02 febrero 2014

Deportes, un gran anzuelo para 300.000 nuevos votantes

Los cálculos son arbitrarios, pero algo de razón tienen: dicen los analistas italianos que los $us 25 millones que se gastó el Milan en contratar a Ronaldinho Gaucho en 2008, ayudaron a su propietario, Silvio Berlusconi a aumentar 500.000 votos a su caudal electoral en la elección siguiente. Berlusconi, salpicado por sus escándalos sexuales, logró prolongarse en el poder y Ronaldinho triunfó más en la discoteca que en los campos del calcio.
La situación en Bolivia es distinta. No hay escándalo ‘berlusconiano’ que ocultar, pero el deporte parece ser un buen anzuelo para tratar de atraer a los 300.000 jóvenes que votarán por primera vez el 5 de octubre. Y Evo Morales parece ir a buscarlos. Son jóvenes que tal vez habrán participado en los Juegos Plurinacionales creados por el presidente, que estuvieron atentos a su televisor para ver el paso del rally Dakar por Uyuni, que han visto la propaganda de Morales entregando dinero a los medallistas bolivarianos, que se han enterado que el mandatario creó un Ministerio de Deportes por primera vez en la historia, que han jugado algún partido en los más de 1.000 campos deportivos construidos a través del programa Bolivia cambia, Evo cumple, o que simplemente han criticado las dotes deportivas del presidente cuando juega con su equipo de seguridad contra los exfubolistas que llevaron a Bolivia al Mundial de Estados Unidos 1994.

El dirigente deportivo
En la biografía definitiva de Evo Morales habrá un capítulo que lo ubicará con melena a lo Beatle, recién llegado a Chapare y jurando como dirigente deportivo. Lo apodaban ‘el pelotero’ y desde allí escaló, primero, hasta la cabeza de las seis federaciones de productores de coca y, luego, hasta la Presidencia de la República. Es por eso que Betty Tejada, expresidenta de la Cámara de Diputados, asegura que Morales tiene una política de Estado de promoción del deporte y la vida sana y que el ministerio de reciente creación es una continuación de ella. Asegura que su apego va más allá del año electoral. “Estamos hablando de alguien que practica el deporte a diario y que cree que es importante apoyar todo lo que sea vida sana, deportes y educación”.

Para el actual director técnico de San José y concejal licenciado de la ciudad de Cochabamba, Julio César Baldivieso, Evo Morales tardó en crear este ministerio. Asegura que él entregó el proyecto de esta cartera al presidente en 2005, por lo que se considera casi padre de la criatura. Espera que, por el bien del deporte nacional, la iniciativa sea exitosa y no quiere meterse a opinar sobre si la creación es por la cercanía de las elecciones. Eso sí, sabe que los 20.000 votos que lo llevaron a sentarse en el Concejo Municipal de Cochabamba fueron gracias a sus propuestas, pero también a que era conocido como futbolista exitoso.
Para el precandidato presidencial por el Frente Amplio, Samuel Doria Medina, Morales no hace algo muy distinto a lo que hacía Barrientos en la década de los 60, cuando recorría el país montado en su helicóptero repartiendo poleras y pelotas de pueblo en pueblo. Doria Medina cree que, en el fondo, Morales sigue con la mentalidad de dirigente deportivo, caso contrario no se explica cómo ha priorizado la construcción de escenarios deportivos sobre las escuelas y hospitales con su programa Bolivia cambia, Evo cumple.
Según el informe La verdad del programa Evo cumple, hecho por Unidad Nacional, partido de Doria Medina, entre 2006 y 2011, con fondos de esta repartición se construyeron 1.203 infraestructuras deportivas. Estas son 70 edificaciones más que las educativas, y por cada posta y hospital se edificaron seis canchas y coliseos. En total, según el reporte de UN, Evo cumple destinó Bs 115 millones a escenarios deportivos, cinco veces más que a salud.

Corre, dijo la tortuga
Pero Evo Morales no es el único político que se muestra como deportista. A través de la empresa Soboce, Samuel Doria Medina organiza múltiples corridas, desde la Maratón por La Paz, hasta las Soboce 10k en varias ciudades. Otro político al que le gusta trotar es Tuto Quiroga. En la elección que perdió contra Morales en 2005, Tuto se forjó una imagen de maratonista, basquetbolista y de escalador de montañas por encima de los 6.000 metros. Para el analista Carlos Cordero, el problema de estos deportes es que su práctica es de solitarios. “Su deporte, escalar montañas, era de élite. El otro, trotar, era de solitarios. Tuto era visto como un deportista, como un ejemplo a seguir, pero no mostraba los mecanismos para seguirlo”, dice.
En ese sentido, compara a Tuto más con Barrientos y con Jaime Paz, que se mostraban como exdeportistas, pero ve que Morales ha llevado su estrategia a otro nivel: los jóvenes, los electores de 25 años, en todo el mundo, no se interesan en política o están indignados contra la política. Por ello, Cordero cree que el deporte, mostrar premiaciones a deportistas exitosos, crear un ministerio, darles canchas para que practiquen deportes, puede ser un buen anzuelo para atraer a los votantes.
A esto hay que sumarle que Morales, cuando practica deportes, se muestra jugando fútbol, un deporte de equipo, que ha convertido en una seña de identidad incluso internacional, disputando partidos en Nueva York, Argentina y Chile.

A brincos en CNN
Si mostrarse como deportista es una estrategia, esta comenzó hace más de un año. Morales cuenta que incluso cuando estaba operado de la rodilla llegaba a la residencia presidencial a hacer ejercicio, a tratar de superar las 300 abdominales.
Ahora, para poder mantener su estado físico y disputar los partidos que acostumbra en sus actos políticos, cuenta con un preparador físico, que acomoda conos en una sala de la residencia de San Jorge para que el presidente mantenga a raya su panza. Le da mucha importancia al estado físico de sus interlocutores y es ya común escucharlo burlarse de los gordos diciéndoles que están ‘correctamente alimentados’. Tal vez, Morales ame realmente al deporte y eso haga que se olvide hasta de su aversión por la Coca-Cola para tener la oportunidad de besar la Copa del Mundo. Y es que tocar la copa sin ganarla da mala suerte en el fútbol, pero nadie aún ha estudiado sus resultados en la atracción de votos

De la grada de exiliados del 73 al país de ganadores del 93
Fue la peor participación de la Selección boliviana en la historia de las eliminatorias de los mundiales. En 1973 comenzaba el cambio de procedencia de los jugadores de fútbol de Bolivia y los cruceños eran mayoría con el uniforme verde. Se jugó contra Perú y Argentina: no se ganó un solo punto y solo se anotó un gol.
Fueron cuatro derrotas, pero hubo una victoria política en el partido de visitante, contra Argentina, en la Bombonera. Buenos Aires, en 1973, vivía el regreso de Juan Domingo Perón al poder y era un centro de acogida para los exiliados de la dictadura de Hugo Banzer Suárez. En la cancha de Boca Bolivia perdió por 4-0 en un partido sin mucha historia. En la grada, los exiliados bolivianos cantaron consignas contra el dictador e hicieron escuchar su voz de protesta contra lo que sucedía en el país.

La cancha de fútbol, los equipos, se prestan mucho para la protesta. La última de ellas, la que en estos momentos está a la vista de todos, es la camiseta suplente del Barcelona. En momentos en los que Cataluña busca los mecanismos para conseguir separarse de España, el club donde borda la cancha el mejor futbolista del mundo utiliza la bandera catalana como camiseta.

En el ámbito local, la unión de los grupos políticos con las hinchadas futboleras va más allá de lo simbólico. En el desfile cívico del 24 de septiembre último, se vio a parte de la barra de Blooming desfilando al lado de los militantes de Percy Fernández.
Cuando Evo Morales apenas tenía pisada en Santa Cruz, para demostrar aceptación, ‘reclutó’ al jefe de la barra de Oriente Petrolero, Chichi Pérez, como militante, pese a que desde esa cabecera del Tahuichi había salido el cántico más insultante en su contra.

Estas alianzas también pueden ser muy funcionales. Por lo general las hinchadas de fútbol mueven masas y pueden ser instrumentalizadas como grupos de choque.
Pero el fútbol regaló a Bolivia su momento de mayor cohesión. Fue durante las eliminatorias para el Mundial de EEUU. La selección ganadora insufló orgullo y el Gobierno de aquel entonces, presidido por Jaime Paz Zamora, se inventó el lema Bolivia, país de ganadores.
Los integrantes de esa selección fueron recibidos como héroes, pero ahora la mayoría juega para el equipo de Evo Morales cuando el presidente los convoca.

De taquito

El deporte presente en la agenda de los políticos

El uniforme sirve como piyama de enfermo
En sus lechos de enfermo, Fidel Castro (Cuba) y Hugo Chávez (Venezuela) no eligieron un piyama cualquiera para mostrarse en público, sino los buzos con los que los deportistas de su país desfilan en las olimpiadas.

Puede encumbrar a figuras al poder
Silvio Berlusconi no es el único ejemplo de un dirigente deportivo millonario que saltó al poder político. Mauricio Macri reconoce que gran parte de su éxito en la política argentina se debe a su pasado como presidente de Boca.

Sin éxitos, puede ser contraproducente
Los hermanos Fernández son un ejemplo de ello. Johnny fue presidente de Destroyers y Roberto salió echado de Blooming. Sus carreras políticas acusaron los efectos de sus fracasos como dirigentes deportivos.

ANÁLISIS

Un ministerio del orgullo nacional, no de deportes
Yerko Ilijic - POLITOLOGO
Este Gobieno nos tiene acostumbrados a políticas concretas a falta de acciones a largo plazo. La creación del Ministerio de Deportes es eso, ya que no representa una política seria. Parece más un ministerio del orgullo nacional que de deportes. Al parecer, en la cúpula gubernamental se dieron cuenta del potencial del deporte como elemento de cohesión de identidad nacional y lo están utilizando.

Es la misma búsqueda de identidad nacional planteada por Jaime Paz Zamora con el lema Bolivia, país de ganadores. De ahí viene la duda, ¿en qué podemos ganar? Ya no nos enorgullece ser indígenas. La mayoría del país no se identifica como indígena y ese proyecto de país indígena parece no servirle más al Gobierno. Ahora se busca el deporte espectáculo, como el fútbol o el motociclismo. No se va a donde somos fuertes, como la esgrima, el raquet o el tiro deportivo.

El deporte espectáculo genera personajes, como Wálter Nosiglia, que representó el heroísmo nacional en el Dakar, al perder minutos para ayudar a un adversario. Genera héroes que le pueden dar la mano al presidente, que conseguirá hacer campaña electoral a través de ellos, sin necesidad de hacerla

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