13 agosto 2012

Cuestionan el rigor científico de la boleta del censo 2012

Política partidista y ciencia no deberían mezclarse. Esa es una de las conclusiones centrales en la que coinciden algunos técnicos en gestión pública y académicos, a propósito de una reflexión crítica sobre la exclusión de variables demográficas y sociales de la boleta del censo 2012, diseñada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y presentada la semana pasada por el Ministerio de Planificación.
Así lo han dejado entrever algunos de los participantes de la cuarta mesa de la Ruta del Censo 2012, un foro organizado el pasado viernes en Santa Cruz bajo el auspicio de universidades, institutos de investigación social y ONG.
A once años del último censo de población y vivienda, para el Gobierno nacional la ejecución de este proceso de recolección y actualización de información estadística es un gran avance de gestión pública. Y las críticas que hay respecto a la boleta censal, en palabras del vicepresidente Alvaro García Linera, responden a políticos ‘despistados’.
Se trata de una boleta censal que contiene un cuestionario de 49 preguntas y que será ejecutado en todo el país el miércoles 21 de noviembre, con el apoyo de 230.000 empadronadores.
Sin embargo, la crítica apunta al rigor metodológico y científico de búsqueda de datos. Por lo menos desde el ámbito académico. El politólogo Manfredo Bravo cuestiona “la poca transparencia de la confección de la boleta censal, poca participación ciudadana y falta de independencia del INE”.
Para Bravo, hay al menos cinco variables demográficas que se han suprimido de hecho en la boleta censal, a saber: migración, diversidad sexual, natalidad, mestizaje e identidad cultural y religión.
Para Carlos Hugo Molina, abogado y municipalista, el problema está a partir de la forma en la que se va a gestionar la información estadística desde el nivel central, en contrasentido a la nueva realidad política y jurídica de la Bolivia autonómica y que goza de una nueva Constitución. “La gestión de información debería abordarse desde los entes territoriales vigentes, vale decir, gobernaciones, municipios y territorios indígenas”.
De este modo, considera Molina, cada entidad territorial sería la encargada de aportar qué variables se debe incluir en el censo y así se gestarían políticas públicas acordes con la nueva realidad.
Teófilo Caballero, economista experto en planificación y presupuesto, considera que la exclusión de variables económicas y sociodemográficas en este proceso implica el empobrecimiento del proceso de recolección de datos que deberían ayudar a caracterizar la ‘fotografía’ de la realidad nacional actual.
“El problema son las consecuencias”, sostiene Caballero, dado que a partir de la información que arroje el censo se definirá si corresponde un nuevo pacto fiscal para la reasignación de recursos y la ‘transparentación’ de sus manejos. “El nuevo pacto fiscal debería ser el nuevo eje que aglutine a la sociedad cruceña y esto será posible en la medida en que el ciudadano ejerza un proceso de fiscalización del censo”, afirmó.

Colonialismo y exclusión
Yamir Pérez / Sociólogo
El informe final que resultará del censo 2012 es un documento legal que debe orientar las políticas públicas del Estado boliviano y la redistribución de recursos.
Si consideramos esto y si precisamos que el Estado boliviano gaza de un equipo de técnicos, resulta evidente que la exclusión de algunas variables sociodemográficas es consciente e intencionada.
La exclusión de variables como ‘identidad sexual’, ‘identidad cultural’, ‘migración’, etc., de esta boleta censal se puede deber a dos razones: O el Estado es incapaz de gestionar más recursos para las regiones más desarrolladas o hay motivaciones políticas.
Cualquiera de las dos es deplorable pues en ambos casos se evidencia una mentalidad colonial que, a propósito, quiere desconocer identidades y nuevas realidades sociales, ocultando bajo la alfombra a la población.

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