15 marzo 2010

Jaime Barron: “Yo soy el candidato de la gente humilde”


Nació en Sucre, pero estudió en Villa Serrano hasta sus 13 años


Jaime Barrón, el ex presidente del Comité Interinstitucional que lideró el pedido de la Capitalidad Plena para Sucre en la Asamblea Constituyente (2007), dice tener principios de izquierda en términos ideológicos y ser un hombre comprometido con la causa de los más pobres.

"Nos hemos animado a postular a la Alcaldía por encargo de la gente humilde", dice Jaime Barrón en el inicio del diálogo con CORREO DEL SUR.

El 7 de diciembre cumplirá 51 años de una vida plena de felicidad, pero también de momentos muy difíciles de sobrellevar.

Vivió sus primeros 13 años en Serrano, estudió en la escuela Eduardo Avaroa de ese municipio, y ya en Sucre –donde nació– fue alumno del Colegio Zudáñez y posteriormente del colegio Don Bosco, de donde se tituló bachiller.

"En resumen creo que tuve una linda niñez a pesar de las restricciones económicas, (y) pienso que la felicidad del subdesarrollo hay que aprovecharla", dice el candidato que en la actualidad tiene un patrimonio tasado en 1.015.000 bolivianos.

En cuanto a la vida de estudiante, Barrón no olvida el periodo de la Universidad y su formación en la parte espiritual hacia el sacerdocio.

Estudiante destacado pero también inquieto. Lo segundo lo llevó a ganarse sitiales de liderazgo en su juventud. "Iniciando la universidad yo participé de los grupos de la gente joven, grupos salesianos en la casa Huaynakuna que después fue la Casa de la Juventud. Ahí aprendimos a liderar, a dar conferencias, charlas en los diferentes colegios incluso de damas", resalta Barrón.

En su condición de dirigente universitario 1981-1983, recuerda también los tiempos de resistencia a la arbitrariedad de los gobiernos de facto. "Yo estuve en el Frente Lucha, siempre inclinado con los humildes. Yo me formé en un pueblito con muchas restricciones, por eso me considero un hombre de izquierda, de esa izquierda que lucha contra la pobreza, no por un proceso de confrontación", señala.

FRENTE LUCHA

"En realidad en la Universidad había diferentes nombres que se ponía a los grupos, nosotros éramos independientes, aunque lógicamente a nivel de la FUL se fomentaba la relación con partidos políticos. (Y) el Frente Lucha tenía relación con el MIR antiguo, y bueno, en ese tipo de izquierda nos hemos formado, pero yo nunca he sido militante de un partido, aun en la universidad", aclara el actual candidato.

Barrón ingresó a San Francisco Xavier el año 1979 y luego de titularse como economista, a través de un examen de competencia, inició la docencia donde permaneció por 25 años. Ocupó también cargos como director de carrera, decano, vicerrector y rector.

LA RELIGIÓN, OTRA FACETA

"Soy cristiano, casi llego a ser sacerdote. Me fui un año a La Paz, al colegio Domingo Savio a hacer el aspirantado". "Fue una experiencia muy linda porque viví solo en un internado con varios jóvenes, además estando en un centro de formación cristiana. Yo creo que esa vivencia me dio mucha fortaleza en el tema espiritual, y tengo que reconocer eso de nuestra Iglesia Católica".

Era el año 1977 pero Barrón decidió volver a Sucre y emprender una vida académica. Posteriormente, en 1994, se adhiere a la vida cristiana evangélica aclarando que respeta mucho a la Iglesia Católica.

¿Hubo algo muy fuerte que le hizo tomar esta decisión? "Claro, en la época del 94, hubo un problema en FANCESA con el tema CAC-FANCESA y yo era relativamente muy joven para estar de gerente comercial de una empresa tan grande, y en ese tiempo estuve como testigo de cargo contra gente que trabajaba conmigo y eso lógicamente nos quebrantó mucho y a raíz de eso amigos cristianos me fortalecieron y bueno creo que conocí a Cristo de diferente manera".

El sonado caso CAC-FANCESA que todavía es motivo de tratamiento judicial en las instancias de casación, inicialmente involucró a 18 personas, entre ellas Jaime Barrón.

Luego de la investigación la responsabilidad recayó sobre los altos ejecutivos de entonces. Este caso consistió en el cobro millonario por un trabajo de consultoría que nunca se realizó.

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