El MAS se fortalece cuando la elección es solo entre dos

En un escenario uno contra uno, Evo Morales se hace aún más fuerte. En la encuesta realizada por Tal Cual para EL DEBER se consultó sobre intención de voto en los casos en que un solo candidato opositor enfrentara al presidente en los comicios de octubre y en cada uno de ellos el mandatario superó la mitad más uno de los votos. El que más cerca quedó fue Samuel Doria Medina, que acumuló un 27% de los votos opositores, frente a un 51% de Morales. Hubo un 11% de indecisos y una proporción similar que no se inclinaría por ninguno de los dos. Esa posibilidad haría que Morales ganara en siete departamentos y que Doria Medina se quedara con Tarija y Beni. La otra plaza que disputaría al presidente sería Chuquisaca, donde quedaría atrás solo por un 4%. Sin embargo, perdería en Santa Cruz, donde Evo se encumbraría hasta alcanzar el 50% de los sufragios.
Contra Juan del Granado, Morales crece hasta el 52% y el sin miedo se queda en 17%. Allí crecen los que no votarían por ninguno hasta el 19% y los indecisos llegarían al 12%. En La Paz, plaza fuerte de Del Granado, Morales alcanzaría el 69% y del Granado se quedaría con un 19%.
En un escenario contra Costas, Morales se queda con 51%, pero el gobernador de Santa Cruz solo alcanza el 22% de los sufragios. Solo ganaría en Beni.

Lecturas
Yerko Ilijic señala que si la oposición busca alianzas inteligentes no debe buscar la polarización de la elección, ya que la imagen de Evo Morales crece cuando el electorado percibe que está peleando contra todos. Recuerda, además, que es el único presidente de la historia que irá a dos elecciones con todo el aparato estatal a su disposición para la campaña, por lo que lleva las de ganar.
Marcelo Silva arroja otro dato importante: en la última elección, cuando Morales y Manfred Reyes Villa polarizaron los comicios, el 93% de los sufragios se concentraron en las dos candidaturas y Morales superó la cota del 60%. Es por eso que, sobre los datos de la encuesta, Silva opina que no existe candidato capaz de polarizar la elección y no salir derrotado. Cree que el único camino de la oposición, sin buscar armar un bloque, es lograr una coherencia programática de proyección política, que no mire solo octubre, sino que tampoco descuide las elecciones regionales de 2015. Sobre la posibilidad de la oposición de unirse bajo una figura institucional, programática y que plantee un proyecto alternativo al oficialismo, William Bascopé duda de que estas tiendas políticas tengan la talla necesaria para conseguirlo. Cree que forzar un escenario polarizado, lo único que conseguiría sería empujar al elector a votar a favor o en contra de Morales.
Es por esto que Carlos Guzmán es más contundente que sus colegas y advierte que la oposición se expone a recibir una tunda del oficialismo si tiende a dejar a Evo solo frente a un candidato único. “Así, llegar al 70%, que es el objetivo que se ha trazado Evo Morales, no sería complicado, porque tiene el aparato estatal y propagandístico a su alcance”.
Guzmán añade que estos escenarios no son solo méritos del oficialismo, sino consecuencia del pésimo desempeño de la oposición en los últimos años, que con su falta de cohesión y coherencia ha retrocedido en lugar de acortar distancias. “Deben pensar cuál es el mejor escenario para empezar de cero y ese es el parlamento. Así, la elección solo será un plebiscito presidencial”, sentencia Guzmán.

¿Y si no está Evo?
También se consultó por quién se inclinaría el electorado si Evo Morales no es candidato, si el ‘pecho a pecho’ es entre Costas y Doria Medina. Allí salió favorecido el industrial cementero, que ganaría la elección con un 33%, 12 puntos por encima de Costas, pero solo uno por arriba de los que no votarían por nadie. Ilijic le saca oro a este 32% de rechazo a ambos opositores: “Es el voto duro de Morales”, dice

Claves

Ninguno puede
En todos los escenarios planteados a los encuestados, Evo Morales supera la mitad más uno cuando se enfrenta a un solo rival.

El imaginario juega
Creen que la gente se inclina más por Evo cuando lo ven batallando solo contra toda la oposición reunida en un contrincante.