21 marzo 2014

A 19 años, al MAS no le interesa convertirse en un partido político

A 19 años de su fundación, al Movimiento Al Socialismo (MAS) no le interesa convertirse en un partido político y prefiere mantenerse como un instrumento político, donde los movimientos sociales y el marcado liderazgo de Evo Morales son su esencia.
Este 27 de marzo, el MAS-IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos) cumplirá 19 años, nueve de los cuales está en el Gobierno, desde que en 2005 ganó las elecciones nacionales con el 54%. Los posteriores procesos electorales le dieron al partido de Gobierno el control de gran parte del Estado.
La dirigenta del MAS y senadora Nélida Sifuentes cuenta que cambiar su estructura hacia un partido político ya fue discutido al interior del MAS y lo consideraron innecesario, porque la esencia del instrumento político son sus organizaciones sociales.
"Tenemos una estructura desde las comunidades, municipios, departamentos, y a nivel nacional (la estructura) es sólida. Las organizaciones sociales son las fundadoras del IPSP. Es nuestro partido”, dijo.
Las organizaciones sociales más grandes, como la de los obreros, campesinos, indígenas, mineros, han resuelto reconocer al MAS como su instrumento político para ejercer el poder.
Los movimientos sociales y el MAS participan en decisiones políticas como la elección de los candidatos uninominales y plurinominales, asegura el jefe de bancada en el Senado, Julio Salazar, que procede del trópico de Cochabamba.
El carácter partidario, en criterio de los masistas, sólo tiene el objetivo de cumplir con el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
"Ellos (MAS), desde su nacimiento, nunca quisieron llamarse partido; instrumento político, sí, y esa definición de esa naturaleza es la que pesará hacia el futuro (…). Este formato en el cual ellos han generado como instrumento político es exitoso. ¿Para qué cambiar?”, plantea el politólogo Alberto García.

El diputado Javier Santiváñez añade que el "liderazgo” del presidente Morales es fundamental en el proceso y, luego, el carácter orgánico de las organizaciones, que facilitan el funcionamiento de dicho aparato político.

Mirada de la oposición
El dirigente de Unidad Nacional Carlos Hugo Laruta percibe que el oficialismo se encamina a ser un partido político, con un "liderazgo enorme como el de Morales”, pero advierte que "si Evo Morales faltara, el MAS simplemente dejaría de existir”.
Laruta asegura que en los 19 años del MAS hay luces como la inclusión indígena, el tema social y el fortalecimiento del Estado, y entre las sombras están la gestión poco democrática y violatoria de la Constitución y leyes, además del despilfarro de recursos económicos.

Mientras que la diputada opositora Norma Piérola (CN) calificó al MAS de "autoritario” y "antidemocrático”.

Punto de vista
Jorge Lazarte
Analista político
Instrumentalizan a movimientos

El MAS incurre en un viejo vicio de la política boliviana que es la tentación desde la política y el poder: instrumentalizar a los movimientos sociales.
El MAS también eliminó lo que se llama en teoría política estructuras de mediación entre la sociedad y el Estado, que son los partidos, los que siempre han sido ajenos a la política nacional.
Siempre existió la tendencia, desde el poder, de vincularse con la población, y la tendencia de la población de presionar o acosar sin intermediación al poder o aspirar al poder.
Por otra parte, el MAS no tiene estructura política. Es decir, no cuenta con ciertas reglas como estatutos.
Al MAS sólo le interesa cumplir con algunos requisitos, porque el Tribunal Supremo Electoral lo exige.
Lo que hay en el MAS es una relación directa que no pasa por ninguna estructura partidaria. Es la relación directa entre el caudillo y su base social. El MAS es un movimiento político producto de la coptación de organizaciones sociales.

Las pugnas políticas en el MAS no son negativas

Las facetas entrecruzadas del MAS y las pugnas internas no deben ser consideradas como factores negativos, sino propios de los actores políticos que componen el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP).
Esta es parte de las conclusiones de la investigación: "Las Facetas Entrecruzadas del MAS-IPSP. Ciudadanía y devenir Estado de los campesinos indígenas en Bolivia”, elaborada por Alberto García y Marizol Soliz, bajo la coordinación de Fernando Luis García, para indagar en torno a las particularidades de la participación de los indígenas campesinos en la política y su representación política por acceder y tener el poder, a través del MAS-IPSP.
Según la investigación, indígenas campesinos en Bolivia tienen una doble adscripción o registro a la condición de ciudadanía.
"La identidad de ciudadanía compuesta es inclusiva y exclusiva”, señala el estudio.
"Las facetas entrecruzadas que muestra el MAS no hay que verlas desde un lado negativo, sino como parte de los movimientos sociales que lo componen”, sostiene Alberto García, al referirse a los interculturales, campesinos, cocaleros y otros que se sumaron a este movimiento.

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