30 julio 2013

G2, el Departamento de Inteligencia del Estado Mayor General



El chiste usado mil veces dice que el término “Inteligencia militar” es una contradicción en sí misma. Sólo es un chiste, aunque tras profundizar la tarea que cumple el G2, el chiste podría convertirse, a veces, en una trágica realidad. El G2 es el denominativo corto que los militares le dan al Departamento Segundo (II), que no es otro que el Departamento de Inteligencia.

Bastante tiempo el G2 fue parte de los secretos mejor guardados por el Ejército boliviano, aparentemente sin mayor fundamento o simplemente para guardar apariencias sobre la importancia de la Inteligencia en la organización de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, en un país con una tradición que no fue precisamente la democrática, los miembros G2 se encargaron de realizar su trabajo de forma interna, con la obvia excepción de los momentos de conflicto.

Informe La Razón entrevistó a media docena de militares que a su turno fueron integrantes del Departamento Segundo, la mayoría como jefes.

Ninguno quiso identificarse, aunque tampoco revelaron datos que puedan comprometer la seguridad del país ni mucho menos. De ellos se extrajeron los datos detallados a continuación. En Bolivia, la Inteligencia militar es una especialidad. No es un arma como la infantería, la caballería, la artillería, como sucede en otros países. La organización del Ejército hace que la labor de Inteligencia se encuentre presente en todas las unidades, grandes y pequeñas. El país se organiza en Inteligencia con varias reparticiones, donde el Consejo Nacional de Seguridad del Estado es, en teoría, la cabeza del aparato, con la Dirección de Inteligencia del Estado y el Servicio de Inteligencia del Estado como organismos de apoyo.

En esta suerte de organigrama, el Ministerio de Gobierno participa con la Dirección Nacional de Inteligencia y el Centro de Especialización de Investigación Policial, con funciones de Escuela de Inteligencia Policial. Y también es parte el Ministerio de Defensa, cuyo brazo central es el ya mencionado Departamento Segundo de Inteligencia del Estado Mayor General.

El grueso es personal militar con esta especialidad, pero también existen civiles, en su mayoría con estudios en Diplomado en Altos Estudios Nacionales o lo que era el Diplomado en Altos Estudios Militares o el Diplomado en Altos Estudios Policiales.

Los efectivos son entrenados en la Escuela de Inteligencia Militar y muchos seguían, hasta hace unos años, cursos de especialización en Inteligencia en Estados Unidos y, ahora, los realizan en otras naciones. Por ello, la estructura de la Comunidad de Inteligencia Boliviana seguía, básicamente, los lineamientos de la escuela estadounidense, aunque en sus inicios (Guerra del Chaco, 1932) dio sus primeros pasos siguiendo la teoría de la escuela alemana.

Extrañamente, el Departamento Segundo de Inteligencia del Ejército tenía bajo su mando a la Fuerza de Reacción Inmediata del Ejército (FRIE), creada bajo asesoramiento del italiano Marco Marino Diodato del Gallo, fugitivo desde 2004 y acusado de los “pinchazos” telefónicos a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) y de realizar operaciones ilegales de Inteligencia. Cobró notoriedad en el gobierno democrático de Hugo Banzer Suárez (1997-2001) cuando, casado con una sobrina del general, se expuso demasiado en negocios turbios. Posteriormente —y como debe ser—, la FRIE pasó a depender del Departamento Tercero-Operaciones del Ejército.

La Fuerza Aérea trabaja también bajo este concepto, así como la Naval; se dice que el personal de Inteligencia mejor calificado pertenece a esta fuerza. Cada rama militar tiene, asimismo, un Departamento de Contrainteligencia y un Departamento de Operaciones Psicológicas. La Escuela de Inteligencia Militar funciona en la zona de San Jorge de la ciudad de La Paz, donde anteriormente operaba un batallón del Regimiento Colorados y, luego, la Policía Militar.

En la Policía existe o existía, según la época, una serie de grupos especiales, tan difíciles de identificar y algunos creados en base a la imaginación o la copia de algunas organizaciones del exterior. Pocos están dispuestos a ratificar o negar su existencia, como por ejemplo: el Servicio Secreto, aparentemente entrenado hace más de 15 años por el Sherut ha-Bitachon ha-Klali SHIN BET (Servicio General de Seguridad Israelí); el Centro Especial de Seguridad del Estado (CESE); el Centro de Inteligencia Especial (CIE); Inteligencia Preventiva (IP); el Centro de Operaciones Especiales (COPES); Investigación y Operaciones Especiales (IOE); el Centro Nacional Antiterrorista (CENANTE); el Grupo de Reacción Inmediata (GRI); Inteligencia de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y el Grupo de Reacción Inmediata y Apoyo (GRIA).

Se sabe también de la existencia del Comando de Operaciones Conjuntas (COC); el Consejo Nacional de Lucha Contra el Narcotráfico (CNLCN), antecesor de la FELCN; la Dirección de Investigaciones Departamentales (DID). Y existió el Departamento de Orden Político (DOP), que operaba durante las dictaduras militares; el Grupo Especial de Comando (GEC); los Grupos Operacionales de Apoyo (GOA); el Grupo de Operaciones Especiales (GOESP) y el Servicio Especial de Seguridad (SES).

A consecuencia de un nuevo enfoque más agresivo en la lucha contra el narcotráfico, todas las tareas de Inteligencia de los diferentes departamentos de la FELCN han resultado unidas bajo un mando centralizado que coordina en forma más eficaz la labor de Inteligencia con su propia estructura. Es probable, en todo caso, que muchos de estos grupos hayan sido simplemente ideas, que hayan cambiado de nombre o desaparecido tras una nueva doctrina o pensamiento del gobierno de turno.

En los últimos 30 o 40 años hubo decenas de militares que han asumido el cargo de G2, que en la jerga militar significa Jefe del Departamento Segundo del Ejército. Por ejemplo, fue G2 durante el mandato de Lydia Gueiler (1979-1980) el mismísimo Luis Arce Gómez, hoy detenido en la penitenciaría de Chonchocoro, quien, en una acción sorpresiva, irrumpió en el Ministerio de Gobierno, cuyo titular era Jorge Selum Vaca Díez, y con ayuda de oficiales y otros efectivos se llevó toda la documentación de esa cartera hasta el Estado Mayor, papeles que luego le sirvieron para el golpe del 17 de julio de 1980, que colocó en el poder a Luis García Meza.

Otro “recordado” en el puesto de G2 es Carlos Mena Burgos (figura clave y sombría en la Operación Cóndor de los años 70 del siglo pasado, durante la dictadura de Banzer), sus propios camaradas dicen de él: “lamberto con sus superiores, abusivo con los de bajo rango”. Y recientemente han pasado como jefes militares G2 generales como Freddy Bersatti, Freddy Mackay, Edwin de la Fuente, Antonio Cueto, Gustavo Sandóval, entre otros.

1 comentario:

  1. Fueron importantes los jefes de inteligencia durante la invasión terrorista de los extranjeros cubanos,los bolivianos informaban de cada paso de los indeseables.
    Nuestro agradecimiento a ellos y a todos los que defendieron la patria.

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