11 marzo 2012

Seguridad Ciudadana habló del plan de emergencia para El Alto “Si no hay un cambio de actitud en la Policía, no vamos a cumplir el plan”

Esta semana, ante la creciente intensidad del problema de la criminalidad, Página Siente conversó con el viceministro Miguel Vásquez sobre la seguridad ciudadana en general y la de El Alto en particular.

Página Siete.- ¿Cómo se pueden optimizar los recursos humanos que tiene la Policía para atender las demandas en seguridad ciudadana?

En el fortalecimiento de la Policía, uno de los avances más importantes está en el área tecnológica a través de un observatorio que será creado. El plan busca controlar, con un sistema de GPS, dónde se producen los hechos delictivos, en un programa previsto para 209 ciudades a través de una central telefónica similar al 911 de otros países. Seguirá siendo el 110, pero en un Centro de Atención de Incidentes.

El proyecto, apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo y que casi se pierde por la excesiva burocracia en la administración pública, incluye la proyección de un mapa geo-referenciado en una pantalla gigante que registrará, gracias al trabajo de diez o 15 operadores, los incidentes que se vayan sucediendo. De esa forma, cualquier denuncia tendrá respuesta inmediata, disponiéndose el envío del vehículo que más cerca se encuentre para atender el problema.

Han fracasado muchos proyectos por la burocracia que no ayuda a hacer gestión; por ejemplo, hace poco teníamos un sistema de GPS financiado por una empresa privada en Santa Cruz para instalarse en los vehículos del transporte interdepartamental y que finalmente se ha perdido por la pesadez de la burocracia.

Página Siete.- No me ha respondido sobre el tema de la asignación de recursos humanos. Si la Policía no tiene los recursos humanos y los vehículos suficientes, ¿de qué puede servir todo este desarrollo tecnológico? A veces se asigna un número excesivo de efectivos en ciertas zonas para el control de tráfico, mientras otras áreas carecen de policías para la seguridad.

Es verdad y ésa es una autocrítica, porque a veces se confunde eficacia con eficiencia. Por ello y sobre la base de los estudios realizados a través del observatorio que instalaremos, se está planteando una redistribución del personal considerando tres temas: grados de incidencia delictiva, extensión territorial e índice demográfico.

Además de estos parámetros, tenemos que tomar en cuenta que ese efectivo policial no va a trabajar a pie, tiene que tener un vehículo.

Entonces el plan de lucha contra la delincuencia es completo y pensando a mediano y largo plazos, con una central de radiopatrullas moderna -al estilo de 911-. Este plan viene con dotación de vehículos, infraestructura informática, cámaras de vigilancia. Un solo policía podrá desde su computadora informar lo que ocurre en una zona y reportarlo al vehículo más cercano.

En lo inmediato y ante la emergencia hemos planteado el apoyo de las Fuerzas Armadas en tareas preventivas de patrullaje, previo curso acelerado de capacitación para los soldados. Esto hasta lograr una mejor redistribución de los efectivos y contemos con más recursos.

Debemos ser claros, si no tenemos el personal suficiente en la Policía, debemos recurrir a las Fuerzas Armadas, para lo cual ya hemos desarrollado tareas de coordinación con el comandante en jefe y los comandantes de fuerza. Hemos pedido también el apoyo de la gobernación y el municipio, y existe amplia predisposición en ambas instituciones; todo este desplazamiento requiere una logística, como tener vehículos, gasolina, refrigerio y otros elementos.

Página Siete.- También se habla de que los vecinos se organicen, pero ello tiene el riesgo de abusos y linchamientos, por ejemplo.

Sí, la estrategia de emergencia comprende también la capacitación de los vecinos, organizados en brigadas de seguridad vecinal, pero jamás con la idea de que haya linchamientos.

Esto en realidad lo hemos planteado hace varios años y hoy, ante la emergencia, se está recuperando. El plan consiste en organizar a los vecinos en la cuadra y en la manzana. Así se desarrolla algo que se denomina “árbol telefónico”, mediante el cual los vecinos hacen sus reportes, se contactan con el jefe de la brigada y éste con el policía. Se toca una alarma, pitos, ollas o lo que esté al alcance y que llame la atención cuando se detecte a un extraño; pero todos salen a la calle bajo la égida de un principio de respeto a la vida, direccionado por la Policía, no a linchar a ese extraño. Si se hace este plan, ningún delincuente se acercará a ese barrio.

El ejemplo colombiano es importante; ellos tienen sus denominados “frentes de seguridad vecinal”. En España se denomina “policía de proximidad”.

Página Siete.- ¿Qué incidencia tuvo el eximir de responsabilidades a la Policía en temas como la entrega de cédula de identidad y licencias? ¿Ha ayudado en la mayor asignación de recursos policiales? El Presidente prometió que esos 1.000 oficiales irían a las calles a luchar contra la delincuencia, pero no se nota.

Lo que sucede es que la distribución de esos recursos no se nota porque las necesidades son muchas en todo el país. Sin embargo, quizá debíamos haber privilegiado las necesidades operativas urgentes. Lo mismo ocurre con el tema vehículos, a veces la asignación dispersa no es una buena idea. Debemos concentrar más recursos.

Página Siete.- La estrategia de emergencia para atender las demandas urgentes de El Alto debe ser financiada. ¿Podemos conocer el costo?

Hay un presupuesto, evidentemente, pero antes de precisarlo debemos consensuar la contribución de los municipios y en este caso el de El Alto y la Gobernación de La Paz, todo a partir de los recursos del IDH más los recursos del Ministerio de Gobierno.



Página Siete.- ¿Cómo evalúa usted el plan de seguridad ciudadana de cinco años que concluye este 2012 y cómo se está preparando el próximo plan?

Lo que hemos observado cuando nos hicimos cargo del Viceministerio de Seguridad Ciudadana hace casi dos años es que no se ha podido operativizar todo aquello que se había planteado. Sin embargo, es importante destacar que éste es un primer plan de seguridad ciudadana que nunca antes se tuvo.

En cuanto esté aprobada la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, lanzaremos el nuevo plan para los siguientes cinco años de acuerdo al nuevo ordenamiento jurídico y las instituciones como parte de una política global.

Página Siete.- Permítame ser pesimista sobre este plan. En el pasado se han hecho esfuerzos parecidos que no han llegado a resultados concretos. La Policía puede ser parte de la solución, pero también es parte del problema. Es una institución burocratizada, pesada y que en muchas ocasiones tiene relaciones con la delincuencia.

Efectivamente, la Policía es una entidad pesada, difícil de reformar. En el caso de la Policía, es urgente revisar la forma de actuación; hace tiempo se planteó que deberíamos trabajar mucho en la parte ética y moral, con valores que incidan en los niveles de preparación en la escuela básica, en la academia y luego fortalecida en la universidad policial en los cursos de posgrado.

Si no hay un cambio de actitud en la Policía, no vamos a acompañar el plan. Y el cambio de actitud en la manera de pensar, sentir y actuar viene de la mano de darle a la Policía los elementos básicos para trabajar. Pero tenemos un problema adicional en la Policía -que se lo ha planteado en las cumbres con gobernadores y autoridades- y es el tema de los bajos sueldos y salarios. Y sigue siendo un problema que, aunque se han hecho esfuerzos en el último tiempo, quizá no ha alcanzado los niveles a los que deberíamos haber llegado.

Cuando uno tiene valores, éstos le impiden cometer cualquier situación ilícita. Y los valores no requieren que la persona sea rica o pobre. Pero el tema salarial es fundamental también.

La Policía necesita cambiar esa vieja imagen represiva, orientada a lo empírico, debe cambiar hacia la filosofía de la Policía Comunitaria. Sin embargo, ya hemos venido implementando cambios gracias al apoyo de la cooperación internacional; se ha hecho un diplomado, por ejemplo, aunque no es suficiente. También hemos experimentado con un proyecto en La Paz, con la Alcaldía, que ha dado buenos resultados en la zona del Cementerio. Ese plan ha logrado reducir la incidencia de delitos. Allí donde se ha incorporado este concepto de Policía Comunitaria, créase o no, se ha bajado la incidencia de delitos, porque el policía trabaja con otra dinámica, cerca del vecino, etc. Así el vecino tiene confianza y el policía tiene que responder a esa confianza.

Vásquez: “Ante la emergencia, buscamos una alianza Estado-Policía-ciudadanía”
Durante el Desayuno de Trabajo con Página Siete, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Miguel Vásquez, sostuvo que ante la emergencia suscitada por los últimos acontecimientos delictivos, el Gobierno quiere consolidar una “alianza entre el Estado, la Policía y la ciudadanía”.

Uno de los primeros pasos en esta tarea será la conformación de un consejo alteño de seguridad ciudadana, con una participación de representantes de varias instituciones.

De acuerdo con la explicación del jefe policial, la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto (Fejuve) conformará brigadas vecinales, bajo la tuición del Comando de la Policía en ese distrito.

Estas brigadas estarán compuestas por vecinos voluntarios, bajo la conducción de un uniformado que servirá de enlace, tanto para tareas de prevención como para desarrollar un plan destinado a alertar a la población sobre conductas sospechosas o delictivas, “pero con absoluto respeto a la vida”, dijo Vásquez.

El viceministro indicó, sin embargo, que antes de que salgan a las calles los brigadistas, éstos serán debidamente capacitados por la Policía y formalmente posesionados como responsables del plan de emergencia.

Vásquez invocó también la participación de los estudiantes y docentes de las carreras de derecho, sociología, trabajo social y psicología de la UPEA de El Alto, sobre todo para la realización de trabajos de investigación científica de las causas de la criminalidad en El Alto, para más adelante generar políticas de seguridad ciudadana.

Un segundo paso en este plan de emergencia está destinado a la instalación de una primera estación policial integral, ubicada en la avenida Santa Veracruz. Allí se implementará un sistema de monitoreo y vigilancia electrónica y la instalación de cámaras de vigilancia en las zonas de mayor riesgo, debidamente identificadas en la alianza entre la Policía y Fejuve.

También en coordinación con el municipio de El Alto se pretende llevar adelante un plan de alumbrado público que evite zonas oscuras proclives al delito.

Finalmente, más a mediano plazo, el viceministro Miguel Vásquez dijo que el plan comprende también un desarrollo del cuerpo normativo indispensable para mejorar la seguridad ciudadana en esa urbe.

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