16 julio 2013

La Paz vive del Estado y para el Estado

Lo que más se destaca en la actividad económica de la ciudad de La Paz es el aparato estatal. Este sector aporta una quinta parte del PIB departamental y, de esta manera, se constituye en el de mayor importancia.

La Paz es fundamentalmente un departamento de prestación de servicios al contar con un 71% del producto generado de esta manera después de descontar los impuestos indirectos al PIB, aspecto que contrasta con Santa Cruz donde los servicios tan sólo significan el 44% de la actividad económica.

En los últimos años la tasa de crecimiento del PIB de La Paz ha sido superior a la de otros departamentos. En 2011, La Paz creció un 6,02% superando la media nacional que alcanzó al 5,2%, aunque baja a 4,9% en 2012 y ya no supera la media nacional de 5,18%.

Sin embargo, estos niveles de crecimiento se deben más a una mayor actividad estatal y de servicios financieros. El aparato estatal ha crecido 8, 31% y los servicios financieros subieron un 25% en 2012 respecto al año anterior.

Mientras que la actividad productiva manufacturera o extractiva muestra índices relativamente bajos o negativos como es el caso de la minería que cayó 3% en 2012. La gran excepción es la construcción que no ha dejado de crecer a tasas verdaderamente espectaculares.

Este sector, después de una caída del 14% en 2006, reaccionó vigorosamente con un crecimiento del 20% en 2007 y con un promedio del 11% entre 2007 y 2012.

De acuerdo con un estudio realizado por el Inaset “la economía real de La Paz pierde terreno desde 1988. La industria manufacturera cayó sistemáticamente del 16% del PIB en 1988 a sólo el 9,1% en 2011”.

Asimismo, en este largo período, anota el Inaset con datos del PIB a precios de mercado: “los servicios de la administración pública se han mantenido alrededor del 14,8%; el sector primario bajó del 13% al 8,5% entre 1990 y 1998 y luego volvió a subir al 13,8%. Los servicios tienen una contribución relativamente constante de un 45% del PIB hasta el año 2000; desde entonces, caen al 34% en 2011”.

No obstante, de acuerdo con el informe presidencial a la Asamblea Legislativa en enero pasado, las exportaciones colocan al departamento en cuarto lugar entre los nueve de Bolivia y muestran un crecimiento substancial al comparar el período 1999 – 2005 con el de 2006-2012.

En el primer período La Paz exportó 1.262 millones de dólares y en el segundo 3.610 millones de dólares, lo que significa un incremento del 186% en valor exportado. Estos valores se han visto fuertemente influenciados por el aumento de los precios de las exportaciones de minerales.

Por otra parte, la actividad estatal no sólo marca al departamento en cuanto a creación del PIB departamental. También se destaca la creciente captación de impuestos. En La Paz el 30% del PIB lo constituyen los impuestos indirectos en favor del fisco. Como comparación, en Santa Cruz este tipo de impuestos significa un 25%.

El referido estudio del Inaset señala que “La Paz es el mayor contribuyente en el mercado interno. Los datos sobre las recaudaciones de la renta interna por departamento procesados por Udape muestran que en La Paz se recauda la mitad de los ingresos nacionales (sin contar las recaudaciones de la gerencia sectorial de hidrocarburos, GSH, y de las importaciones, que no están disponibles por departamento)”.

Así, destaca que la tributación en La Paz se mantiene en torno al 50% del total de las recaudaciones desde 2006 frente a la de Santa Cruz que ocupa el segundo lugar con una declinante tendencia del 30,6% al 26,8%. De la misma manera Cochabamba, que desde 2008 bajó su participación del 13% al 10,3 en 2011.

Lo propio acontece cuando se toman los datos en términos per cápita. El promedio nacional de tributación por persona fue de 54.482 bolivianos en 2011. En cambio en La Paz la media tributada por persona alcanzó a 83.845 bolivianos, “es decir, un 154% la media nacional” o 75% la media de Santa Cruz cuya población tributa un promedio de 61.800 bolivianos.

Si los tributos captados en La Paz retornarían al departamento para impulsar la industria manufacturera se podría esperar un futuro más brillante. No es el caso que se vislumbra en la actualidad. Los datos reflejan un extremo caso de desindustrialización. En el caso de la ciudad de La Paz, este rasgo es incluso más notorio no sólo por la creciente actividad estatal sino por el crecimiento del empleo informal.

Por otra parte, una actividad que podría contrarrestar la declinación de la industria referida podría ser el turismo. Sin embargo, no es la actividad más privilegiada ni por el sector privado y menos por el apoyo que podría recibir del Estado central, departamental o local. El crecimiento de restaurantes y hoteles, que es lo que refleja la actividad turística, apenas fue de 3,58% en 2011 y 3,61% en 2012.

Lo que reflejan los datos es que La Paz crece por el incremento burocrático del Estado y ésta es la única forma de retribución efectiva que recibe por ser la población que más tributa. Aporta enormemente a la tributación sin que los sectores manufactureros reciban un mayor impulso.

La fortaleza que La Paz posee respecto al turismo tampoco logra que este rubro ocupe un lugar privilegiado en cuanto a las políticas que podrían favorecer y orientar el desarrollo de La Paz.

En los hechos, la tributación y los niveles que alcanza se puede tomar más como un impedimento al avance de La Paz. La banca crece, en gran medida, como una derivación de las actividades estatales y su centralización en la ciudad de La Paz. Se puede afirmar algo equivalente respecto a la actividad de la construcción.

La Paz, para crecer, requiere que se impulse la actividad productiva manufacturera, que se canalicen esfuerzos para aumentar sus exportaciones no tradicionales, que se explote de manera sostenible el turismo y, principalmente, que se reestructuren los impuestos con una visión de incentivo a las actividades productivas.

Alberto Bonadona Cossío


“Las exportaciones colocan al departamento en cuarto lugar a nivel nacional”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario