18 marzo 2012

El Ejecutivo se reinventa sin históricos y con más profesionales

Al menos 18 de los 56 viceministerios de Estado están en manos de abogados y la mayoría de las direcciones y jefaturas, en estos despachos, está manejada por profesionales de clase media que no tienen pasado en movimientos sociales, ni provienen de pueblos indígenas.

Un análisis a los mandos medios del Gobierno, realizado por Ideas, muestra que la presencia originaria está limitada sólo a determinados espacios y que cada vez son menos los “históricos” que sobreviven.

Más allá de estas instancias, la situación no varía. De los 20 ministros, 16 pertenecen a la clase media -según variables adelante detalladas-, cinco de este grupo son abogados y sólo cuatro son de pueblos originarios o tienen pasado sindical.

Y sólo como referencia, un conteo no oficial de este medio estableció que en la Asamblea Legislativa existen al menos siete senadores y 15 diputados que estudiaron abogacía, y en ese caso si es evidente que este gremio perdió terreno en relación a décadas pasadas.





Los abogados¿Por qué existen abogados en todos los espacios del Estado? Y más aún, ¿por qué el afán de detenerse en esta particularidad?

La segunda interrogante va a colación de reiterados discursos del Presidente y los líderes del proceso: gente nueva para encabezar tiempos nuevos.

Está de sobra señalar que en casi toda la historia republicana -y también en la etapa neoliberal- fueron juristas los que coparon en amplio porcentaje el Ejecutivo y el Legislativo.

En cuanto a la primera pregunta, dos analistas consultados por Ideas encuentran dos respuestas, una técnica y otra política.

En criterio del constitucionalista Carlos Alarcón existe una constante en todas las gestiones gubernamentales y es la necesidad del Estado de tener equipos legales en todas sus instancias.

“Es algo presente siempre. Las estructuras legales del Estado se mantienen en todas las administraciones, en todos los ministerios. Las condiciones no deben variar en este ámbito. De hecho hay un salto cualitativo con la implementación de la Procuraduría del Estado, algo que antes no teníamos. Con esta entidad se ha dado un avance importante para contar con abogados especializados en la defensa del Estado”, manifestó.

Sin embargo, más allá de la necesidad técnica-jurídica que tiene el aparato estatal, el sociólogo Óscar Quiroga identifica otra razón que multiplica la presencia de estos especialistas en todas las esferas de la función pública.

“La naturaleza del oficio del abogado es la de defender a aquel que lo contrata e incluso a aquel que le asignan. Existen objeciones de conciencia, pero en líneas generales ésta es la característica del ejercicio de la abogacía. Y creo que los juristas llevaron esta naturaleza al campo gubernamental. Los abogados son una fuerza laboral técnica con disponibilidad política hacia cualquier administración. Prestan sus servicios a aquel que los contrata”, indicó.

Quiroga afirma que anualmente más de 1.000 estudiantes ingresan a la carrera de derecho en la Universidad Mayor de San Andrés y que esa cifra es similar en otras casas de estudio públicas de otras capitales. “Lo que nunca va a faltar son abogados”.

Pero Alarcón advierte que con un Estado con las características del actual -al que califica como “interventor”-, se debe diversificar la presencia técnica en todas las áreas, y no sólo restringirse a los peritos juristas.

“Mientras más interviene el Estado en el área económica y provee directamente bienes y servicios, se hacen más necesarias muchas otras especialidades. Un Estado interventor debe diversificar el rubro de profesionales que necesita”.

Ambos analistas coincidieron en que, pese a los esfuerzos que se puedan hacer, los abogados siempre tendrán espacios “reservados” dentro del Estado.

La cuarta parte del Consejo de Ministros de Evo Morales está conformada por abogados: Cecilia Ayllón, Nardi Suxo, Rubén Saavedra, Daniel Santalla y Felipe Quispe Quenta.

Más allá de los ministerios y viceministerios, abogados controlan la la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, y lógicamente son juristas la mayoría de los magistrados del Órgano Judicial, entre otras entidades públicas.

Por otro lado, 16 ministros pueden ser considerados de “clase media” -incluyendo, por supuesto, a los abogados- si se consideran sus declaraciones juradas de patrimonio, nivel socioeconómico, lugar de domicilio y trayectoria académica y profesional.

No ingresarían en este grupo David Choquehuanca, Nemecia Achachollo (ambos indígenas), Daniel Santalla (ex fabril) y Felipe Quispe Quenta (de origen indígena).

Aunque la definición del “clasemediero” siempre es antojadiza, el resto del gabinete proviene de entidades privadas y organizaciones no gubernamentales, tiene estudios superiores en el exterior y propiedades en el área urbana, características todas de los estratos sociales con mediano poder de adquisición.

Los “cuadros del proceso”Pese a estas evidencias, Idón Chivi, director general de Administración Pública Plurinacional, niega que se mantengan las lógicas pasadas que mandaban a reunir a economistas, ingenieros, administradores y abogados en el aparato estatal, y asegura que hay una serie de “cuadros” formados por el proceso de cambio que ahora son la presencia mayoritaria en los ministerios.

“No podemos medirnos a partir de una cuantificación. Ahora tenemos mucha gente que sale de las organizaciones sociales y que tiene experiencia en otros ámbitos; hemos perforado el viejo esquema”.

Chivi insiste que ahora existe un “mapa plurinacional de recursos humanos” con gente con experiencia técnica, pero que proviene de los “cuadros del proceso de cambio”.

Sin embargo, este supuesto cambio es puesto en duda por el ex viceministro de Planificación Estratégica Raúl Prada, hoy en las filas de la disidencia del proceso de cambio.

En criterio del filósofo, ya al inicio de la gestión de Gobierno (2006) se optó por mantener el aparato estatal existente y no cambiar a toda la estructura. “Eso afectó a toda la administración pública porque se mantuvo la forma en la que se hacían las cosas”.

Los alejadosAdemás de Choquehuanca, Achacollo y Quispe, los viceministerios de Justicia Indígena, de Medicina Tradicional, de Descolonización, de Interculturalidad y de Organización Territorial también siguen en manos de representantes indígenas, pero pocos espacios más.

Sin embargo, el alejamiento con los sectores sociales no se evidencia sólo en la nueva composición del consejo de ministros o en los viceministerios, sino en la hasta hace poco inimaginable ruptura con el Consejo Nacional de Marqas y Ayllus del Qullasuyo (Conamaq) y la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB).

Y ni qué decir de los “históricos”: gente de base sindical, de organizaciones sociales o intelectuales ideólogos de modelo.

En el primer año de Evo Morales en el Gobierno hubo varios viceministros “históricos”: Rafael Puente, Alfredo Rada o Rebeca Delgado. Hoy, los dos primeros no ejercen cargo alguno en el oficialismo y Delgado pasó al Legislativo.

Además de la presidenta de Diputados, quedan César Navarro, en el Viceministerio de Coordinación Gubernamental; Felipe Cáceres, en la cartera de Defensa Social; Juan Carlos Alurralde, como vicecanciller, y Félix Cárdenas, en Descolonización.

Las demás autoridades que se encuentran en estos cargos medios, al igual que la mayoría de los directores, son servidores públicos que no tuvieron trayectoria relevante en la consolidación del proceso actual. Y un dato no menor es que la mayoría son juristas.

Es sabido que el poder es un eterno desgaste, pero el Gobierno va en su sexto año y ya son más las caras nuevas que los rostros conocidos.

Boris Miranda Espinoza

Chivi asegura que existe una serie de “cuadros” formados por el proceso de cambio que ahora son la presencia mayoritaria en todos los ministerios del Estado.


Punto de vista
Óscar Quiroga SociólogoUno de los elementos que menos atención obtuvo, tal vez por las limitaciones legales a informar al respecto, fue que varios de los abogados que postularon a los altos cargos del Poder Judicial tenían una trayectoria política más o menos disimulada.De entornos miristas, adenistas y fundamentalmente del MNR salieron varios de los perfiles que en las entrevistas con medios de comunicación desplegaban odas al nuevo marco constitucional.

Esto a mí no me sorprende. De hecho uno de los ministros clave del primer periodo del Presidente fue un reinventado. No digo que el ex ministro de Defensa se haya reciclado, sólo que antes de ser parte de la troupé de Evo Morales era defensor de la capitalización. Basta acercarse a la biblioteca de la Facultad de Derecho para ver una de sus tesis al respecto.

Claro está que no sólo los abogados supieron reconvertirse debido a las nuevas tendencias políticas. Hay dos ministros del área económica que hicieron lo mismo después de haber ejercido funciones en anteriores gestiones.

Lo que diferencia a los abogados del resto es que son omnipresentes en el Estado por la naturaleza misma de la cosa pública. Y en escenarios invisibles del Ejecutivo deben ser muchos los casos de juristas que cambiaron de bando.

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