22 noviembre 2012

Encuestadores recibieron hasta dos meriendas y otros ni agua

Eran las 10:30 y Nilda Cervantes, de 16 años, se apresuraba a tocar el timbre de una casa ubicada en la avenida Argentina, Miraflores, mientras comía una barra de chocolate que una familia a la que había empadronado le regaló ayer, día del censo 2012.

En otras viviendas le invitaron galletas, jugos de fruta e incluso un desayuno completo. “Y yo que desayuné antes de salir de mi casa”, dijo con una sonrisa.

Beatriz Aduviri, de 25 años, no tuvo tanta suerte. Según contó, hasta esa hora de la mañana le tocó empadronador en las puertas de las casas.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó en días pasados que no era necesario hacer ingresar a la casa al empadronador, pero, en lo posible, todos los miembros de la familia debían estar presentes en la encuesta.

Así, algunos empadronadores fueron recibidos dentro de las viviendas con desayunos y otras golosinas, mientras que otros hicieron el mismo trabajo en las puertas de los domicilios.

“No hemos desayunado y no encontramos tienda abierta para comprar algo”, dijo un joven que censaba en la avenida Saavedra.

De acuerdo con el auto de buen gobierno emitido por la Gobernación de La Paz, ayer se suspendieron las actividades públicas y privadas, además se restringió el tránsito de personas y de vehículos. Sin embargo, la gente desde muy temprano sacó a sus perros a pasear y varios niños jugaban en las calles de Miraflores.

La apertura de tiendas de barrio también estaba prohibida. No obstante, un joven en pijamas caminaba por la avenida Saavedra cargando un jugo de frutas; dijo que lo compró cerca de la plaza Triangular. Página Siete encontró una tienda abierta en la calle Claudio Sanjinés.

“Casera, ¿está atendiendo?”, preguntó este periodista. La vendedora asintió con la cabeza, pero después aclaró que esperaba al empadronador con las “puertas abiertas”.

En la avenida Argentina, el minibús de Marco Antonio Quispe, de 31 años, permaneció varado desde el martes por un problema técnico. Como no encontró auxilio técnico, tuvo que dormir en el motorizado y ser empadronado en él.

Pese a las recomendaciones del INE de vigilar a los canes durante la visita del empadronador, una joven que cumplía esta función fue mordida por uno.

Muchos encuestadores fueron vistos en las calles escribiendo sobre las boletas y ello despertó susceptibilidades en vecinos. La ministra de Planificación, Viviana Caro, aclaró que ellos completaban sus reportes.

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