25 noviembre 2012

Santa Cruz tiene más de 20 ciudades intermedias

Una sorpresa prometió el presidente Evo Morales cuando salgan los resultados del Censo de Población y Vivienda 2012. Aseguró que Bolivia pasaría de tener 20 ciudades intermedias a 60. Es decir, 60 municipios del país pasarán los 20.000 habitantes y lograrán la ‘masa crítica’ para convertirse en articuladores de desarrollo entre las capitales de departamento y las áreas rurales del país. Esa pequeña revolución tendrá su epicentro en el departamento de Santa Cruz, que alberga, según las proyecciones de población para 2010 del Instituto Nacional de Estadística, un tercio del total de
las ciudades intermedias del país.

Las 20 ciudades intermedias pueden formar una red que ocupa casi todo el territorio cruceño. Comienzan en las afueras de la urbe. Salvo Porongo, todos los municipios de la provincia Andrés Ibáñez tienen esta cualidad e irán empujando a la capital a pensarse como metrópoli. Más allá, Montero se tiene el reto de ser el núcleo articulador del norte, aunque está rodeado de pueblos que también se han vuelto ciudades. En la Chiquitania, tres ejes conviven sin complementarse: San Julián, Concepción y San Ignacio de Velasco. En el sur, Charagua debe lidiar con su enorme territorio y Camiri se enfrenta al reto de no seguir decreciendo. En la ruta del ferrocarril hacia Corumbá, solo Pailón alcanza la categoría, empujada por la producción de alimentos, vislumbrando un futuro industrial, pero lastrada por sus problemas de gobernabilidad. En la frontera, Puerto Suárez es el guardián, pero su despegue dependerá de lo que pase con Mutún y Puerto Busch.

Según las proyecciones, a las puertas de esta categoría se quedan San José de Chiquitos, Vallegrande y Quijarro, que no tardarán muchos años en alcanzar los 20.000 habitantes.

El municipalista José Luis Santistevan explica que las ‘ciudades-municipios’ adquieren otras competencias y recursos distintos a los rurales y tienen el reto de convertirse en articuladores del desarrollo productivo de su área de influencia. En su opinión, con la relevancia dada por Morales, los municipios serán la base del desarrollo nacional, pero para ello se debe profundizar la Participación Popular con más recursos y competencias.

Según José Luis Parada, secretario de Hacienda de la Gobernación de Santa Cruz, el gobierno departamental ya se percató de la importancia de estas ciudades y ha tratado de potenciarlas. Afirma que la política 50-40-10 (distribución de las regalías petroleras en una proporción del 50% para las provincias productoras, el 40% para las no productoras y el 10% para los pueblos indígenas) va en esa línea, ya que entienden que las ciudades intermedias generan servicios y desarrollo económico. Eso provoca que la gente no migre.

Además, Parada dice que la estrategia de la Gobernación de poner énfasis en proyectos de construcción de caminos, defensivos, electrificación y agua potable está dirigido a otorgar condiciones para que los costos de los productores no se eleven.

Para Roberto Vaca, alcalde de Puerto Suárez, la realidad ya hace rato lo obligó a administrar su municipio como ciudad intermedia. Dice que la esperanza de Mutún le llevó una ola migratoria que le colapsó los servicios de educación y salud. También asegura que la planificación apunta a consolidarse como un polo industrial, pero para ello necesita que se reflote pronto el proyecto de explotación de hierro en Mutún, que se concrete Puerto Busch y la cementera en Yacuses.

Casi en los límites con Cochabamba, Zenobio Meneses, alcalde de Yapacaní, dice que se está poniendo énfasis en el tema productivo, a la par de la protección de la ciudad. Piensan construir una circunvalación que desvíe el tráfico de los camiones del centro, pero también está planeado instalarse una fábrica de leche en polvo, una procesadora de cítricos y centros de acopio para los campesinos, pues es una de las zonas con mayor producción
de arroz del departamento.

Domingo Mérida, de Charagua, explica que su territorio es tan grande que no estaba seguro si los empadronadores del INE lograron llegar a todas las comunidades. El alcalde del municipio más grande del país tiene la visión de que su zona se convierta en el granero cruceño, aumentando la producción de maíz, sorgo y soya, que ha crecido en los últimos años. También es consciente de que Charagua será la única ciudad intermedia de Santa Cruz que tenga la condición de autonomía indígena.

Pero la más grande de estas ciudades medianas es Montero. Con más de 100.000 habitantes que administrar, Mario Baptista la piensa como el nudo integrador del Norte Integrado y sueña con brindar servicios a las 800.000 personas que viven en toda la zona. De ese tamaño es su reto. Explica que se están potenciando en educación, con nuevos módulos, que mejoran los servicios de su hospital de segundo nivel, pero lo que en verdad necesitan es una universidad y un hospital de tercer nivel. “Cuando mandamos enfermos a Santa Cruz, no se encuentran ni camas. Pero eso no está en mis manos, sino de la Gobernación”, reflexiona.

LAS FRASES

«La ciudad de Montero ha sido, es y será por naturaleza el nudo de encuentro de todo el Norte Integrado»
Mario Baptista | Alcalde de Montero

«Con 24 millones de bolivianos no da para encarar los retos de una ciudad intermedia. Necesitamos recursos»
Domingo Mérida | Alcalde de Charagua

«Estas ciudades generan equilibrio regional, distribuyen la población en varios lugares, no solo en la ciudad capital »
José Luis Parada | Gobernación

¿Qué son?

Definición. La población de la ciudad intermedia está en el rango entre 20.000-500.000 habitantes. Deben tener un rol territorial claro, no ser capitales
nacionales ni de departamento ni configurar un área metropolitana.

Impacto. Tan importante como su población es el papel y la función que la ciudad juega en su territorio más o menos inmediato.

Nexo. Las ciudades medias articulan el territorio y funcionan como centros de referencia para un territorio más o menos inmediato.

Comodidad. Son centros de bienes y servicios más o menos especializados para la población del mismo municipio y de otras comunas más o menos cercanos sobre los que ejerce influencia.

Cohesión. Son centros de interacción social, económica y cultural, “el corazón económico de áreas rurales”.

Servicios. Son asentamientos ligados a redes de infraestructura que conectan las redes locales, regionales y nacionales e incluso con fácil acceso a las internacionales.

Desconcentran. Son centros que suelen alojar niveles de la administración de gobierno local, regional y subnacionales.

Ecológicas. Son sistemas más equilibrados y sostenibles por razones de escala, que ejercen relaciones más equilibradas con su territorio.

Gobernabilidad. Son centros más fácilmente gobernables, gestionables y controlables y que permiten en principio una mayor participación ciudadana.

Amigables. Son asentamientos con escalas y dimensiones más humanas. Sus habitantes tienen un mayor apoyo en las relaciones interpersonales.

Homogéneas. Por su tamaño tienen una menor diversidad social y cultural, y se produce cierta endogamia social.

Peligro. Pueden tener una debilidad en sus recursos humanos si se produce una concentración de los mismos en los mayores centros urbanos.

Lastre. Tienen menor competitividad económica frente a la metrópoli o gran aglomeración urbana que tiende a concentrar las funciones superiores del sistema. Tiene mayor dificultad de acceso a los principales flujos de información y capital. Pueden ser más vulnerables frente a las crisis cíclicas.
Fuente: Ciudades Intermedias y población mundial.


Son municipios con asimetrías
“Con 24 millones de bolivianos no da para encarar los retos de una ciudad intermedia”, dice Domingo Mérida, alcalde de Charagua. La situación de los 20 municipios con más de 20.000 habitantes no es simétrica y confían que la categoría de ciudad mediana no llegue solo en papeles, sino también en recursos.
Mérida, por ejemplo, recibió transferencias de recursos por unos Bs 22 millones, mientras que logra recaudar unos 1,5 millones en su municipio. Del otro lado de la balanza se encuentra Montero. Mario Baptista administra Bs 170 millones que le da para más cosas.
En tiempos de pacto fiscal, el secretario de Hacienda de la Gobernación, José Luis Parada, explica que se reparten Bs 110 millones entre los 56 municipios y que si entregan más recursos, se quedarán sin los fondos necesarios para apalancar proyectos con el Gobierno y con créditos externos. Actualmente desarrollan un programa de construcción de puentes con un crédito de la CAF y que tal vez el departamento debe reclamar mayor equidad al Gobierno en la inversión en salud, educación y seguridad ciudadana.
Sin embargo, el municipalista José Luis Santistevan advierte que una mala gestión de estos nuevos centros urbanos puede generar autonomías regionales como las del Chaco tarijeño. En su opinión, si no se piensa en la elección de subgobernadores y en la asignación de recursos y competencias a las provincias, este tipo de autonomías terminarán por debilitar a la departamental.
Lo mismo sucede con el municipio de la capital. “Con $us 50 millones más no se puede seguir con el modelo arcaico de administrar todo desde el centro. Si seguimos así, veremos surgir ciudades distritos”, dijo.



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