La Prensa
El traspié electoral del Movimiento Al Socialismo (MAS) en municipios donde tuvo un tradicional respaldo desató la purga interna y provocó la primera destitución de un dirigente departamental. El jefe del MAS en Oruro, Édgar Paredes Cabrera, fue retirado del cargo; mientras que en La Paz cuestionan a Samuel Guarayo, pero él deslinda responsabilidades sobre los dirigentes provinciales.
Tras la caída en el número de votos del MAS en las elecciones del pasado 4 de abril en varios municipios de Oruro, representantes masistas de las circunscripciones decidieron desconocer al jefe departamental Édgar Paredes la noche del miércoles, acusándolo de ser el principal culpable de las derrotas.
El dirigente de la Federación de Campesinos de Oruro, Pedro López, expresó: “Los candidatos que se han elegido no han sido de consenso. Si bien en la Alcaldía tenemos ahora cinco concejales, ninguno ha sido elegido por las bases. Todos son producto de la imposición”.
Entretanto, en La Paz, dirigentes del MAS, entre ellos los senadores Fidel Surco y David Sánchez, atribuyen las derrotas que sufrieron varios candidatos del MAS al error de dirigentes departamentales, distritales y regionales por elegir malos postulantes, y sugieren el cambio del jefe departamental Samuel Guarayo.
Las protestas y acusaciones contra Guarayo también llegan desde las dirigencias de las organizaciones indígenas críticas con la dirigencia masista. El secretario de Tierra y Territorio del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), Rafael Quispe, argumenta que existen denuncias fundamentadas contra Guarayo, quien pudo haber cobrado hasta 2.000 dólares a quienes deseaban ser candidatos a alcaldes, y 500, a los que postularon a concejalías municipales.
A través de los datos de Radio Yungas se supo que Guarayo incluso fue chicoteado, a manera de sanción comunitaria, en diciembre de 2009 tras reconocer que cambió las listas de candidatos de la provincia Caranavi.
Allí, el hecho más fehaciente, dijo el periodista Freddy Mamani, fue la suplantación de un candidato a primer concejal, quien luego apareció en la lista en la séptima candidatura.
Guarayo justificó que respetó las decisiones de las comunidades, pues supuso que sus dirigentes hicieron caso de dos instructivos que reglamentaban la selección y que pedían una
coordinación cercana con las bases, “pero lo que quiere la población había sido otra cosa”.
En Oruro, Paredes negó haber impuesto candidatos a dedo y subrayó que “estas reacciones son producto de intereses internos”, que también provocaron el rechazo de la población.
Guarayo dice que confió en firmas sin saber lo que pasó en las bases.
Resultados
Masistas se quejan de mala selección de candidatos en Caranavi, Achacachi, Viacha, Uncía y Llallagua, entre otros.
Dicen que hubo extraños cambios de última hora antes de la entrega de listas del MAS a las cortes departamentales.
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