porque el refugio familiar que están tramitando incluye a ella y a su hermana Priscila.

Desde que Pinto se refugió en Brasilia, solo dos de sus hijas lo pudieron visitar en tres ocasiones.

Cronología

El asilo en La Paz
El 28 de mayo de 2012, el senador de Convergencia Nacional, Róger Pinto, ingresó a la Embajada de Brasil en La Paz y pidió asilo por persecusión política.

SALIDA DE BOLIVIA
El 23 de agosto de 2013, al cumplir 454 días de asilo, Pinto decide salir y refugiarse en Brasil. Lo hace con la ayuda del encargado de Negocios de Brasil.

SU SITUACIÓN ACTUAL
El Conare analiza si le da o no refugio definitivo y familiar a Pinto. Se cree que hay demora.


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