12 diciembre 2011

Evo sufrió reveses en 2011 y su popularidad cayó; pero aumentó su poder

Para el presidente boliviano, Evo Morales, 2011 ha sido un año de notorios reveses, incluida su primera derrota electoral desde que llegó al poder y la merma sostenida de su popularidad, pero al mismo tiempo amplió su control de los poderes públicos.



Dos años después de ser reelegido con el 64 por ciento de los votos, la última encuesta de Ipsos indica que le respaldan algo más de la mitad de aquellos votantes (38 por ciento ) y lo repudian el 53 por ciento de sus compatriotas.



El año comenzó con los coletazos inflacionarios del "gasolinazo", el intento de Morales de decretar, al amparo de la pasada Navidad, un aumento de los precios de los combustibles de hasta el 82 por ciento , que debió derogar horas antes de acabar 2010 ante violentos disturbios callejeros.



En los primeros meses de 2011 el fallido "gasolinazo" causó desabastecimiento de alimentos y protestas por el alto costo de vida, incluidas huelgas y bloqueos de carreteras promovidos por la central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país.



Las autoridades ya tuvieron que corregir este año dos veces la meta oficial de inflación, primero fijada en un 4 por ciento y aumentada en febrero hasta el 6 por ciento , pero ya fue superada esta segunda cifra en octubre, y ahora el gobierno confía ahora en un 7 por ciento final, pero los empresarios hablan del 8 por ciento .



Pero los mayores reveses de Morales son de octubre, cuando la oposición convirtió en plebiscito en su contra la elección de 56 magistrados de cuatro tribunales superiores, al tiempo que una marcha indígena lo obligaba a frenar una carretera que partía en dos un parque natural.



En los comicios judiciales, los votos nulos y en blanco que pidió la oposición sumaron en torno al 60 por ciento y los válidos que defendía Morales el 40 por ciento .



Pero ese revés, aunque melló su aureola de invencible en las urnas, fue solo moral porque, de hecho, logró que todos los máximos tribunales queden en manos de sus partidarios, aumentando su monopolio de los poderes públicos para una segunda reelección en 2015, anotan analistas y líderes de la oposición.



El mandatario comenzó a hablar en 2010 de su segunda reelección, considerada "inconstitucional" por la oposición boliviana, que está muy debilitada, dispersa y sin un líder a la vista para hacer frente a Morales.



Para muchos analistas y diplomáticos consultados por Efe, el principal revés del presidente en 2011 fue la marcha de cientos de indígenas de la Amazonía, que caminaron unos 600 kilómetros en 66 días y tuvieron una recepción triunfal en La Paz el 19 de octubre.



Morales primero despreció e insultó a los amazónicos y luego intento frenarlos con violencia, lo que destrozó su imagen de indigenista y ecologista, según reconocen incluso colaboradores del mandatario, de origen aimara.



"Posiblemente los mismos indígenas no hemos entendido, no hemos tenido la capacidad de escuchar el rugir del jaguar de la selva verde de esta marcha indígena (...) Los del Gobierno posiblemente todavía no hemos entendido", reconoció el ministro de Exteriores, el aimara David Choquehuanca.



Los amazónicos rechazaron la carretera que iba a partir en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isioboro Secure (Tipnis), entre otras razones, porque temen que lo invadan cultivadores de hoja de coca, base para la elaboración de cocaína.



El mandatario y sus colaboradores afirman que combaten los cultivos ilegales y el narcotráfico, pero la oficina antidrogas de la ONU reveló que los cocales, tras mermar un 8 por ciento en 2005, antes de llegar Morales al poder, crecieron todos los años desde 2006, subiendo de 25.400 a 31.000 hectáreas.



Decenas de funcionarios y mandos de la Policía han sido apresados por narcotráfico este año, incluido el general René Sanabria, exzar antidrogas de Morales, capturado el 25 de febrero en Panamá y deportado a Estados Unidos, donde fue condenado por tráfico de cocaína.



Otro revés fue el reconocimiento oficial, el 8 de abril, de que las reservas probadas de gas de Bolivia son apenas de 9,9 billones de pies cúbicos, casi la tercera parte de la cifra que había divulgado en los últimos años el Gobierno, aunque luego un nuevo hallazgo las aumentó a cerca de 13 billones. EFE

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