01 julio 2011

Bolivia comunica oficialmente deja la convención antidrogas de la ONU

El Gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, comunicó esta semana a la ONU en Nueva York su denuncia de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, informaron hoy a Efe fuentes oficiales, tras haberlo ocultado por 48 horas.



El mandatario promulgó a puerta cerrada y sin anuncio oficial la ley sobre la denuncia de la convención, antes de viajar en la madrugada del jueves a Argentina, y sus diplomáticos la presentaron el miércoles a la ONU sin hacer tampoco anuncio público hasta hoy.



Morales, líder de sindicatos de productores de coca, promovió esa ley porque la convención penaliza el "acullicu" o masticado de hoja de coca que practica una minoría de los bolivianos, aunque también es usada para fabricar cocaína y por esa razón está en la lista de estupefacientes de la ONU.



La denuncia se entregó con tanta reserva que incluso el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, mandatario en funciones por el viaje de Morales, dijo hoy en rueda de prensa que no sabía si ya se había presentado, pero que la Cancillería tenía fecha límite (ayer, 30 de junio) para hacerlo.



El retiro de la Convención se hará efectiva en enero de 2012, día en el que el Gobierno de Bolivia dice que pedirá su readmisión, pero obviando la prohibición del masticado de coca.



Hasta enero de 2012, Bolivia mantendrá su estatus de miembro pleno de la Convención, pero luego quedará al margen al menos durante un año porque los otros países signatarios tienen 12 meses para analizar la reserva sobre el masticado de coca, según la Oficina de la ONU Contra la Droga y el Delito (Unodc).



Bolivia necesitará el apoyo de dos tercios de los países para que se apruebe su regreso con condiciones, algo que analistas y diplomáticos residentes en La Paz y consultados por Efe consideran improbable, pues Morales ha fracasado en sus intentos de los últimos años para que se retire el veto al "acullicu".



La delegación de la Unodc en La Paz también ha señalado que Bolivia debe convencer a los demás países de que la denuncia obedece al supuesto aspecto "cultural" del masticado de la coca y no al incumplimiento de los acuerdos.



Una encuesta de febrero pasado reveló que el 55 por ciento de los bolivianos estaban en desacuerdo con la petición de despenalizar el "acullicu", frente a un 33 por ciento que apoya en esto a Morales.

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