Ignacio Villa Vargas, alias “El Viejo”, después de un tiempo habló a los medios de comunicación y reiteró la hipótesis sobre una presunta preparación de enfrentamiento e incluso un “magnicidio” preparado por el vicepresidente Alvaro García Linera al traer a la célula irregular de Eduardo Rosza Flores.
En entrevista con Erbol, el polémico exchofer de Rozsa y su grupo, reveló detalles de la supuesta confabulación orquestada desde el centro mismo del Gobierno, donde también participó, según sus palabras, Raúl García Linera, hermano del vicepresidente del Estado.
El caso buscaría desbaratar a toda la oposición y las cabezas cívicas del oriente, en la denominada “media luna”, sembrando un caso de terrorismo y separatismo que tenía como objeto atentar contra la seguridad de personalidades de Santa Cruz, como el Cardenal Julio Terrazas.
“Querían que la población se levante contra sus autoridades en Santa Cruz, lo que querían es que no haya oposición. Yo era un buen actor con Eduardo Rozsa, por eso lo han eliminado, sino por qué no lo dejaron vivo, cuando antes estaban churrasqueando con él”, manifestó.
Citó otros nombres como Luis Clavijo, exfuncionario del Ministerio de Gobierno, quien lo habría contratado, además del capitán Walter Andrade y la oficial de Policía, Marilyn Vargas, que habrían sido quienes pusieron un explosivo en la puerta de la casa del jerarca de la Iglesia Católica el 15 de abril de 2009, un día antes del operativo policial que terminó con la vida de Rozsa y dos de sus colaboradores.
El 16 de abril los uniformados del grupo especial de la Policía ingresaron al hotel Las Américas y abrieron fuego contra los presuntos subversivos, dando muerte a tres y capturando a otros dos miembros que aún se encuentran encarcelados.
Villa Vargas sale a la luz aprovechando la coyuntura generada tras el descubrimiento de la red de extorsión que involucra a exfuncionarios de los ministerios de Gobierno y de la Presidencia.
Sobre Fernando Rivera, uno de los sindicados, “El Viejo” dijo que aquel “sabe todo” y conoce quiénes lo maltrataron cuando dejó de ser el “infiltrado” del Gobierno y pasó a convertirse en otro implicado del caso de supuesto terrorismo I.
“Todo esto va a salir a la luz pública. Me amenazaban de muerte, amenazas de toda índole”, agregó.
La versión de Vargas no es la primera que apunta a la hipótesis de un complot, autogolpe e incluso la figura de magnicidio, es decir el asesinato del primer mandatario.
El mes pasado el medio digital argentino Análisis24.com publicó una extensa nota con varias suposiciones en torno a la presunta relación entre Rosza y los hermanos García Linera. Unas grabaciones de audio son el sustento de la nota, aunque sólo hablan el exdiputado Wilfredo Añez y Villa Vargas, careciendo de sustento que implique a otras personas, menos a los sindicados.
El grupo de sicarios contratados estaba conformado por Rosza junto a Tibor Révész, Gabor Dudog, Dániel Gáspár, Ivan Pistovcák, Michael Dwyer, Tamás Nagy, Árpád Magyarosi y Elöd Tóásó. La versión del Gobierno es que esta célula fue pagada por la dirigencia cívica de Santa Cruz incluyendo al expresidente de esa instancia Branko Marincovik y otras personalidades y empresarios que hoy se encuentran fuera del país.
En aquella oportunidad, EL DIARIO se comunicó con el departamento de Comunicación de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional, quienes a su vez consultaron el tema con García Linera. “El Vicepresidente nos anunció que no habrá ningún pronunciamiento respecto a una información falsa y errónea y que no es seria”, dijeron.
Sobre el caso de la red de extorsión, el vicepresidente Álvaro García Linera aún no ha emitido ningún criterio, aunque las autoridades del Gabinete aseguran que en el Ejecutivo se ha instruido llegar hasta las últimas consecuencias en la investigación.
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